Sábado 10 de noviembre, desde las 16h en el CSC Luis Buñuel.
«1978-2018: 40 AÑOS MAQUILLANDO EL FASCISMO»
El próximo 10 de noviembre se celebran las Jornadas del Noviembre Antifascista que como todos los años tienen lugar en Zaragoza. Este año el Régimen celebra el 40 aniversario de su Constitución, con la cual se nos trató de vender una transición inexistente del fascismo a la «democracia», y no podíamos dejar pasar por alto una fecha como esta.
Es 1978 el año en que la Constitución queda pactada y redactada por los mismos fascistas que llevaban en el poder desde 1939, con la legitimidad de los lacayos del Régimen, esa oposición domesticada que hoy sigue disfrutando de las poltronas que se ganaron entonces. Para nada buscaron acabar con las leyes franquistas ni con el poder del Estado, sino que era la mejor forma de continuar la vida del Régimen fascista.
Tras la muerte de Franco nada cambió, las oligarquías financieras siguieron en el poder económico así como el poder político. El Régimen no hizo más que asegurar sus pilares, para ello el mismo dictador fascista se encargó de nombrar al rey emérito como sucesor, dejando todo «atado y bien atado». Tanto su Constitución como su «transición» no significaron ningún punto y final como tratan de vendernos, sino que sirvieron como maquillaje para que las mismas manos que estaban manchadas de sangre entonces se mantuvieran en el poder.
Jamás se exigió responsabilidades políticas por los crímenes fascistas, jamás se depuraron a los aparatos del Estado, los policías, jueces, políticos y fiscales fascistas siguieron en sus cargos, e incluso ascendieron, fueron premiados y condecorados.
En definitiva en 1978 no se produjo ningún cambio, el fascismo no fue derrotado, y aún así pretenden hacernos creer que este Estado y su sacrosanta Constitución van a garantizar nuestros derechos y libertades…
¿Qué derecho a la vivienda garantiza este Estado cuando miles de personas duermen en la calle y otras miles son desahuciadas? ¿Qué derecho al trabajo nos aseguran cuando no nos permite vivir dignamente y el paro no deja de crecer?
¿Qué libertad de expresión existe cuando nunca han dejado de perseguir, torturar y encarcelar a toda persona que expresa opiniones o ideas políticas que apuntan a los pilares del Régimen?
¿Qué tipo de libertad existe si las leyes e instituciones de persecución política no han cambiado más que de nombre? ¿Qué democracia reprime a palos el derecho de autodeterminación?
¿Qué cambios podemos esperar de partidos políticos que aceptan esa farsa de la Constitución con tal de mantener sus sillones en el Congreso de los Diputados?
Que a estas alturas nadie trate de convencernos de que esta Constitución se redactó en beneficio de las trabajadoras y los trabajadores, pues es innegable que lo único que garantiza mediante sus leyes son los privilegios de quienes la redactaron.
Y aquí hemos llegado 40 años después, donde han acabado con todas las conquistas populares, derechos y libertades que habíamos conquistado años atrás y que jamás nos han devuelto. Represión, torturas, persecuciones y asesinatos es la conciliación que nos ha ofrecido su Constitución y «transición» a la supuesta «democracia». El fascismo sigue hoy más presente que nunca.