Comunicado recibido el 18/02/2019:
Una ocupación militar. Cómo llamar si no al dispositivo desplegado por las autoridades ciudadanas para el desalojo del Asilo okupado. Desde hace ya más de una semana algunas calles del barrio de Aurora están cortadas por furgones blindados de antidisturbios dotadas de rejillas, las del G8 para que nos entendamos, y cañones de agua, y cordones policiales de antidisturbios que controlan día y noche la identidad de quién pasa por ahí. Quién tiene la mala suerte de vivir en esa zona no le queda otra que cruzar por los huecos que deja la policía y entregar el documento de identidad, y tiene que hacerlo cada vez que entre y salga de casa: para ir a trabajar, llevar a los hijos al colegio, hacer la compra, sacar al perro a hacer sus necesidades y para cualquier actividad que caracteriza la vida cotidiana de cualquiera de nosotros. No hay, por tanto, mucho de qué sorprenderse el hecho de que en la última semana varias personas hayan decidido irse a dormir a otro lado o a buscar alojamiento entre familia o amigos para evitar el estrés y la molestia que debe suponer a este goteo de controles. Por otra parte, si no se tiene la suerte de ser residente en la zona, para quién sólo esté empadronado, o si se quiere visitar a la pareja o amigos que vive en las calles asediadas, los procedimientos de la policía se vuelven aún más invasivos y se es escoltado hasta el portal del inmueble al que se quiere entrar. Por último, para quien despierta cualquier sospecha por su vestimenta o aspecto físico, se le añade el riesgo de controles más exhaustivos, cacheos y registro eventuales de mochilas y bolsas.
A todo esto, se le añaden ruidos continuos, durante las veinticuatro horas, producidos por la cantera improvisada que hay en el Asilo para hacerlo inaccesible. Y las tiendas que se encuentran dentro de la zona roja, vacías durante días.
Una imagen nítida de aquella normalidad que la alcaldesa con guardaespaldas, Chiara Appendino, había declarado triunfalmente al decir que había restablecido el barrio con el desalojo de calle Alessandria n°12. De todas formas, en los últimos, años abundan ejemplos parecidos en la gestión de emergencias: desde el modelo de L’Aquila para terremotos y otras «catástrofes naturales», que de naturales no tienen nada, a incluso simplemente la gestión de fiestas que, desde la Plaza San Carlo en adelante, se va afianzando cada vez más un modelo militar que explica mucho mejor, con tanto análisis sociológico, cual es la idea de futuro para todos nosotros.
Y es contra esta normalidad es contra la que tanta gente se ha enfrentado y movilizado estos días en los que el desalojo del Asilo y la detención de los compañeros han sido episodios que han destapado una olla que llevaba ya tiempo en ebullición.
Mañana, sábado 16 de febrero, haremos un piquete itinerante por el barrio para dar voz a muchos habitantes del barrio de Aurora que no pueden más con esta ocupación militar.
La iniciativa se retransmitirá en directo por Radio Black Outlook, para quien no pueda unirse al piquete os invitamos a sintonizar desde las 4 de la tarde la 105.250. Para todos aquellos que quieran darse un paseo por el barrio, la cita es en las puertas okupadas de corso Giulio Cesare 45 las 4 de la tarde.
Actualización sobre la detención en el tranvía: anteayer Claudia ha sido detenida tras la carga que la policía escenificó en el tranvía 4. Ahora se encuentra en arresto domiciliario y mañana tendrá lugar la vista judicial que decidirá sobre su libertad.
¡CLAUDIA LIBERTAD! ¡NICCO, ANTONIO, BEPPE, SILVIA, ¡GIADA E LARRY LIBERTAD!