Traducción recibida el 02/01/2021:
Este año horrible ha sido aún peor en la cárcel, con el contagio que se ha extendido en el interior de las cárceles, revueltas reprimidas en la sangre y en la muerte de varios detenidos y luego la venganza del Estado con procesos judiciales y traslados punitivos contra quien habían levantado la cabeza.
La solidaridad desde «fuera», incluso con pequeños saludos u otro, siempre es bien aceptada por parte de las personas recluidas y es una señal de que no están solxs, más aún en estos momentos.
Así, como ha sucedido en otras ocasiones durante esta pandemia, incluso en uno de los días de Navidad (días aún más duros para quien esta detenidx), volvemos fuera de los muros de la prisión de Teramo, «saturado» hacen saber los medios de información, por las normas anti covid.
Así, personas detenidas son desviadas directamente a otras cárceles, incluso fuera de la región, y, noticia de hace algún día, el último brote de covid se ha producido en el interior de la prisión de Lanciano.
Llegamos frente a las celdas de la prisión de Teramo.
A los primeros petardos que estallan, muchos ya miran por las ventanas de las celdas, como si lo supieran…
Entonces comienzan las antorchas, las bombas de humo y los fuegos artificiales…
Empiezan también los gritos de agradecimiento desde dentro, gritos de libertad e invitaciones mutuas a no rendirse.
Fuera está diluviando y, a pesar de ello y a pesar de todas las restricciones vigentes, se consigue llevar un pequeño saludo a los detenidos, en este período verdaderamente horrible para todxs…
Más aún para los que están obligados a vivir en el estrecho de muros y rejas.