Recibido el 17/05/2021:
La noche del lunes 3 de mayo de 2021 sucedió lo que durante 9 años las personas que diariamente utilizaban la línea 12 del metro de la Ciudad de México sabían que ocurriría tarde o temprano. La única sorpresa fue que el colapso de uno de los puentes donde el tren marchaba no fuera fruto de un terremoto.
Desde su inauguración en 2012 por Marcelo Ebrard (actual secretario de relaciones exteriores y posible candidato a la presidencia en el 2024 por MORENA) la obra que la «socialdemocracia» mexicana mostraba orgullosa como símbolo de que se podía construir una nueva línea de metro en la capital del país después del derrumbe del régimen de partido único.
Cuando en 2013 Mancera (antiguo jefe de la policía judicial, ahora senador del partido católico PAN) incrementó el costo del pasaje prometiendo mejoras en el servicio, mantenimiento y
reparaciones a toda la infraestructura del transporte colectivo sin realizar ninguna de esas medidas, una vez más fuimos testigos de cómo la vía pacífica fracasaba en sus intentos de reformar y resistir a los intentos de los poderosos de subyugar a los que no tienen poder.
Y la actual administración de Claudia Sheinbaum (jefa de gobierno de la capital por MORENA y posible candidata a la presidencia en el 2024) solo ha mostrado indolencia e indiferencia frente a los tres accidentes mortales que han sucedido desde 2018 en las instalaciones del metro.
Los medios de comunicación después de señalar las responsabilidades que tienen en los 26 muertos la clase política, solo han guardado silencio frente a la participación que tienen las empresas y constructoras en la masacre. Construyen, se enriquecen y son historias de éxito e inspiración pero frente al acto de guerra que es el asesinato de 26 personas no solo eluden cargos criminales, tampoco son blanco de los reclamos de la ciudadanía.
En específico la empresa que construyó el tramo que se desplomó es Carso, propiedad de Carlos Slim, la persona con más dinero del país. Esta constructora no solo construye carreteras y vías férreas, también edifica cárceles y una de sus empresas hermanas es la responsable de la red de videovigilancia en la capital del país. En estos momentos Carso es una de las responsables del proyecto ecocida y colonialista llamado Tren Maya, una ruta turística enclavada en la península de Yucatán para llevar el «progreso» a la región.
Por eso, convocamos el viernes 21 de mayo a las 14 horas a una MARCHA COMBATIVA que partirá de metro Polanco a plaza Carso, sede de todos los corporativos de Slim.
Mientras construye museos dónde exponer sus pinturas y esculturas, nosotros morimos aplastados entre metal y concreto.
Mientras construye acuarios subterráneos, nosotros nos morimos de sed.
Acostumbrados a usar helicópteros y autos blindados para recorrer las geografías sabiéndose seguros e intocables se dan el lujo de asesinarnos de diferentes formas. La clase capitalista
mexicana, que durante años ha encumbrado a Slim como su máxima expresión de éxito, no tiene ningún reparo en matarnos, nosotros no tendremos ningún limite en nuestra capacidad destructiva.
La masacre de 26 personas vuelve a demostrar que para ellos la periferia no importa, vayamos a donde sí les duele.
A sus espacios, sus plazas, sus residencias, sus teatros y sus museos.
En esta guerra de clases siempre ponemos nuestra sangre, es momento de que eso cambie.
¡Pagaran cada gota de nuestra sangre!
¡Venganza!
¡Guerra Social!
¡Destruyamos sus metrópolis!
¡La furia de la periferia ha llegado!