Recibido el 29/07/2022:
Esta mañana ha vuelto a morir un nuevo espacio en Tetúan (Madrid). Un barrio cada vez más acostumbrado a desahucios y desalojos. Esta vez le ha tocado al Espacio Okupado Anarquista La Emboscada, situado en la calle Azucenas. La resistencia activa de solidarixs ha conseguido impedir dos intentos anteriores de irrupción policial, pero hoy a las 7.30 de la mañana un gran despliegue policial ha hecho sucumbir a esta realidad al abandono, destrozo interior y muy que probable derribo, para adaptarse a las nuevas y privilegiadas “necesidades vivenciales” del barrio.
Han sido cuatro años de actividades, encuentros y momentos de conspiración colectiva contra el poder. Muy lejos de la periodicidad y constancia con los que un día se planeó pero, en cualquier caso, un espacio en el que practicar afinidades contestatarias y propiciar encuentros.
Puede parecer extraño solo unas horas después de hacer un llamado a la solidaridad ante la irrupción policial, volver a escribir y reclamar apoyo para la resistencia. Pero es que entendemos que la defensa de un espacio o de las luchas que lo sustentan nunca pueden acabar con un desalojo. Si no que son el germen de un continuo conflicto con el Poder y la Dominación, donde una serie de ideas son acogidas y practicadas por un sinfín de compañerxs afines que continúan afilando con la experimentación en cada acto, cada acción, cada palabra, cada pintada, cada piedra, cada barricada, cada expropiación, cada okupación… Que intentan generar brechas desde las que enfrentar este mundo de miseria y tristeza.
Porque merece la pena oponer resistencia al monótono gris de la homogéneidad, a la perversa “igualdad de oportunidades”, al diálogo tramposo, a la cesión que (auto)extorsiona…
Porque merece la pena oponer resistencia a una rutina donde nos matamos a trabajar a cambio de productos cada vez más caros, siempre con el agua al cuello, mientras nos piden el último esfuerzo desde sus mansiones y despachos en los rascacielos de los centros financieros.
Merece la pena, y la alegría, vivir una vida en la que generemos relaciones reales, basadas en la igualdad, la honestidad, los deseos y la confrontación como práctica consciente para enfrentar la realidad atomizada y mediada por el consumo, la eterna competitividad y la multitudinaria soledad digital.
Resistir a un mundo que acepta y normaliza las muertes en cárceles, CIES, fronteras, comisarías, centros de menores y demás instituciones donde encerrar lo pobre, diferente o contestatario. Resistir a la exponencial destrucción de las vidas en nombre el progreso, la democracia, las naciones o todo a la vez.
Merece la pena seguir generando espacios de resistencia en el corazón de la bestia, de la ciudad del capital. Merece la pena subvertir las relaciones basadas en la propiedad privada, que prioriza los beneficio de unxs pocxs por encima de necesidades básicas generales, como tener un techo.
Resistir merece la pena porque nos sigue brindando una oportunidad de conflictuar entre iguales. De buscar sentidos contra la resignación. Porque un desalojo no termina nada. Seguiremos liberándo(nos) espacios. Contra la propiedad, contra la autoridad. Resistir siempre merecerá la pena.
Okupación, Resistencia, Acción Directa
Solidarixs con La Emboscada
P.D: Abrazos y fuerza al compañero Giannis Michailidis, preso anarquista en huelga de hambre en Grecia desde el 23/5, y a todxs los que plantan batalla allí por la libertad del compañero.