La noche del 29 al 30 de enero, después de escaparnos del zoo y en respuesta a la insoportable presencia diaria de pájaros uniformados, cargamos con nuestros cuernos contra las ventanas y la puerta cristalera de un gallinero de la policía municipal en la calle George Pompidou, detrás del ayuntamiento de Les Lilas.
Antes, con la ayuda de un simple prospecto empapado en agua, cegamos la cámara del interfono.
¡Es tan fácil atacar!
¡Ataquemos a los guardianes del zoo humano!