«Y justo un poco más abajo del número de tu represión, habían abierto un agujero penetrante, del mismo tamaño que el de una ametralladora, desde donde el enemigo te desnudaba sin tapujos día y noche de la forma más cruel, y mataba todo lo que tenías y mantenías en secreto dentro de ti. Desde allí, te disparaban sus ráfagas asesinas incesantemente y te acribillaban el cuerpo en sus momentos más sagrados e íntimos. Desde este agujero tu enemigo vomitaba su peor odio con la peor rabia. Es el más implacable y más tiránico controlador y el peor asesino de tu privacidad, de tu yo oculto. (…)
Es el agujero-ojo, el que te partía el tiempo más tuyo o privado en el momento menos esperado, mientras veías salir por detrás de este agujero el ojo frio de vidrio del verdugo investigador penetrando tu existencia (…)
¡Oh! Ojo envidioso, ¡te cerraría para siempre! Para terminar el siniestro despojo y rapiña del alma a manos de los verdugos. ¡Oh! Chivato de mis gestos más íntimos, ¡Cuánto te odio y cuánto ansío tu muerte!, ¡Tu destrucción!, ¡Tu perdición!»
El martes 29 de abril de 2014, de madrugada, incendiamos un coche del servicio técnico de la empresa de seguridad G4S (anteriormente Group 4 Securicor) en la calle Karaiskaki con Smyrnis, en la zona de Rentis-Nikaia.
Esta empresa es una de las mayores operadoras de la institución parapolicial privada de todo el mundo. Opera y administra prisiones privadas en Inglaterra y Estados Unidos, siendo también responsable de los sistemas de seguridad en el «muro de la vergüenza» en Palestina. En Grecia, tiene la mayor flota de vehículos blindados de transporte de dinero en efectivo, para transportar con seguridad la riqueza de los bancos y otros negocios, ha equipado la mayoría de las cárceles del país con los más avanzados sistemas de seguridad electrónica y asumirá la gestión y operación de los campos de concentración de migrantes.
Nuestra acción se integra en el contexto de la propagación de acciones contra la intención del gobierno griego de aprobar la nueva ley de condiciones especiales de detención y las cárceles de máxima seguridad en Domokos.
Solidaridad con lxs luchadorxs presxs y encausadxs.
Lucha hasta la libertad, contra el totalitarismo moderno, por todos los medios necesarios.
«¡Ay de lxs que acepten la prisión como una condición de vida!»
[Las citas vienen de una narración de la rebelión en la cárcel de Alikarnassos, en Creta, en 1990, por el ex-preso Yannis Petropoulos]