Comunicado recibido el 08/11/2018:
Han asesinado a un compañero en prisión bajo las dinámicas absurdas y coercitivas que sostienen presxs y gendarmes. La cárcel no es solo la teoría que leímos en libros o vimos en películas y series de televisión. Es un complejo entramado de intereses, aprovechamientos, sobrevivencia y solidaridad. Todo eso y más, así de complicado es el mundo que se vive ahí dentro en cada módulo, de cada cárcel y solo lo comprendí medianamente estando ahí.
Me resulta necesario plantear algunas reflexiones quizás tardías, pero que no sentía que debía hacerlas yo al estar fuera de prisión en este momento, pues creo que es una iniciativa que lxs mismxs presxs debieran asumir si se ven en la necesidad. Dicho esto les cuento:
Hace algún tiempo en prisión le comunique a varixs compañerxs encarceladxs por distintas causas, no todxs nos conocíamos pero coincidíamos en estar en ese lugar por atacar y luchar contra el poder, mi inquietud por querer formar una coordinación de presxs antiautoritarixs, y hable de coordinación pues entendía que no todxs éramos cercanos en la calle pero podíamos aunar voluntades según fuera la situación sin necesidad de generar una organización estática con el fin de solidarizar mutuamente, sobrellevar de mejor manera el encierro y traer nuevamente la figura del/la «presx políticx» a la cotidianidad carcelaria con todo lo que eso involucra. En simple: aliarse para luchar contra la prisión desde adentro.
Recibí diversas opiniones, desde efusivas complicidades hasta cuestionamientos de si sería una organización formal o no, si tendría nombre, que no pensaban lo mismo que el de al lado y así no se podía, o que estaban bien donde estaban en ese momento y así sostuvimos una conversación intensa durante un largo rato respondiendo cada una de esas interrogantes que en lo personal me resultaban por decirlo menos irónicas tomando en cuenta el contexto. Otrxs compañerxs contaron sus experiencias, algunas muchísimosmás duras que las otras y así hasta terminar de hablar por falta de tiempo.
Quiero destacar que en las cárceles las personas buscan agruparse de una u otra manera, pero agruparse al fin. Los puntos de unión son diversos, desde ser compañerxs de delito en la calle o tener conocidxs en común, hasta la comuna en la que viven, o las instancias que se generan adentro de los módulos como «las iglesias» y «los talleres». Sabiendo esto ¿No sería lógico buscar hermanarse con personas que pueden no ser afines totalmente en ideas y prácticas, pero si poseen bases comunes fuertes como estar contra la cárcel, rechazar la autoridad, y tener un grado de conciencia social-política que probablemente los llevo a estar ahí encerradxs? ¿No es más lógico agruparse con compañerxs que con personas que pueden parecernos afines en ciertas prácticas como los ladrones, pero que en todo lo ético y cotidiano solo vemos reproducir lo que detestamos de la sociedad autoritaria pues solo buscan enriquecerse? ¿No sería más lógico unirse con personas con las que tienes ideales y ambiciones de cambio similares, a un puñado de presxs que ni siquiera conoces pero son de la misma comuna? ¿Acaso cuando hay que dar cara porque a algún/a compañerx se le está golpeando o castigando en prisión, importa si este es parte de una organización formal/informal o si su nombre es tal o cual o una sigla?
Me resultaba en ese entonces insensato que existieran ese tipo de cuestionamientos con la situación que todxs pudimos conocer estando presxs, veía que al parecer a algunxs les importaba más la forma que el fondo, la rama que la raíz. Sobre todo si varixs de nosotrxs a la llegada a los módulos tuvimos que tomar decisiones que no nos gustaron o que debimos pasar por momentos difíciles para poder entrar en el ritmo de la cárcel. Como decía Ávila Navas la cárcel nos somete a un hábitat completamente diferente, hostil y que es tan severo el cambio que hasta tu forma de hablar y relacionarte deben variar. Debido a esas experiencias iniciales sorteadas con más o menos éxito según el caso, algunxs pudimos recibir compañerxs que recién llegaban y no tuvieron que pasar por lo mismo que otrxs al inicio, facilitando un poco su estadía en prisión. Y que con esta iniciativa de coordinaciones quizás, podríamos haber expandido ese radio de acción y solidaridad anti carcelaria a mas módulos, e incluso romper con el aislamiento en otras prisiones del estado. Iniciar un proceso colectivo de apoyo mutuo y lucha al interior de las prisiones, ganar un espacio para presxs por causas políticas y de lucha, etc… Tantas muestras que se pudieron haber coordinado en conjunto, por ejemplo: cuando compañerxs fueron castigadxs por largos periodos, o enviadxs a prisiones fuera de lugares cercanos a sus afectos, o golpizas por parte de carcelerxs a las que pudimos haber reaccionado en conjunto e incluso apoyar en las diferentes causas de cada presx ejerciendo presión como colectivo en traslados, cambios de régimen, tratamientos de salud, entre otros. Y con esto no pretendo hacer que pase desapercibida cada acción individual que se realizó y de hecho las considero valiosas y necesarias, pero me parece que es mucho más contundente en el contexto de la cárcel, una respuesta de varixs compañerxs sobre todo si es coordinada por lxs mismxs. Cabe mencionar que esta iniciativa no progresó mayormente porque algunxs compañerxs se fueron a otras cárceles a cumplir condenas, salieron a la calle y así se fueron perdiendo los contactos.
A días de saber sobre la muerte del compañero Kevin Garrido en Santiago 1, debo decir que no era su amigx y de hecho nunca compartí con él en persona, e incluso puede que tuviéramos variados desacuerdos en nuestras visiones e ideas, pero reconozco en él un compañero valioso, recuerdo haber leído un comunicado solidarizando con otrxs presxs que me sirvió mucho y me levanto la moral en momentos difíciles. La valentía y el coraje que lo llevo a pasar al ataque y permanecer en un ambiente sumamente hostil en su instancia en prisión, primero en la CAS y luego en los módulos más duros de Santiago 1 me resultan admirables. Con solo 20 años en el cuerpo y condenado a 17, me llena de rabia saber que alguien lo apuñaló hasta morir en esas riñas carcelarias consecuencias de la misma prisión y su alienante sistema, en donde los presos prefieren matarse a si mismxs que pelear contra los verdaderxs enemigxs, quienes miran y disfrutan que se maten entre ellxs mientras lxs mantienen entre rejas y vigilan celosamente que no puedan salir de sus encierros.
Creo que a toda la podredumbre de las cárceles con sus dinámicas de «vios» y «perkines», presxs que valen más que otrxs, abusos, paqueos y sometimientos por parte de presxs y gendarmes, debemos responder con nuestros valores, y entender y mostrar que no somos personas que solo buscan terminar su periodo en prisión a cualquier costo, sino que tenemos ideas que tratamos de llevar a la practica en todo momento y cualquier lugar. Y que como en la calle no somos ni vivimos como cualquier ciudadanx, en prisión tampoco, por ende no debemos sucumbir ante sus dinámicas y podemos irrumpir con las nuestras, generar una manera distinta de vivir los procesos carcelarios, que pacxs y presxs sepan que no somos cualquier reo/a y que tenemos compañerxs dispuestxs a solidarizar tanto adentro como afuera de los muros. Ganarse un lugar y el respeto en prisión, pero bajo nuestros términos.
También me quería referir a toda la ola de cuestionamientos desde la calle a los diversos procesos de cada compañerx, tanto judicial como entre rejas, y es que me resulta llamativo que varixs «compañerxs» estén tan atentxs a lanzar sus dardos inquisitivos y morales a la primera acción que no les resulta de su pleno agrado. Y sobre todo lo encuentro más llamativo aún debido a la consigna generalizada de solidaridad con los presxs que al contrario de lo que decían compañerxs que ya no están, acá pareciera que el concepto solo se quedó en el papel y la consigna.
En estos procesos que cada compañerx vive con sus propias particularidades, habrá un montón de opciones por tomar y creo que es cada unx el/la que debe hacerse cargo de sus decisiones, como tomar o no abreviados, ir a juicio oral, aceptar beneficios carcelarios, fugarse, y así lo que pueda aparecer, pues cada cual en autonomía vive sus propios ciclos con sus respectivas dificultades y ventajas. Sobre todo si nadie más vendrá a hacer la cana por unx, y que yo sepa no hay un único camino para abordar estas situaciones quedando la opción de ir explorando por unx mismx y descubriendo cada situación y escoger en consecuencia con lo que cada presx decida sobre todo cuando son escenarios que nunca antes se han enfrentado. Aclarando que no se está buscando la salida a la calle a cualquier costo ya que no se está sacrificando a nadie por el beneficio propio, es decir, no hablo de empatizar ni justificar delaciones ni nada que perjudique a algún/a otrx compañerx, traiciones de por medio, pues eso sería inaceptable, entonces ¿qué es lo que molesta tanto?
En lo personal he oído y recibido sendas criticas de «compañerxs» al parecer intachables, tanto así que no se molestan en lo másmínimo en dar zarpazos desde la comodidad de sus casas, escritorios, o al ritmo de melodías anárquicas en actividades, lanzándose contra presxs sin parase a pensar la realidad de cada cual y olvidando por completo que esxs «intachables compañerxs» buenos para abrir sus bocas, cuando estuvieron en momentos difíciles, se les brindó una mano cuando las cosas se les hacían cuesta arriba y en varios casos hubieron errores y contradicciones con sus propias ideas y discursos de parte de los mismos. Pero ahí están hablando… Y si, por otra parte, no han pasado por esos momentos en líos judiciales, es complejo hablar de algo que no conoces más que por libros y comentarios. Al parecer no sería malo aguantarse un poquito el vómito moral y la necesidad de decir LO MAL QUE LO HACEN LOS DEMÁS, para preocuparse por lo que hice o estoy haciendo yo como aporte a la lucha cuando constantemente están cayendo detenidxs compañerxs por pelear contra el poder, que cada vez se reestructura mejor en su labor represiva mientras otrxs parecen poner más ganas en su incontinencia verbal y medir quien tiene más grande el ombligo.
Si hay que criticar, hagámoslo me parece perfecto, pero desde la fraternidad y humildad, y no la arrogancia y la falta de autocrítica, sobre todo cuando a veces unx mismo es un cúmulo de contradicciones y nos rodeamos de amigxs y compañerxs que también lo son. Busquemos ser un aporte en vez de una carga, y apuntemos a quienes se lo merecen profundizando nuestras palabras en actos, con miras a lo verdaderamente importante. Como cuando a pesar de las campañas de horrores que hacían contra los expropiadores en argentina, ellxs igual colaboraban con esos periódicos para promover las ideas anárquicas pues veían un fin mayor y más alto que un par de tipos denostando y sirviéndose banquetes con los errores u opciones que tomaban quienes ponían sus cuerpos en la línea de fuego. Acá también quienes hablan son los acusadores sin mediar provocaciones, cuestión penosa y repudiable. Si no hay nada que valga la pena por decir, «no haga tierra», «no tire la pelá», cállese y si gusta hágalo mejor cuando le toque.
Planteo estas inquietudes con el fin de generar algún dialogo entre compañerxs, reflexionar sobre las prisiones y sacar acciones de ello. Ojalá las y los compañerxs que están presxs puedan leer estas palabras desde sus encierros y ahondar en sus propias vivencias como sujetos anárquicxs/antiautoritarixs en prisión y logren encontrar algún punto en común para continuar su lucha entre los muros. Las posibilidades son muchas, solo hay que iniciar el camino. Y aunque pueda ser mera especulación, creo que alguien lo pensaría mucho más al intentar atacar u hostigar a algún/a compañerx sabiendo que hay otrxs detrás dispuestxs a apoyarlo.
Un fuerte y solidario abrazo a cada uno de los compañeros que están presxs, condenadxs y en espera de juicios por pelear contra el dominio, les deseo lo mejor y mucha suerte y éxito en su días. Gracias a todxs los que contribuyen a la lucha anti carcelaria desde un rol activo, ya sea atacando, propagando o asistiendo a compañerxs. Fuerza a sus familias y entornos.
Kevin Garrido, siempre presente, fuerza y ánimo a su familia y compañerxs en la lucha. Ignacio y Joaquín un abrazo con amor para ustedes desde la distancia.
“…Ojalá que sirvan para evitar que cualquier niño de barrio venga a ocupar la celda que deje libre una vez la prisión escupa mi cadáver, y para el cual ya se están forjando nuevos grilletes. Si fuese así me sentiría satisfecho, feliz. Pero mientras se avecina el futuro preñado de sucesos que todavía han de ver la luz, mi bolígrafo murmura entre las frías paredes de esta fría tumba de cemento, edificada sobre vuestra fría conciencia. Murmullos que erizan el vello y ante los que también siento frío, un frío moral y humano… No dejare que maten mis sentimientos ni mis opiniones, ni apagar mis gritos ni mi sentirme niño ni la libertad que siento palpitar dentro de mí. No permitiré que encadenen mis valores con mentiras: ellos constituyen la sal de mi existencia, mi alimento. No soy un gemido: soy un grito de guerra desde la interminable noche de las tinieblas carcelarias.”
-XoséTarrío González
Presas y Presos a la calle
Que la solidaridad sea realmente un arma que se empuña y se usa
¡Abajo la cárcel!
La cana no es eterna.
Noviembre, 2018