El 6 de diciembre de 2011, un aviso de demolición fue dado por el ayuntamiento de San Juan en Filipinas, a lxs residentes del barrio del Corazón de Jesús. Según el aviso, ellxs tendrían que salir del barrio hasta el 11 de enero de 2012, pero casi ningunx no aceptó abandonar su casa. En la zona de San Juan, cerca de 2000 casas se ven afectadas por las operaciones de demolición y a pesar de la resistencia popular desde el junio de 2010, las fuerzas represivas del Estado han demolido, en un año y medio, 400 hogares.
El gobierno planea construir en la zona una nueva cámara municipal, un centro gubernamental y centros comerciales, pero sabe que esto no pasará sin resistencia. El 11 de enero, las masivas fuerzas policiales, acompañadas por los bomberos y empleados encargados de la miserable tarea de demolición, intentaron invadir al barrio y desalojarlo. Lxs vecinxs levantaron barricadas y confrontaron a los perros del Poder con piedras, palos y bombas molotov. Después de horas de duras batallas, la policía y sus compinches, finalmente, retrocedieron.
Lxs residentes de Corazón de Jesús resistieron fuertemente, pero las excavadoras demolieron una parte del barrio y por lo menos 18 personas fueron detenidas durante la operación. Más tarde, 6 personas más fueron detenidas fuera de la comisaría policial, a donde había llegado la manifestación de solidaridad que exigía la liberación de los detenidos del día. Eventualmente, algunxs de lxs detenidxs fueron liberadxs, pero aún no se conocen más informaciones.
La mayoría de lxs vecinxs que perdieron sus casas el 11 de enero, permanecieron en la zona y construyeron alojamientos de emergencia, con la convicción de continuar luchando.