Nota: La red de traducción de Contra Info no es ni un colectivo de “especialistas certificadxs”, ni está afiliada a SMED, por lo que simplemente difunde el siguiente comunicado para divulgar un caso típico de inmunidad de la patronal en Grecia.
Ediciones Melani (“Tinta”) encargó la traducción de un libro a una colega, después de aprobarse una muestra de su trabajo, acordarse el pago con ella y firmarse un acuerdo legal. Sin embargo, tras la entrega de la traducción, se encontraron “errores” y “deficiencias” (¡qué raro, extraño y escandaloso en nuestra profesión…!), así que le pidieron a la traductora que corrigiera la traducción ella misma, en otra palabras, que realizara un trabajo no remunerado por el bien de la editorial, un trabajo que se debería haber encargado a un(a) editor(a). El empresario estaba matando dos pájaros de un tiro. Por supuesto, tenemos muy claro el hecho de que a las editoriales (que, por lo demás, muestran un excesivo interés en la calidad de sus libros) les encantaría encontrar (¿o, más bien, fabricar?) el modelo de trabajador perfecto, la persona que lleve a cabo todos los trabajos exigidos al precio de uno: traductor(a) editor(a), revisor(a), incluso cajista/maquetador(a) y tipógrafx/trabajador(a) de imprenta, quizá también vendedor(a), transportista y empleadx de almacén —una multiherramienta barata y útil pero, sobre todo, muda tal y como deben ser todas las herramientas.
Axioma nº2
Durante año y medio, a pesar de que la editorial tenía la traducción en sus manos, no solo se negó a publicar el libro, sino que ni se preocupó por empezar a pagarle los honorarios acordados a la traductora por su trabajo (es decir, la inmensa cantidad de 120 euros por 16 páginas de un texto original muy denso, solo por la traducción, por supuesto, la edición se considera un regalo por parte de la trabajadora al iluminado empresario), a pesar del hecho de que la colega estuvo disponible en todo momento. Cuando, al final, la “Asociación de Traductores, Editores y Revisores”/SMED intervino a favor de la colega, exigiendo el pago completo de lo acordado, la editorial explicó que es lógico que no paguen lo acordado y citó, entre varias novedades (leer más abajo), algunas frases estándar: las condiciones del mercado, las dificultades econónimas de la empresa, la caída de las ventas, incluso… la difícil situación del país. Además es bien sabido que, en lo que concierne a las editoriales, a lxs traductorxs y editorxs—por raro que parezca, cuando llega la hora de pagar—se les considera “colaboradorxs” que “tienen” que cargar con los daños del negocio, si no del país mismo, es decir, compartir las pérdidas, pero jamás los beneficios.
Sin embargo, además de todas estas trivialidades, también surgieron algunas brillantes originalidades:
Novedad nº1
Antes incluso de la intervención de SMED en el caso, la editorial ya había anunciado en su página web que el libro estaba a punto de publicarse, traducido por… la propia editorial (¡!), a pesar de que el acuerdo con la colega sigue en vigor y la traducción lleva preparada desde hace año y medio. La colega protestó y la editorial se apresuró a ocultar el controvertido post de su página web. Un prometedor inicio para un desarrollo de los acontecimientos aun más imaginativo:
Novedad nº2
Después de sucesivas reuniones, discusiones y polémicas, la editorial se negó a liquidar el pago de la colega, esta vez, de forma definitiva, argumentando que la traducción es “mala” y necesita “muchas revisiones”, para las que “no hay dinero”. Simplemente, insinuaba un fez (palabra turca usada para una deuda impagada) bajo el pretexto de la calidad. Así que, cuando te ganas la vida como traductor(a), no solo debes ser también el/la editor(a) de tu propio trabajo, sino además si la editorial no quiere, puede que no te pague por tu trabajo. En estos oscuros tiempos de violentas burlas a todo tipo de derechos, el pago o no del trabajo terminado a un(a) empleadx depende enteramente del humor y las ganas del empresario. Aun así, todo el mundo es consciente de lo obvio: que una traducción no sea buena o satisfactoria y pase a ser “mala” e “inaceptable” depende solamente de que la editorial quiera pagar o no. Se puede “encontrar errores” en cualquier traducción y no son más que pretextos de la editoriales para especular a nuestra costa.
Novedad nº3 (la venenosa)
La editorial, en una acción sin precedentes, tuvo la poca vergüenza de enviar a la colega un documento extrajudicial en el que exigía una compensación por los beneficios perdidos debido a la no publicación del libro y a la pérdida de los derechos que le había concedido la editorial extranjera. Esta demanda es totalmente nueva. Una editoria pide compensación a una traductora en deuda por no publicar un libro del que la única responsable es la propia empresa. Por supuesto, no hay una sola referencia al pago “perdido” (durante año y medio) de la colega, ni a todos los trucos a los que la editorial ha recurrido para no hacer lo obvio: realizar el pago completo de la traducción a la colega.
Ahora el mensaje está claro: primero, los propietarios de las editoriales pueden negarse a pagar a lxs traductorxs y editorxs a discreción, bajo el pretexto de la “mala calidad” del trabajo. Segundo, lxs colegas que reclaman sus pagos pueden terminar en los tribunales. Tercero, lxs trabajadorxs que realizan cualquier trabajo no solo no pueden saber si se les pagará o no, sino que ya pueden rezar para que no sean ellxs quienes paguen a sus empleadores de su propio bolsillo.
Frente a esta “civilización” de trabajo impagado, de cada fez y orden extrajudicial, la civilización de nuestro empobrecimiento, respondemos con la civilización de la solidaridad, la colectividad y la dignidad. SMED seguirá luchando hasta el pago completo del trabajo de nuestra colega, ayudándola con todos los medios sindicales y legales. Ninguna intimidación quedará sin respuesta, ninguna editorial seguirá siendo la “portadora de cultura” a costa de profesionales y trabajadorxs que trabajan duro para asegurar la producción y calidad de libros e publicaciones.
Ni un(a) colega solo
Ahora y siempre, unidxs contra la infravaloración de nuestro trabajo
smed.gr / syl.smed[arroba]gmail[punto]com