Informa-azione difunde esta carta de Massimo, que lleva más de cuatro meses en prisión preventiva en el marco de la operación «Ixodidae», llevada a cabo por la Fiscalía de Trento, a la cual el tribunal de apelación de Turín ha confirmado, el único entre lxs arrestados del No TAV el 29 de noviembre pasado, el arresto domiciliario (con todas las restricciones.) Las razones de los jueces son bastante elocuentes: impedirle volver a estar en contacto con lxs compas y con las luchas.
Rovereto, 05 de diciembre de 2012
Un hecho
Reflexiones sobre represión, solidaridad y el movimiento NO TAV
29 de noviembre 2012. Otra oleada de detenciones y medidas represivas contra el movimiento NO TAV. Ciertamente, no se puede decir que () duerman en el Ministerio del Interior. Las distintas Fiscalías continúan sacando del horno solicitudes de arresto que los jueces aceptan o, si no, reestructuran en número o formas, pero casi nunca dejan a los fiscales con las manos vacías. Se termina hoy en prisión o bajo arresto domiciliario, con acusaciones por la que, en el pasado, se habría sido juzgado en libertad. La razón no es fortuita y no tiene nada que ver con cuestiones jurídicas. (Como sabe bien el movimiento NO TAV, sometido a un sinnúmero de medidas extrajudiciales de restricción de la libertad: desde la constante creación de zonas rojas permanentes a la lluvia de órdenes de expulsión distribuidas en los últimos tiempos, hasta llegar a la «vigilancia especial», reservada a lxs NO TAV durante el reciente traslado a Lyon).
El poder, para seguir garantizando la acumulación de beneficios, debe golpear duro. El valor mismo del dinero –basado en la intervención, cada vez más, directa del Estado– se impone con la violencia de la policía. Desde Equitalia (empresa recaudadora de impuestos italiana) hasta los desahucios, desde las cargas en las plazas hasta el ataque a los salarios y las pensiones, el monopolio estatal de la violencia es el último recurso para un capitalismo en profunda reestructuración. Esta violencia, en contra de lo que cuentan las fábulas democráticas, no tiene límites internos (las leyes, la Constitución, el llamado contrato social, etc.). El único límite es la rebelión (real o temida) de lxs explotadxs. Si el poder se asigna proyectos a más largo plazo –bajar más el «coste de la mano de obra», privatizar la sanidad, desmantelar el sistema de pensiones, arrebatar los ahorros de millones de personas, militarizar sucesivamente la sociedad, etc.– las singulares medidas no se ven solo como pasos intermedios, sino como constataciones sobre el terreno de la paciencia social. En este sentido, no se equivocó Monti (ex primer ministro), hace meses, al declarar, cuando recogía un premio fuera de Italia, que el premio deberían habérselo dado al «pueblo italiano» por «el espíritu de sacrificio demostrado». «aquello del capital es un pueblo de estoicos», escribieron con intenciones opuestas Collu y Cesarano en Apocalipsis y revolución (1974). Pero algo está cambiando, como se desprende, por ejemplo, en el último inquieto Informe del Centro de Estudios para la Inversión Social (Censis) sobre las protestas en Italia. Y como se vio en media Europa el pasado 14 de noviembre.
También lxs explotadxs están empezando a hacer sus propias constataciones sobre el terreno, por lo que cada lucha prepara otra, cada barricada puede hacer más fuerte la próxima. La constatación más importante consiste en ver, entender, experimentar en primera persona que oponerse a la violencia estatal – que es también, pero no únicamente, brutalidad policial – es posible.
En esto se encuentra la necesidad del Estado –y, por tanto, de la policía, del poder judicial, de los medios de masas– de golpear al movimiento NO TAV; y de golpearlo ya sea tanto por lo que ha hecho y hace, o por el sentido de la posibilidad que contagia. Lo mismo vale para aquellos componentes revolucionarios que nunca han ocultado el lado de las barricadas en el que están. Molestos aguafiestas durante los períodos de paz social, se convierten en peligrosas chispas –reales o potenciales– allí donde el conflicto retoma vigor y consistencia.
Si este breve análisis es correcto, intentar separar las diferentes investigaciones centrando la atención solo sobre aquellos que recurren a delitos más «presentables» es un grave error. Y, todavía más grave, además de triste, es nombrar, en las iniciativas solidarias, solo a algunxs de lxs NO TAV golpeadxs.
No es cierto, como se ha dicho y escrito, que el objetivo de la operación represiva del 29 de noviembre era golpear a lxs autorxs de la ocupación del estudio de Geovalsusa y solo marginalmente –y mediáticamente– a lxs autorxs del presunto ataque al equipo de televisión. También por los hechos de Chianocco, la Fiscalía había solicitado 8 prisiones preventivas (5 de ellxs, ya en prisión). Pero este no es el asunto.
El poder judicial –que nunca como antes había trabajado tan directamente para el Ministerio del Interior– actúa de una manera no muy diferente a la del poder en su conjunto. Se plantea objetivos a largo plazo, otros más inmediatos, y hace verificaciones sobre el terreno hasta donde puede llegar (todo esto no contradice el hecho de que todos los jueces sean unos burócratas). Sabe que atacar al movimiento NO TAV por jornadas como la del 27 de junio o el 3 de julio de 2011 es más difícil, pero no puede evitar ya hacerlo (como en cambio decidió, en un contexto político-social diferente, por el 8 de diciembre de 2005). Sabe también que la lista de delitos asociativos – que sigue utilizando en contra de algunxs componentes revolucionarixs, anarquistas sobre todo– sería contraproducente si se aplicara a un movimiento de masas. Y impugna, pues, episodios aislados (descontextualizándolos, como de costumbre), en el NO TAV, en su mayoría no del valle. Intenta, así, repartir años de prisión y al mismo tiempo comprueba la resistencia de la solidaridad dentro del movimiento. Al mismo tiempo, confía a una Fiscalía provincial (especialmente, a la de Trento) un intento que no se puede asumir en el corazón del conflicto, o sea, en Turín. En el marco de una investigación por «asociación subversiva con fines terroristas» (el ya conocido 270 bis) contra 43 anarquistas, el fiscal de Trento acusa, de hecho, a algunxs compas de haber organizado y dirigido los enfrentamientos del 3 de julio en el Valle, a pesar de que estxs compañerxs ni siquiera aparecen entre lxs 45 NO TAV imputadxs en Turín (a quienes, por otra parte, Caselli se ha cuidado bien de no accionar un cargo similar, del que el movimiento NO TAV es la negación viviente). Aun así, el intento de Trento ha sido preparado con la colaboración de los Digos de Turín y con una campaña mediática nacional sobre las «fracciones violentas», sobre las «profesionales de la guerrilla» y los supuestos «líderes».
En pocas palabras, el poder judicial se pone al mismo tiempo objetivos cuantitativos y cualitativos. Golpea (con varias medidas) el mayor número de NO TAV posible y busca cualquier excusa para quitar de en medio algunxs compañerxs, acusándoles de los hechos preferiblemente menos «populares» de la lucha, con el fin de aislarlxs. Y lo hace en perspectiva: la cantidad y calidad de los ataques represivos tienen a un objetivo mayor, que es el de dividir, desmoralizar y, finalmente, derrocar al movimiento NO TAV como advertencia para todxs.
Leer los documentos judiciales tiene el mismo efecto que mirar las noticias del telediario: en ambos casos es obra del totalitarismo que nos fragmenta.
Así como la ocupación de Geovalsusa en Turín no es separable del verano NO TAV, de la campaña contra las empresas colaboracionistas y del movimiento en su conjunto, lo mismo vale por los hechos de Chianocco del pasado 29 de febrero. Una jornada larga, que comenzó al amanecer en la autopista ocupada y acabó a las dos de la mañana en el Polivalente de Bussoleno en una de las asambleas más intensas de la historia del movimiento NO TAV. Mientras tanto, antes del bloqueo del TGV (Tren de Alta Velocidad) en la estación y de una resistencia en la autopista que duró más de cinco horas, la expulsión de un equipo de televisión. Un «hecho», dice la orden de prisión preventiva. Un hecho, cierto. Otro hecho es que Lucas estaba todavía en coma farmacológico. Otro hecho es que algunos periodistas lo habían llamado “cretinillo” Otro hecho es que el día antes algunos policías vestidos de paisano habían sido descubiertos, cerca de los bloqueos en una camioneta de quesos falsa intentando interceptar las conversaciones de lxs NO TAV. Y otro hecho es que los periodistas expulsados el 29 de febrero tenían mochilas con antenas, máscaras antigas, gorras reforzadas y una sirena azul en el coche… Un hecho es que fueron ellos los que hicieron las grabaciones que sirvieron después para montar el caso «pecorella» (un hecho innoble y, al mismo tiempo, ridículo, dada la cantidad y variedad de insultos gritados esos días a las fuerzas del orden…). Un hecho es que si cuarenta NO TAV realmente hubieran agredido a los tres periodistas, como se dice en los documentos judiciales, estos últimos ciertamente no se habrían ido andando. Un hecho es que el episodio de Chianocco ha implicado efectivamente a cerca de una decena de NO TAV y que, esa misma noche, se comentó en la asamblea de Bussoleno. Un hecho es que los focos mediáticos se apagaron mágicamente cuando la policía y los carabinieri empezaron las cargas en la autopista. Un hecho es que los medios de masas son uno con la máquinaria de ocupación militar del Valle de Susa. Un hecho es que toda la clase dominante está a favor del TAV. Y otro hecho es que toda una población, junto a tantos solidarios, resiste desde hace más de veinte años.
De todos estos hechos, la Fiscalía elige lo que le resulta cómodo. No es de extrañar. (Y si después sus acusaciones no concuerdan con los hechos, bah, tanto peor para los hechos, como diria Lukács). De todos los delitos que el movimiento NO TAV ha cometido los últimos años en el Valle y en otros sitios –a partir del crimen que les concierne a todxs, o sea, el de no rendirse– los jueces de media Italia encontraran otros «hechos», selecciónandolos según sus intereses. Totalitarismo del fragmento, de hecho, expresión e instrumento de quien mira el mundo a través del ojo de la cerradura.
Por mi parte, me niego a mirar por ese ojo.
Por mi parte, la jornada del 29 de febrero fue hermosa. Y me la reivindico. Toda.
Massimo Passamani