En la noche del viernes 19 de abril, en Exarchia, algunos individuos deciden mostrar activamente a los antidisturbios MAT que no se les quiere en la zona. Siguen enfrentamientos, gases lacrimógenos y cacería humana. Dejo a mi cuadrilla en la cafetería donde nos sentamos y me dirijo hacia la calle Tzavella buscando la moto que un amigo me había prestado. Ahí me vienen los pacos DELTA (fuerzas motorizadas), los mierdas modernos al estilo de Bourandas [jefe de la unidad de policía motorizada durante la ocupación nazi en Grecia] cuyo único deber es apuntar y eliminar a lxs disidentes o a lxs que simplemente no les gusta su cara. Me avisan de que me van a procesar para identificarme los datos.
En GADA (la Jefatura de Policía), la historia cambia. La detención se convierte en arresto y presentan como pruebas un guante, un collar y un encendedor que, supuestamente, me pertenecían, aunque el informe del arresto no los menciona en ninguna parte. Luego, me entero de que hay testigos (todos DELTAS) que, en idénticas declaraciones, dicen que cada uno de ellos me reconoce por haberles amenazado “de forma provocadora” agitando en la mano un molotov encendido, a pesar de lo lejos que me encontraba (y el hecho de que en sus declaraciones aparezco bastante más alto y con pelo distinto).
Lo que siguió era lo esperado. Entré en prisión preventiva aunque, como claramente indican sus leyes, no existían las condiciones para aplicar esta medida extrema de encierro. Por supuesto, bien sabemos que no soy ni el primer ni el último caso en que los jueces desprecien las leyes que, supuestamente, honran para condenar a algunx de nosotrxs, algunx proletarix, algunx de lxs “de abajo” de este mundo.
Llevo ya dos meses esperando a ver cuándo y si tienen la intención de excarcelarme, dado también el intento de incriminarme con un controvertido informe de ADN, les doy a los perros del Poder la razón: aunque no “cumplen” con los requisitos legales para mi arresto y la prisión preventiva, “cumplen” sin embargo otros requisitos más importantes. Mi condena por la ocupación de la escuela Politécnica en 1995, mi participación en luchas y proyectos colectivos horizontales, mi solidaridad con lxs que están en las calles, canchas, okupas, fábricas, tribunales gritando “¡Atrás chivatos, adelante compas!”, con lxs que desafían el monopolio estatal de la violencia, lxs que no consienten finalmente su propio exterminio para que las élites locales y transnacionales acumulen sus beneficios…
Culpable sin ir a juicio, culpable en base a declaraciones idénticas de esta banda criminal fascista llamada ahora Delta y no Equipo X (paramilitares fascistas griegos durante la ocupación nazi), dado que cualquiera que no obedezca al Estado, la patronal y sus fascistas, a los ojos y oídos de los que nos oprimen y tratan de aplastarnos en vano somos culpables, enemigxs internxs o, simplemente, innecesarixs e ideales para “almacenar” en alguna de sus mazmorras. Culpable porque yo también, como muchxs otrxs en Exarchia, no nos tomábamos simplemente un vinito en los locales de la plaza, sino con el rostro descubierto y a quemarropa gritamos en varias ocasiones a los que aplastan las cabezas y la dignidad de lxs insurgentes y simples paseantes: ¡PERROS, GUARDEN A SUS AMOS!
Stefanos Amilitos
Módulo 1, Prisión de Koridallos
12 de junio 2013
PD. Solidaridad con los compañeros Kostas Sakkas, que está en huelga de hambre desde el 4/6, y con Gerasimos Tsakalos, ambos llevan en prisión preventiva 30 meses seguidos en las mazmorras de la Democracia.