Se ha saboteado una línea eléctrica principal. Ocurrió hace como un mes (este texto se escribió el 3 de octubre de 2013), durante una agradable noche en el campo en algún lugar del este de Kanadá, mientras todxs lxs cómodxs esclavxs preparaban felizmente a sus hijxs para la vuelta a un nuevo nivel de lavado de cerebro y condicionamiento del comportamiento social, con polis echándoles un ojo depredador en la escuela, para prepararlxs para el mundo de la prisión.
Llenándome de desespero y aislamiento de esta pesadilla social, partí a esta escapada nocturna para realizar un acto de entorpecimiento de una línea eléctrica de Corriente Continua de Alta Tensión [HVDC, por sus siglas en inglés], desatornillando un montón de tuercas de dos de las cuatro patas de esos goliats de acero de la esclavitud tecnológica que transportan electricidad a través de la frontera, solo con una llave inglesa grande y un tubo metálico ligero que cupiera en la manivela para hacer más palanca. Aunque hubiera disfrutado mucho de la compañía y el trabajo en equipo con otrxs insurgentes, no me quedaba ni energía ni tiempo para que se unieran a la acción. Pero que quede claro que lo hice de una forma u otra, puse mucho sudor en ello y tampoco fue gran cosa. Así que, como dicen, es fácil atacar. Entrar y salir de ahí siempre es más difícil.
Lo hice por Jerry Koch, Marie Mason, Maddy Pfeiffer y todxs lxs millones de menos conocidxs que se pudren en celdas de hormigón de un capitalismo de ladronxs hardcore que gobiernan EE.UU. y Occidente en general. Quiero derribar este sistema de mierda de voracidad empresarial y pensé que derribarle literalmente la columna vertebral, tornillo a tornillo, parecía una buena táctica.
También lo hice por la profunda rabia por lxs cerdxs neonazis de la Real Policía Montada de Canadá porque han arrestado y enviado a un montón de familias romaníes a centros de detención los últimos dos años, todo gracias a ciudadanxs chivatxs y todxs esxs gordxs y asquerosxs gusanxs que se sientan, se pajean, mienten y difaman desde lo alto de sus torres de marfil de los medios policiales del Estado, los mismos hipócritas vomitivos en masa que rezan y apoyan activamente la represión policial. La inmensa frontera de EE.UU. con Canadá, especialmente allí donde ahora se ha cerrado con todo tipo de vigilancia y control, es una prueba del largo camino que recorren lxs déspotas del Estado para aplicar fronteras puramente conceptuales y esquizofrénicas sobre las «personitas», mientras preservan todas las libertades para la casta alta capitalista que gobierna y ha comprado países enteros mediante préstamos masivos.
Lxs agentes del Estado que mantienen el orden social son todxs cobardes, porque desde la (percibida) seguridad de sus oficinas y detrás de sus escritorios, defienden privilegios que se les garantizan a ellxs simplemente por haber nacido aquí; todo contra gente que ha recorrido grandes distancias en condiciones deplorables y que han puesto sus vidas y libertades en juego para que sus hijxs puedan tener la oportunidad de un mejor futuro.
Y contra esxs bravuconxs asesinxs en masa detrás del Grupo Blackstone [ grupo financiero-turístico mundial]. Aún hay gente ahí afuera que resiste a sus lindos proyectos, como la inminente línea eléctrica HVDC que pasará bajo el Lago Champlain y que, hace poco, recibió la completa bendición de Marois, la reina cerda [primera ministra] de Quebec. Dados los últimos acontecimientos, la gente del sur de Ontario y de Quebec ya saben muy bien todo lo que pueden intoxicar el medioambiente estxs jodidxs capitalistas mientras les quitan la vida a muchxs proletarixs y se salen con la suya. Detengamos el desarrollo de lxs altxs parásitxs y despedazémoslxs una y otra vez hasta colgarlxs de sus corbatas en la plaza pública.
Aquí está el asunto: Exactamente cuándo y dónde se realizó… qué corte eléctrico se provocó desde entonces -como el reciente cierre del tren bala Amtrak entre Boston y Nueva York de varios días- o cuál se provocará pronto si lo llego a haber hecho mal… es cosa de lxs cerdxs federales y las compañías eléctricas a ambos lados de la frontera descubrirlo y demostrar si su tecnología y fuerza de trabajo realmente vale tanto dinero. No tuvieron mucho éxito a la hora de encontrar y reprimir a aquellxs que estuvieron detrás de muchos de los sabotajes eléctricos ocurridos este verano en Quebec, así como a lxs que estaban detrás del más famoso, allá por 2004.
Porque la tiranía también tiene un precio… Cargo todos los costos que conllevan este sabotaje en la cuenta de lxs inquisidorxs del Gran Jurado y sus cerdxs, por conspirar contra lxs resistentes Jerry y Maddy, así como en la de lxs cobardes burócratas que imponen su tortura administrativa a Marie Mason, una madre amorosa y amorosa defensora de la vida animal que, simplemente, no se puede proteger de lxs violadorxs del medioambiente. El coraje de estxs prisionerxs es lo que me ha dado el deseo y la energía para llegar hasta el final. Y si ellxs siguen resistiendo vuestra tiranía dentro de sus celdas de hormigón, volveremos atacar otrxs y yo.
Quizá seamos unxs cuantxs idealistas desesperadxs por creer en la mínima posibilidad de que otrxs en alguna parte -que sienten lo mismo que nosotrxs por esta sociedad vomitiva de barones barrigones en armaduras y por sus queridos y tóxicos barrios residenciales baldíos- se enterarán de este tipo de tácticas contra la sociedad, recorriendo un largo camino, en la distancia, muy lejos de su burbuja sociocultural, para aplastar de verdad la sociedad totalitaria. Pero odio los ideales, sobre todo, esas utopías de la clase dominante que las convierte siempre en distopías ásperas para mucha más gente. Una utopía distópica, permitida mediante la colocación masiva de líneas eléctricas y antenas por todas partes, apoyan la sumisión masiva y estúpida de lxs proletarixs al trabajo, al consumo, a la producción de desperdicios tóxicos y, cada vez más, la destrucción de la vida.
Tal sociedad solo merece ser despedazada.
No podemos construir un mundo libre, uno hecho con responsabilidad, amor, comprensión, dignidad, racionalidad y verdadera comunidad, sin romper (con) las viejas rutinas podridas de la prevaleciente oligarquía capitalista como, básicamente, solo una sociedad en funcionamiento permite para mantenerse. Esta sociedad no es más que una fábrica a cielo abierto, una máquina casi invisible de explotación en masa mediante el conformismo, donde el/la individux se hace molestx, si no, el enemigo definitivo, como el mundo natural. La sociedad es guerra.
Tenemos un montón de posibilidades para combatir la infraestructura de poder que se aferra a las masas, mientras resistimos todos esos proyectos de desarrollo invasivos y destructivos de la gran economía global, donde y cuando podamos, con tantos números como podamos reunir. Y si he sido tan insensatx como para realizar esto solx (no dudo de que lo fui) entonces demuéstrenme que estoy equivocadx, amigxs y cómplices desconocidxs…
¡Hacia el salvajismo!
En solidaridad con lxs luchadorxs de la FAI/FRI
Con lxs que resisten a la MAT en Cataluña
En memoria del guerrero Mohawk «Splitting the Sky [Partiendo el Cielo]»*
*Splitting the Sky (también conocido como John Boncore and John Hill) murió el 13 de marzo de 2013. Participó en el motín carcelario de Attica en 1971, la ocupación de Ganienkeh de 1974 y el levantamiento armado del Ts’Peten (lago Gustafsen, Colombia Británica) de 1995. Formaba parte del movimiento indoamericano y era portavoz, tanto de la Alianza canadiense en solidaridad con los pueblos nativos (CASNP, en inglés), como de la Liga de las naciones indígenas soberanas (LISN).