Escuela secundaria de un pueblo del bajo Valle de Susa.
Una mañana como muchas otras: sirena, todos en el aula y, mientras se charla, llega el profesor: “Hoy no hay clase, hoy vamos al gimnasio a escuchar el cuerpo de los carabinieri”.
Así se forma el “mogollón” y se toma asiento.
El carabiniere orador explica con detalle el bien que hacen a la población, explica lo que es el bullying y como puedan intervenir en tales circunstancias, que su misión es la de ayudar a los débiles y detener a los malos y, al final, muestra un video muy majo en el que se ven patrullas frenar, súper-malos detenidos y niños rescatados.
Todo parece acabarse en el mejor de los modos…pero hay un pero.
Porque los niños pueden hacer preguntas, y la primera pregunta llega de una nenita pequeña que va al primer año de la secundaria (¡de 11 años!) que, muy inocentemente, dice: “Vosotros decís que hacéis bien a la gente, pero en este valle yo sé que pegáis y aporreáis los NoTavs, y a mí no me parece que hagáis tanto bien”.
Entonces el carabiniere se muestra como lo que es y, en lugar de cerrar el asunto con un chiste, empieza un largo panegírico en contra de los NoTavs: “Son desobedientes (¡utiliza justo esa palabra!), no escuchan como un niño que no escuche a su mamá” y en un crescendo wagneriano empieza a contar que se tapan, que tiran piedras y bombas, que atacan las redes y que hacen cosas ilegales, y esa última palabra la vuelve a repetir una y otra vez.
La niña escucha, y cuando se acaba el panegírico, vuelve a tomar el micrófono en las manos, y entonces responde: “Pero a mí me parece que los primeros en ser ilegales sois vosotros. Disparáis gases lacrimógenos que están prohibidos en todo el mundo, vosotros, los primeros que deberían ser legales”.
En este momento pasa algo que no se podía esperar. Pasa que todos los niños empiezan a aplaudir y a elogiar a la pequeña niña de primero y el carabiniere no puede seguir hablando.
Ella, con todo este jaleo, empieza a llorar de la emoción, mientras que todos los niños se acercan a ella: que le hacen cumplidos, la abrazan, le dicen que es una pequeña heroína.
En las horas siguientes no se habla de otra cosa. De la “de primero” que ha dejó callado al carabiniere.
Estemos tranquilos, ¡porque ya perdieron!
fuente: Spinta dal Bass