Propaganda en las cercanías del Hospital Penitenciario:
El 22 de Julio del 2014 decidimos realizar un pequeño gesto de propaganda a las afueras del Metro Rondizzoni, en las cercanías de la Cárcel de Alta Seguridad y el hospital Penitenciario como inmediata respuesta a la situación vivida por el compañero Marcelo Villarroel.
Recordamos que Marcelo recientemente fue condenado por la inquisición democrática a 14 años de prisión acusado de dos expropiaciones bancarias. A meses de ser condenado, el compañero sufrió problemas de salud que obligaron a trasladarlo con un amplio despliegue policial y represivo.
Enviamos nuestra fuerza al compañero.
Cualquier agravamiento en la situación de salud de los compañeros será responsabilidad directa de los carceleros…
¡¡Marcelo, Freddy, Juan, Carlos y todxs lxs prisionerxs revolucionarixs a la kalle!!
Propaganda repartida en el sector:
Marcelo Villarroel, activo compañero anticapitalista, participe de la resistencia y ofensiva armada contra la dictadura y la democracia de los ricos.
Fue militante del Movimiento Juvenil Lautaro, rompe con dicha organización al unirse a sectores libertarios y autónomos.
Con más de 16 años de prisión, cerca de 27 huelgas de hambre y recientemente condenado a 14 años de prisión acusado de expropiaciones bancarias.
Todo esto lo ha enfrentado sin doblegarse ni detener su impulso en la lucha por la libertad.
La noche del domingo 20 de Julio, el compañero Marcelo Villarroel comienza a sufrir dolencias cardiacas al interior de la Cárcel de Alta Seguridad, donde se encuentra secuestrado acusado de diversas expropiaciones bancarias. Cerca de las 22 hrs es derivado al hospital penitenciario, para luego ser trasladado a diversos centros de salud en medio de un burdo despliegue de seguridad, entre gendarmería y carabineros.
En horas de la mañana es nuevamente trasladado al hospital penitenciario, aun cuando dicho recinto no cuenta con los requerimientos médicos y sanitarios que se necesitan para monitorear y estabilizar al compañero.
Este último traslado deja en evidencia que más que resguardar la salud y la integridad, lo que prima son razones políticas al servicio de la autoridad, que reducen a cada prisionerx a un mero numero al cual custodiar independiente de su estado de salud. No nos sorprende, es simple rutina carcelaria y una razón más para despreciar las lógicas del poder y todo engranaje que se esfuerce en mantener el dominio.
Enviamos nuestra fuerza al compañero…
Los vaivenes de la salud, que se intensifican con la represión, no detienen a quienes se mantienen en permanente ofensiva.