El sábado, 1 de noviembre, unas cien personas se reunieron en la Avenida de Stalingrad, en la ciudad de Bruselas, para mostrar su solidaridad con lxs que luchan contra el Poder y para expresar su rabia contra el asesinato del compañero Rémi a manos de la policía en el sur de Francia.
Al principio, hubo intervenciones a través de los megáfonos para explicar los motivos de nuestra presencia a la multitud que se encontraba en la calle de esta parte del centro de Bruselas que sigue siendo un barrio popular. Entre tanto, se repartía un texto y se comenzaban a corear las primeras consignas: «Maderos, cerdos, asesinos», «El Estado mata, matemos al Estado», «La libertad no se mendiga, o se toma o no existe»…
La concentración se hizo más ruidosa, así que media hora más tarde se transformó en una manifestación espontánea que dio una vuelta por el centro de la ciudad, pasando por el bulevar Anspach. Delante había una pancarta que rezaba «Poderes asesinos» y una granada de humo grande, mientras la gente coreaba lemas como: «Una bala para cada paco, justicia social», «Abajo el Estado, los pacos y la burguesía», «Li-li-libertad, queremos libertad», «Poder asesino», «Ladrillo a ladrillo, piedra a piedra, destruyamos todas las prisiones», además de lanzarse muchos petardos. Mientras avanzaba la mani, más gente se unía a ella.
A continuación, nos dispersamos, sin pacos, ni detenciones.