Cuando las decisiones tomadas en guerra son firmes y se basan en convicciones claras que se reflejan en la práctica de las ideas por la libertad, se entiende que el camino escogido no tiene vuelta atrás y eso implica asumir consecuencias, ser concientes de cada paso dado, cada error, cada acierto y por supuesto cada avance.
Cuando se trata de compañerxs que han decidido enfrentar día tras días al poder con dignidad y orgullo de su posición, se hace presente la solidaridad que nace desde las vísceras, se entiende que pese a la distancia, a las barreras y los obstáculos debemos actuar, porque hay personas que en un contexto distinto también han decidido seguir agudizando el conflicto aunque eso implique su vida.
Entonces aquí estamos, haciendo, creando y destruyendo, y cada deseo de subvertir el orden imperante intentamos llevarlo a la práctica, en acciones de distintas envergaduras, con distintos impactos y con distintos propósitos, pero al fin y al cabo haciendo de nuestras ideas, nuestro odio, y nuestros deseos de libertad algo tangible, algo real. En las acciones no existen anhelos de grandeza, solo conciencia y con ello dejamos claro que la invitación es a dejar la crítica en la comodidad de las ideas que no se traducen a la práctica, la apuesta es a hacer y dejarse de discursos sin sentido que en lo tangible no tienen cabida para quienes se sienten con el derecho de opinar sobre un contexto en el que no están siendo un aporte.
Durante la noche del 3 de marzo realizamos un corte de calle en una avenida del sector poniente de Santiago enviando un mensaje de solidaridad, de resistencia, algo metafórico que tenemos claro es un golpe anímico para quienes resisten tras los barrotes y especialmente para nuestrxs compañerxs griegxs que se encuentran en huelga de hambre, para ellxs nuestro cariño y fuerzas, desde acá seguiremos en la calle, con esta acción y cualquier otra.
PD: Se vienen las “jornadas solidarias con lxs presxs de la guerra social” en las cárceles chilenas del 10 al 20 de abril. Preparémonos!
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