Santiago, Chile: Relato en el marco de un nuevo 11 de septiembre en la comuna de Lo Prado [2017]

Previa agitación callejera (10/09), y preparación de materiales, el 11/09 nos sumamos al ataque contra la policía en la población.

La jornada es iniciada por vecinxs del barrio, que comparten mientras encienden barricadas en las esquinas. A la par, una colectividad se desenvuelve cómplice, confluyendo en torno a la violencia antiyuta. Las columnas de humo vistas a la distancia y el sonido de los primeros disparos de lacrimógena nos alertan, «hay que apurar». Cargando los materiales llegamos a la intersección (blanca del humo tóxico), nos sumamos a los disturbios y los ánimos se encienden aún más. Al rato, cerdos de civil se pasean, pero saben que no pueden atravesar el cortacalle. El contingente es superior al visto en otras ocasiones, pero nuestro poder de fuego también. Descargamos nuestras armas artesanales a la par con «el hampa». Ya de retirada vemos como más civiles tratan de entrar en la población, impedidos por los cortes alrededor. Este territorio lo conocemos al revés y al derecho, y no deja de sorprender como estxs bastardxs de civil tratan de irrumpir, el protocolo ha cambiado, sin lugar a dudas.

Hace años que somos parte de los desbordes de este sector, 7 fechas han pasado, y no ha sido al azar. Con distintas experiencias nos hemos curtido, y también entremezclado con las dinámicas de este territorio que conocemos en plenitud. No somos bichos raros en la pobla, somos parte íntegra de las cuentas negras que saca el poder al amanecer de los próximos días cada año.

No es casualidad que esto sea así, ha significado un constante ejercicio de poner en duda nuestros prejuicios, la voluntad de romper con prácticas de guetto político, y también de reconocer las particularidades entre las que nos desenvolvemos, porque asumir como homogéneo este (u otros) entornos sería un error, por el que alguna vez y siendo ingenuxs, nos caímos.

Lo aprendido desemboca en prácticas simples, pero que nos mantienen atentxs y aportando a la lucha callejera, agudizando la violencia algunas veces, asegurando el sector en otras, sin interrumpir y desenvolviendose con quienes también han construído a este sector como uno combativo.

La memoria de nuestrxs muertxs siempre es parte de las motivaciones para reventar la paz social en impulsos esporádicos y violentos que levantamos lxs inadaptadxs de siempre, lxs no resignadxs de esta tierra.

Así también es motivación la creciente sed de crecer en experiencias, de agudizar nuestra capacidad de observar y aprender de aquellxs que pueden fortalecer nuestras prácticas de ataque en múltiples circunstancias.

Seguimos repensando nuestras estrategias, reformulando nuestras prácticas, con nuestras convicciones claras, asumiendo la multiformidad de este espacio de lucha con cautela, pero como desafío y posibilidad, siempre atentxs, pero no soberbixs.

Salud y anarquía para cada presx subversivx que se mantiene en pie de guerra.

En nuestra memoria y voluntad: Claudia López, Jhonny Cariqueo, Mauricio Morales, Sebastián Oversluij y Javier Recabarren.

Septiembre 2017.