[Estado Italiano] Texto: Las ganas de volver a intentarlo

Traducción recibida el 06/11/2021:

La mañana del lunes 1 de noviembre cerca de doscientas personas se han reunido en el puerto de Teulada para llegar a la base militar en la playa de Porto Tramatzu. Pese a las temibles previsiones meteorológicas, las nubes se detuvieron y los manifestantes pudieron caminar por la carretera provincial que conduce a una de las puertas principales de la base, pasándola y llegar a la playa donde anteriormente se había instalado una concentración. La composición -con la participación de muchos jóvenes- y las consignas transmitían entusiasmo, mientras que las intervenciones con el micrófono recordaban los estragos que se producen todos los días en el interior de las vallas.

El polígono de Teulada, por desgracia, está viviendo una fase continua de ascenso, distinguiéndose por un rol cada vez más central en la preparación de la guerra «pesada», aquella de tanques, de granadas, de misiles y de ametralladoras, pero también en las prácticas de green washing del ejército italiano (como el muy reciente Rally Extreme E).

Una vez llegados a la playa, un grupo de manifestantes ha abierto una brecha en las redes de la base, permitiendo a gran parte de la manifestación invadir el polígono. La Digos [1] ha inicialmente intentado de forma tímida bloquear los alicates y las tenazas, con escasos resultados. Una vez dentro y llegados a una de las primeras carreteras dentro del polígono, una camioneta ha llegado derrapando y un grupo de policías antidisturbios ha convencido a los manifestantes a retroceder… pero no a darse por vencidos.

Volviendo hacia atrás a las redes, nos hemos dirigido a otro punto de la base, esta vez pasando por la playa.

Las fuerzas del orden, inicialmente desprevenidas, han intentado con torpeza bloquear la marcha, sin escatimar en el uso de la porra, pero aun así teniendo que retroceder ante la determinación de los manifestantes. De hecho, algunos han logrado no ser bloqueados ingresando nuevamente al polígono, como lo demuestran las fotografías de los botes de humo encendidos en el interior.

La jornada ha continuado con algunas escaramuzas, discursos en el micrófono y luego la vuelta.

¿Qué nos dice una jornada como esta?

Sin duda la cuestión militar remueve la conciencia de muchos y muchas, dispuestos y dispuestas a desafiar el clima y los kilómetros para manifestar su oposición a la ocupación de nuestra tierra. No se puede no hacer las cuentas con el espíritu de un gran número de personas, cansadas de días de solo dar testimonio y dispuestas a cruzar las fronteras de esas redes, incluso a costa de enfrentar las cargas de la policía. Una jornada como aquella de ayer nos dice que mucha gente tiene ganas,  tiene ganas de remeterse en el juego, de tomar en la mano unas tenazas, si se necesita cubrirse la cara y arriesgar un poco de su libertad para probar a demostrar que los militares se pueden bloquear, que aquellas redes se pueden cortar y que la represión puede no detener las luchas.

El espíritu de ayer nos dice que si estos últimos años han sido un poco somnolientos desde el punto de vista de las iniciativas y de la proposividad, no quiere decir que todo está perdido, la rabia y la determinación solo han cubado, no encontrando los justos modos de salir, también a causa de la absurda situación pandemica.

Frente a esto, es cuanto más urgente hacer un esfuerzo para razonar y discutir cómo intentar poner el bastón entre las ruedas de los militares, partiendo de las prácticas conocidas pero sin pararse en ellas, tratando de encontrar modos que resistan a las medidas represivas y sean reproducibles en diversas formas y situaciones.

Como algunos de nosotros han escrito en un aporte para la manifestación, es de esperar que la misma determinación vista ayer seremos en grado de llevarla también contra las otras formas de explotación que sufre la isla. Para liberar, pieza a pieza, la tierra donde vivimos.

A continuación publicamos aquí una contribución que nos ha enviado con motivo de la manifestación a Teulada del 1 de noviembre y de las próximas movilizaciones otoñales contra la ocupación militar.

Una lucha más grande, algo por lo cual luchar

El otoño 2021 parece haber comenzado con un espíritu diferente a los anteriores, desde la iniciativa como aquella de Limbara a una encontrada propositividad y vitalidad en los recorridos, parece que las condiciones para relanzar las luchas en Cerdeña son positivas.

A la disponibilidad práctica creemos que sirva siempre acompañar un esfuerzo de lectura teórica, un análisis de las luchas, del contexto, de las perspectivas, en resumen de la fase.

Aunque si estas pocas líneas no serán las que analicen la fase actual, es importante para nosotros decir algo que nos toca el corazón.

Creemos que los diversos intentos de endulzar la píldora, de lobotomizar a las personas con tecnología y toques de queda varios, de comprar el silencio con subsidios, RdC y las diversas formas de asistencialismo, logran esconder, pero en absoluto a eliminar las lógicas de explotación que vivimos en Cerdeña, las mismas que se encuentra en otras regiones del sur del estado italiano: una explotación de estilo colonial.

La condición de subordinación en la que algunas partes de Estado vienen  sistemáticamente relegadas es cada vez más una condición necesaria para que las «locomotoras del país» continúen a exhalar vapor en el avance mortal del capitalismo.

Desde el falso mito de la energía verde (quizás sería mejor llamarla economía verde), al monocultivo turístico, a la ocupación militar, viejas y nuevas formas de explotación se compenetran, imponiendo a la Cerdeña, y no solo, un rol de batería energética, de inmensa playa mercantilizable, de enorme polígono a cielo abierto y así sucesivamente, en pocas palabras: una colonia.

Los ejemplos que la hacen tal son varios y numerosos: desde los emplazamientos candidatos a convertirse en el único depósito de los escorias  residuales de las ex centrales nucleares, a las cárceles especiales, desde la esclavitud industriales, llegando a la miseria en la cual se encuentra el aparato sanitario, todo está frente al nuestros ojos.

La estratificación secular del colonialismo, impuesto por las diversas formas de dominación a lo largo de los siglos, probablemente altera nuestra percepción sobre la entidad de este fenómeno, haciéndolo a menudo normalizado o incluso aceptable. Sin embargo, el uso y el consumo de los recursos humanos y naturales cada vez es más evidente, desde los trabajadores temporeros en negro y mal pagados, a la devastación de los mares y de las tierras para fines comerciales, todos recursos que engrosan los beneficios de los ricos empresarios extranjeros o de la local clase compradora, respaldados por las varias juntas regionales.

La ocupación militar representa quizás el aspecto más evidente de la lógica colonial que la Cerdeña ha vivido en el último siglo.

Contra ella – y otros enemigos – ya hemos luchado, han luchado otros y otras de muchas formas diferentes.

De las experiencias de ayer nos gustaría intentar recoger y actualizar un horizonte de las luchas que nos ha faltado en el pasado reciente,  aquello de la liberación y de la autodeterminación.

Sentimos la necesidad de relanzar un modo diferente de vivir, interpretar y esperamos condividir, estas jornadas y esta lucha. Sentimos fuertemente la necesidad de decir que cortar un trozo de red o detener un ejercitación es para nosotros un pequeño paso más hacia la liberación de un territorio.

Durante años estos conceptos se nos han escapado de las manos mientras luchábamos contra quién o cosa nos oprimía, no consiguiendo reconocer las conexiones entre las diversas formas de explotación que se asentaban o reforzaban en nuestra isla.

Podría parecer un fútil capricho teórico, y podemos incluso acoger esta crítica, pero a esto nosotros añadimos nuestra tensión, que no es solo teórica.

Con demasiada frecuencia nos hemos parado en el NO, perdiendo el valor que en vez los sueños y las ambiciones regalan a las luchas y a quienes las viven. Abordar los temas en sectores, como si no fueran parte de la misma lógica, es un error que no queremos cometer todavía. Por lo tanto, sentimos la necesidad de un horizonte más amplio: una visión del conjunto de la oposición y de la lucha que luego se convierta en el trampolín para crear colectivamente un sueño.

Esperamos que en el futuro las diversas prácticas de lucha puedan reconocerse en el hilo conductor que une todos los tipos de explotación específica, para ser más incisivos y finalmente hacer más hostil una tierra demasiado maltratada.

Si para nosotros el colonialismo es la forma más evidente con la cual el Estado italiano nos oprime, la liberación y la autodeterminación son el horizonte por el cual vale la pena luchar.

Kontra sa prepotentzia de s’istadu, feus kumente s’ortigu.
LMR

Fuente:
//ilrovescio.info/2021/11/04/sardegna-la-voglia-di-riprovarci/