Canadá: Crónica de la mani antirrepresiva en Montreal el 26 de octubre

Durante varios meses de lucha, ha habido más de 2000 arrestos. Ahora, más de 500 personas se enfrentan a cargos penales. Por ello, unas 150 personas se reunieron en la plaza de St. Louis el viernes, 26 de octubre para realizar una manifestación en solidaridad con lxs compas arrestadxs, así como en respuesta a la represión continua contra nuestras luchas. Los maderos del servicio de policía de la  ciudad de Montreal (SPVM) también agruparon frente al parque en un intento de crear un clima de miedo y pánico. Rápidamente, estos cerdos declararon ilegal la concentración. A pesar de ello, la mani se echó a la calle sobre las 19:00 (hora local). Antes de empezar a moverse, se pronunció un discurso incendiario que explicaba los motivos de la manifestación:

Después de seis meses de huelga, de batallas, de disturbios, de solidaridad, (y) de tribunales, parecía que la pacificación ha tomado el control. Esta tarde, es hora de desmentir esta sensación. No podemos quedarnos tranquilxs cuando más de 500 personas se enfrentan a cargos penales. Estas 500 personas que han vivido la calle con nosotrxs (que han estado en la calle con nosotrxs). Estxs compas que fueron arrestados para que nosotrxs sigamos aquí. Juntxs, nos hemos enfrentado a los cerdos que intentaban apalearnos, arrestarnos y que siempre están buscando cosas nuevas con las que acusarnos. Por culpa de estos cerdos, algunxs compas pueden ir a la cárcel o vivir en  unas condiciones donde el miedo maneja sus vidas. Intra o extramuros, todxs somos presxs de un sistema que nos impide vivir. La paz social es la alienación total, los verdugos de esta sociedad manejan nuestras vidas, aíslan a nuestrxs  compas y habría quedarse tranquilx y aceptar. Pero no hay nada que aceptar de este podrido sistema. Durante los últimos seis meses, tres personas han sido exiliadas de la isla de Montreal. La última sigue exiliada. Seis meses viendo lo que pasaba sin poder participar. No dejemos que la represión estatal se anticipe a nuestra solidaridad. La lucha no es nada si olvida a sus presxs. Esta tarde, rindamos homenaje a todxs nuestrxs compas que no pueden estar presentes. Recreemos ese espacio de solidaridad, no dejemos a esos cerdos asquerosos que nos dispersen de nuevo. Luchemos hasta el final. No les demos la razón y, sobre todo, no les dejemos que atrapen a otrx de nuestrxs compas. Juntxs marcharemos y juntxs resistiremos. Una manifestación solo dura una tarde, la lucha dura toda la vida. Lxs compas que han desaparecido bajo una montaña de condiciones forman parte de la lucha. Ellxs no son víctimas sino compas. Es el momento de encontrarlxs y de pasar a la acción. Aquí, esta tarde y todos los días de nuestra vida.

Al terminar el discurso, la marcha comenzó en un ambiente agitado con consignas como: “Solidaridad con lxs detenidxs”, “Las prisiones en llamas, con tornillos por el medio” y “La lucha no es nada si olvida a sus presxs”. Las pancartas rezaban: “¡Huelga estudiantil! ¡Lucha popular!–Solidaridad con lxs que se enfrentan a la represión por participar en la lucha” y “Solidaridad con lxs arrojabombas de humo– ¡’Terroristas’ son los cerdos que intentan convertir a palos la lucha en sumisión!”–Ni un paso atrás ante la represión”. Muchxs manifestantes estaban vestidxs de negro. El mensaje de solidaridad de la acción le quedó bien claro a lxs transeúntes; una solidaridad que permite la acción colectiva. A lo largo de la manifestación, se pegaron carteles antirrepresivos en las paredes del centro. De ese modo, nos apropiamos del espacio público que demasiado a menudo está dominado por los medios de masas. A pesar de que la manifestación fue seguida de cerca por la madera motorizada y coches de la SPVMG, los antidisturbios no se desplegaron. Unos 45 minutos después del comienzo, la manifestación se dispersó en la plaza de Phillips, cerca del metro de McGill. No hubo arrestos.

Esta mani es una muestra de nuestra solidaridad con lxs compas judicializadxs y se enfrentan a duras condiciones para su puesta en libertad. Los tribunales del Estado sabotean nuestras luchas, nos aíslan y siembran el miedo. A través de la fuerza y la pasión que vive en nosotrxs, responderemos. No esperamos nada de su justicia. La lucha continúa, sin concesiones.

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