Cuando el maullido de lxs felinxs se siente de verdad, las fronteras no existen y las montañas llevan su eco hacia toda la tierra.
El pasado domingo 17 de noviembre, la compañera Mónica Caballero y el compañero Francisco Solar fueron ingresados a prisión provisional en España, acusadxs de pertenencia a grupo terrorista, estragos terroristas y conspiración para la comisión de estragos terroristas. Acá en $hile, en un contexto donde la fiesta democrática-ciudadana está en su máxima expresión, no se hizo esperar la diarrea mental de varias autoridades que vieron en estos hechos la confirmación de sus propias inseguridades y miedos; en un acto de auto reafirmación, quisieron demostrar que su gobierno no lo había hecho tan mal como todxs dicen: hablaron de culpables, de un «poder judicial que debe hacerse responsable de que los terroristas estén sueltos», de la coordinación entre organismos de inteligencia, de que siempre tuvieron la razón: «ellxs eran, ellxs son»; festejan la caída de lxs compañerxs en las garras de sus símiles españoles, festejan que en el territorio español hayan quedado tras las rejas. Y no sólo celebran lxs poderosxs, la prensa que resguarda sus intereses toma su parte en el festín y logra instalar el tema a tal punto que la misma satisfacción es compartida por ciudadanos moralistas y correctos que confirman también su propia sumisión y asumida miseria. Festejan y disfrutan, se palmotean la espalda, felicitándose. Ni siquiera susurran para guardar las apariencias, así de directa es su provocación. ¿Acaso tienen algo que festejar? ¿Acaso piensan que nuestrxs compañerxs caben en sus parámetros de justicia y poder, y que por ello fueron derrotadxs? ¿Piensan que lxs van a doblegar? ¿o creen quizás, que su detención y encarcelamiento servirá de ejemplo para quiénes todavía deciden arrojarse en búsqueda de la libertad? El proyecto Fenix, acto 8, puede ser una buena respuesta a esto último. Las salidas y los mitin solidarios. Los ataques sucesivos a sucursales bancarias ocurridos las últimas dos semanas que han reivindicado a otrxs compañerxs, también presxs. Las bibliotecas antiautoritarias que siguen colectivizando el pensamiento revolucionario, que nos permiten nutrirnos de experiencia; la propaganda escrita, las actividades solidarias, cada compañero en prisión que es visitado o que recibe una carta o encomienda.
Todas acciones que en la práctica nos alejan de la inercia, del temor y de la inactividad que pretenden imponernos. Porque léanlo bien, su palabrería barata no nos sorprende ni nos intimida, por más que quieran no silenciarán nuestros gritos de apoyo y fraternidad; miles de kilómetros pueden separarnos físicamente de nuestrxs compañerxs, y sin embargo, sabemos que siguen irreductibles, y ellos tienen la certeza de que no estarán solos. En la vida de todx antiautoritarix, de todx combatiente, de todx revolucionario, el enfrentamiento cara a cara con el poder es siempre una posibilidad cierta; cuando unx decide luchar, decide también quién será su enemigo, y por muy grande que éste sea, no conseguirá hacer desaparecer las convicciones y los valores que sostienen nuestro actuar.
En el pasado hemos perdido a valiosos compañerxs que dieron su vida por una lucha que es también la nuestra, hemos visto cómo lxs encierran o cómo lxs obligan a caminar lejos de lxs suyxs, hemos sido testigos de cómo pretenden vincularnos criminalmente para hacernos sentir insegurxs. Pero cuando frente a una arremetida policial, jurídica, y carcelaria las convicciones de nuestrxs compañerxs represaliados se mantienen firmes, cuando sus valores e ideas se mantienen intactas, cuando no se arrepienten del camino avanzado, de lo construido, cuando no retroceden ante el poder que avanza, aunque la vida se les vaya en ello, cuando miramos a nuestro alrededor y vemos que están a nuestro lado, todavía luchando, entonces con mayor razón para quiénes no hemos sentido esa bota policial, ese dedo acusador, las murallas que aíslan, el poder de todo un Estado encima, no es una opción y jamás lo será, el desconocer nuestros lazos con algún(a) compañerx por muy expuestx que esté; porque lo que nos une no es un tráfico de llamadas, un traspaso de dinero, una encomienda, un espacio que visitamos en común o una causa judicial, lo que nos une es creer que podemos cambiar esta realidad existente, que podemos luchar contra quienes nos dominan y explotan, que podemos subvertir los valores que nos imponen, que podemos tomar la decisión de vivir nuestra vida en libertad y que, en todo esto, no abandonamos a lxs nuestrxs.
Hacemos eco del llamado a extender los lazos solidarios, realizado por algunxs procesadxs por el caso bombas hace pocos días, pues no creemos que sea sólo deber de ellxs pronunciarse y defender de las campañas políticas y mediáticas a lxs compañerxs.
Estas palabras surgen desde nuestros corazones rebeldes e indómitos, en momentos donde lo que se pretende es hacernos callar.
Porque nuestro compañerismo, nuestra fraternidad y la solidaridad hecha acción no caben en sus lógicas. Mónica, Francisco, no descansaremos hasta verlxs en libertad.
¡Abajo los muros de todas las prisiones!
¡Solidaridad internacional con lxs compañerxs encerradxs en las cárceles del capital!
“Es hora de actuar, en la cotidianeidad con nuestros afines, por la destrucción de la sociedad carcelaria y de cualquier intento social de reformar este asqueroso sistema de muerte. La solidaridad no debe jamás ser una consigna vacía, sino una acción cotidiana de enfrentamiento con el poder y un apoyo constante a l@s herman@s secuestrad@s en esta guerra a muerte.”
-Mauricio Morales Duarte
Colectivo Anticarcelario Vuelo de Justicia
Contacto: vuelodejusticia@riseup.net