Una breve historia de la brutal represión en el campamento de presos en la isla de Cayena en la Guayana Francesa, donde una rebelión contra el asesinato de un preso derivó en una masacre de presos anarquistas por parte de las autoridades.
Las Islas de la Salvación se sitúan cerca de Cayena, en lo que era la Guayana Francesa en América del Sur. Estas 3 islas-prisión (de las cuales la Isla del Diablo es la más famosa, tristemente) estaban reservadas, por parte de las autoridades francesas, para los casos difíciles, los prófugos reincidentes y los presos políticos. Con el tiempo, muchos anarquistas fueron trasladados a estas mazmorras.
A pesar de su apariencia paradisiaca, estas islas, rodeadas de fuertes corrientes en un mar infestado de tiburones, eran un lugar espantoso para los presos. La principal actividad de los presos aquí era verter agua salada en las malas hierbas que crecían en las carreteras y alrededor de los edificios. Reinaba el más absoluto aburrimiento. A excepción de aquellos confinados al aislamiento por haber cometido ciertas infracciones, los prisioneros tenían permitido entrar y salir durante el día antes de ser encerrados y encadenados al llegar la noche. Se puede apreciar parte del ambiente de estas islas viendo la película Papillon.
A principios de 1890, cartas de contrabando escritas por anarquistas empezaron a aparecer en un periódico francés, denunciando el trato recibido por los prisioneros en las colonias penales. Las cartas hacían referencia a la carencia de atención médica, a la confiscación de la correspondencia y a las repugnantes torturas y castigos que se llevaban a cabo.
En 1892, las autoridades tramaron una provocación, esperando conseguir una excusa para matar a los anarquistas, pero su intento fracasó. El régimen se volvió más duro y las autoridades principales dieron luz verde a los carceleros para deshacerse de los anarquistas. Los carceleros debatieron entre ellos para decidir quien iba a matar al primer anarquista.
En septiembre de 1894, el carcelero Mosca asesinó al anarquista François Briens. Antes de morir, manifestó: «Muero por la anarquía, los anarquistas me vengarán».
El 21 de octubre, Mosca fue asesinado durante su turno, apuñalado con una daga con tres tornillos. Las autoridades estaban preparadas. Se inició una cacería humana sin cuartel. El 22 por la mañana, el cuerpo de Charles Achille Simon (conocido como Biscuit y Ravachol II) fue encontrado escondido en un cocotero.
Un soldado le insultó y, cuando él respondió «Viva la anarquía», el soldado le disparó. Simon, que había nacido en Loiret, en 1873, fue miembro del grupo anarquista St. Denis, junto con el anarquista revolucionario Ravachol, y había colocado una bomba en la casa de M. Benoit, el presidente del tribunal que juzgaba el proceso de dos anarquistas, Dardare y Decamp. Estos últimos habían sido arrestados tras el ataque de la policía a una manifestación el Primero de Mayo de 1891 en la ciudad de Levallois. Durante el ataque de los maderos, otro anarquista resultó herido, y los tres fueron severamente apaleados en la comisaria de policía. El juez Benoit había instigado a un encarcelamiento de largo tiempo para Dardare y Decamp.
Otros tres presos, Marsevin, Lebault y Jules Leon Leauthier, fueron abatidos a tiros, cada uno sujetando la mano del otro y gritando «¡Viva la libertad, viva la anarquía!» Leauthier había apuñalado a un ministro serbio, hiriéndole gravemente, en París en 1893. Fue condenado a trabajos forzados de por vida, el 23 de febrero de 1894.
Dervaux, Boesie, Garnier y Benoit Chevenet fueron asesinados más tarde. A Kervaux y Marmes quienes se habían escondido en una cueva, les obligaron a salir con humo y luego les dispararon. Al día siguiente, la mañana del 23 de octubre, Edouard Aubin Marpaux sufrió el mismo destino. Nació en 1866 en Fraisans en el Jura, y participó tanto en la Liga de los Antipatriotas como en la Liga Anti-Terratenientes. Fue secretario de la Cámara Sindical de prensas metálicas. Participó en expropiaciones (asalto revolucionario) junto a Pini. El 17 de noviembre de 1893, fue capturado en una trampa tramada por la policía, y apuñaló a un policía durante la reyerta. Fue sentenciado de por vida el día 28 de febrero de 1984, pero murió apenas unos meses después.
Otros anarquistas asesinados fueron Mattei, Maxime Lebeau, Mazarquil, Henri Pierre Meyrveis, Auguste Alfred Faugoux, Thiervoz y Bernad Mamert. Los médicos, al ver los cuerpos, dijeron: »¡Basta ya, teñiréis el mar de rojo, detened esta carnicería!»
Faugoux (30) y Chevenet (28) acababan de ser condenados por formar parte del robo de dinamita que se llevó a cabo en Soisy-sous-Etiolles, en el cual Ravachol había estado involucrado. Durante el juicio, con sus comentarios sarcásticos y humorísticos, Faugoux había mostrado su desprecio hacia la sociedad. Había nacido en Nantes en 1865, y su padre había fallecido a los pocos años, en 1878. Fue educado en la escuela técnica y trabajó en los astilleros de Nantes. Faugoux se presentó como candidato a la Cámara de Diputados, pero con el único fin de que los anarquistas pudiesen presentar sus proclamas. Fundó el Sindicato de Trabajadores. Después de dejar los astilleros, se trasladó a París, donde trabajó en las forjas y talleres de Saint-Denis. Allí se hizo director del periódico anarquista Pere Peinard. En 1890 fue condenado por incitación al asesinato y saqueo, por felicitar, en un artículo, al revolucionario ruso Padlevsky, tras haber matado al traidor Seliverstoff. Evitó cumplir su pena mudándose a España, y luego a Suiza. En Ginebra, trabajó como dorador ambulante, bajo el seudónimo de Martin. Fue expulsado de Ginebra. Faugoux fue condenado a 20 años de trabajos forzados y Chevenet, a 12.
Para deshacerse de ellos, los cuerpos acribillados a balas fueron arrojados como alimento para los tiburones. Los anarquistas supervivientes, como Anthelme Girier, tuvieron entonces que aguantar meses de larga agonía antes de morir. Recuerda los nombres de aquellos anarquistas caídos.