Buenos días compañerx reclusx, quiero decir… compañerx estudiante…
Todos los días te diriges a un espacio rodeado de barrotes y lleno de normas en los que nunca se pregunta tu opinión, y con una estructura jerárquica extrema (profesorxs superiores – estudiantes inferiores). Ellxs ordenan que prestes atención, que estudies, que no te distraigas, que no hables en clase, que no comas o que no bebas en clase, que no escuchas música en clase, que no te senties “mal” etc., según los vicios de cada profesor/a. Y, por supuesto , si no obedeces, el castigo será un insulto, una nota menor o una expulsión temporal o definitiva. Al mismo tiempo, ellxs te “enseñan” una serie de gilipolleces tecnocráticas que no te serán útiles en absoluto como ser humanx, sino sólo como “profesional” (y, de todos modos, tal vez ni si siquiera en lo profesional, pues probablemente seas desempleadx, a fin de cuentas).
– “Debo respetar a mis profesorxs, son superiores. No somos iguales ni lo mismo”. ¿Por qué deberías respetar a una persona que un día se dirigió a ti y te dijo “yo soy la autoridad”?, ¿lx elegiste, acaso?.
– “Él/ella es más mayor/a que yo”. ¿Y?, ¿es acaso culpa tuya el haber nacido unos cuantos años después?.
-“ tiene más conocimientos que yo, está más educadx y sabe más”. ¿Y esto significa que tengas que someterte?, ¿sabes qué clase de personas son?, ¿tú cómo sabes si, cuando se vuelven a casa, no golpean a sus hijxs o se acuestan con alumnxs o trafican con drogas etc.? No, no se respeta a alguien sólo por sus conocimientos tecnocráticos o por la experiencia que dice tener.
– “Si no hubiese autoridad en el aula, sería un caos”.¿Por qué? ¿Se ha probado alguna forma alternativa de enseñanza en el aula y ha fracasado?
Probablemente te preguntes: “¿Y qué problema hay con todo eso?, la sociedad sólo avanzará así”. No. Así, será el Sistema el que avance, no la sociedad. Ellxs te enseñan a obedecer a la élite económica y política, al régimen. ¿Por qué?, porque su supervivencia depende del sometimiento. ¿Cómo sucede esto?, es simple: Desde la infancia te someten a toda forma de autoridad. Desde el momento en que te sometes a tus profesorxs, ya estas listx para someterte a cualquier gusano que refleje autoridad. Porque cuando tienes 7, 12, 16, 18 años te someten a lxs profesorxs, y cuando tienes 25, 35, 40 serás tú quien se someta tu jefx. Y durante toda la jodida vida te someterás a la autoridad y al Sistema sin preocuparte de luchar por tu libertad.
¿Crees que no estás sometidx, la próxima vez que un/a profesor/a te pregunte “¿por qué no estudiaste?”, responde con calma, como si estuvieses hablando con cualquier otra persona, “No es asunto tuyo”. Cuando te ordene que no bebas agua en clase, replica con “¿Y tú quién eres para decirme lo que tengo o no tengo que hacer?” ¿Tienes las narices de decírselo? Porque si no las tienes, probablemente no seas tan libre como te crees.
En resumen, la escuela es un mecanismo autoritario y fascista que encarcela a lxs niñxs en celdas. Eso hace que estés aleladx, te hace miserable, pasivx, podridx. Los profesores asumen el papel de maderos, sembrando el terror todos los días, degradando a cualquiera que tenga las narices de «echarles la bronca». Te enseñan disciplina y la idea de que las relaciones jerarquizadas no sólo son normales, sino también necesarias. Su trabajo se completa cuando te crees que todo eso es normal y que lo que estás leyendo aquí son exageraciones. Te joden el alma durante 12 años y luego te empujan al mercado laboral para trabajar como esclavx con el fin de engordar los bolsillos de la clase dominante (¿qué trabajo social ni qué mierda?, cuando salgas al mercado de trabajo te darás cuenta y querrás vomitar del asco al ver lo que está pasando).
Por lo tanto, como un mínimo gesto de reacción pero principalmente como un intento de despertar a nuestrxs compañerxs estudiantes, entramos en el 4º liceo general de Agia Paraskevi el sábado, 31 de marzo de 2012, y escribimos consignas por todas partes. Hace poco que pintaron el colegio y todas las consignas escritas en el pasado habían quedado cubiertas. Se parecía aun más a una prisión y ahora nosotrxs le dimos otras cara. Sigue siendo una prisión, pero si alguien lo mira, se dará cuenta de que en el interior de las celdas del colegio, hay algunxs estudiantes que se resisten a ser sometidxs, que luchan por la subversión al Estado y el Capitalismo con pasión y sueños de un mundo alejado de autoridades y disciplinas. Es esta gente la que verás en las calles luchando por la libertad, a la que, en las noticias, describen como “terroristas, encapuchadxs y vándalxs”, aquellxs cuyas caras están en todas las comisarías de policía. Es esa gente la que conscientemente escoge el conflicto abierto con el Sistema, lejos de las desilusiones del reformismo. No es sólo una supuesta revolución adolescente. Y nos van a encontrar siempre frente a ellos, en todos sus pasos.
Obviamente, este movimiento nuestro no es un golpe serio al régimen y consideramos que la lucha por la emancipación social debe escalar y alcanzar otras dimensiones. Pero nuestra acción buscaba el despertar de nuestrxs compas estudiantes y éso es todo.
El sistema de enseñanza es la enseñanza del sistema.
Distorsion del Silencio Urbano
fuentes 1 2
colaboración con vozcomoarma