El 27 de diciembre de 2011, los residentes de la Favela do Moinho, que está ubicada en Barra Funda (distrito de São Paulo), divulgaron una carta abierta, en la que cuentan una historia que nosotros y tantas personas que viven en las periferias, la conocemos muy bien. Desde hace años, los vecinos del Moinho resisten al desalojo y las intimidaciones, y como ha sido un costumbre en estas situaciones (recordamos por ejemplo el caso de la favela Diogo Pires, en Jaguaré, o el caso de la Favela do Real Parque, en Morumbi), un incendio hace todavía mas difícil la vida de las familias y sirve como excusa para expulsarlas y impedirlas a re-ocupar la zona.
En este caso no sabemos los detalles, pero en varios otros, los incendios ocurren en la misma temporada, durante la cual se contratan grandes empresas para realizar obras en estas zonas (obras que exigen la expulsión de los vecinos). Además, varios de esos incendios son notoriamente criminosos, pues hay un enorme retraso en la llegada de los bomberos y no hay ninguna investigación sobre sus verdaderas causas. Así, el incendio es un método muy eficaz para la destrucción de las comunidades pobres, que son verdaderas “piedras en el camino” del Capital inmobiliario y sus cohortes y lacayos que rellenan la burocracia estatal.
En el caso del Moinho, una vez más, la alternativa presentada por la Prefectura, es el subsidio de alquiler de 300 reais, pero los moradores dejaron claro en su carta que no van a tragar esto como si fuera la “solución” para sus exigencias por vivienda.
De acuerdo con los medios corporativos hay por lo menos dos personas muertas por causa del incendio que atingió la Favela do Moinho, en el 22 de diciembre de 2011.