La patronal, ¿principal beneficiaria de la crisis?

Los responsables y los gozadores de la crisis no son sólo los banqueros que fabricaron fortunas con chapuzas financieras, sino todos los capitalistas. Representados por esa famosa Troika ultraliberal, se empeñan en imponer la «competitividad» y la austeridad, bajo el argumento contundente de la deuda. En realidad, no hacen nada más que aprovecharse de una cierta coyuntura, para endurecer más la relación de fuerzas.

Negarse a someterse a los mercados, negarse a pagar la deuda.

Tanto en la UMP (Unión por un Movimiento Popular, partido de derechas y de Sarkozy), como en el PS (Partido Socialista), las élites políticas piensan que cortar el grifo de la deuda, es recortar el gasto público, retrasar la edad de jubilación y desangrar a todoxs lxs asalariadxs para «tranquilizar» a los prestadores y los acreedores…y con ellos, ¡a la patronal entera! Ya que, si todos los países de Europa se infligen curas de austeridad, que se materializan en una liberalización del trabajo a gran escala, lo hacen para salvar a los patrones, sobre todo los grandes. Ahora bien, además de los banqueros, no son solo ellos los responsables de la explosión de la deuda, ya que los estados eligieron aumentarla antes que aumentar los impuestos de los más ricos (Capital) y las cotizaciones de las empresas. Esa deuda no es nuestra y nos negamos a pagarla, literalmente, con nuestras vidas.

Resistir al proyecto de los capitalistas

Entonces, va a ser necesario armarse contra la ofensiva de la clase capitalista. Las medidas que caen sobre lxs asalariadxs de toda Europa, bajo el pretexto de la competitividad, deben ser rechazadas, porque sirven la lógica de chupar y usar toda la riqueza por parte de una minoría. El IVA antisocial no es más que otra exención para los patrones, exentos de financiar la rama «familia» de la Seguridad Social. Los «acuerdos de competitividad» en cuanto a ellos, planifican negociar el mantenimiento del empleo en una empresa dada con una bajada de sueldos, ayudando al chantaje al empleo, gracias al espantajo de la competencia universalizada de la maniobra. Pero, después del caso Continental en 2009, sabemos lo que vale ese tipo de apuesta con los patrones. Las medidas de flexibilidad se extienden a toda Europa, con su porción de contratos desfavorables, de horarios variables, y de disminución de la responsabilidad de las empresas en lo tocante a la salud y a la seguridad.

Pero las enormes manifestaciones que se sublevan contra esa medidas, demuestran que las poblaciones son cad vez más conscientes de la desigualdad innata del sistema. No vamos a encajar golpes sin contraatacar. Va a ser necesario aumentar la resistencia tanto en nuestros trabajos como en nuestras vidas. Contra los despidos, la flexibilidad de empleo y su precarización, y luego todo el sistema capitalista en su conjunto, tenemos que empezar a luchar. Porque aun un capitalista «moralizado», por fundamentarse en el provecho y en la explotación, siempre procurará inclinar el compromiso social a su favor. Y ninguna tasa sobre productos financieros impedirá nunca a los capitalistas preferir el lucro a cualquier otro objetivo.

Cambiar el sistema y cambiar la sociedad

Los políticos y su austeridad sólo tienen un proyecto: reformar el sistema para mantenerlo vivo. Pero, contra la dictadura patronal, reivindicamos una economía social, controlada y organizada directamente por las poblaciones y lxs trabajadorxs. En vez de producir en exceso para sacar beneficios, en vez de explotar la maniobra a bajos costes para inundar las sociedades ricas con productos diversos, proponemos e elegimos una sociedad orientada hacia la satisfacción de las necesidades. El capitalismo no es una fatalidad y sólo podemos librarnos de él empezando ahora mismo a construir una alternativa, y a inventar una sociedad democrática de verdad, basada en la solidaridad y libre de opresiones.

fuente: alternativelibertaire.org