El 4 de diciembre de 2010, los verdaderos lacayos del sistema montaron y ejecutaron otra operación policial que resultó en la detención de seis combatientes: Stella Antoniou, Kostas Sakkas, Giorgos Karagiannidis, Alexandros Mitroussias, Christos Politis y Dimitris Michail, fueron detenidxs y secuestradxs, inicialmente con la acusación de participación en “organización terrorista desconocida”. Los compas Mitroussias y Karagiannidis habían elegido el camino no pacificado del prófugo por más de un año, dada la pendiente orden de captura en su contra por el “caso Chalandri”. 6 meses después de su detención, los compas Politis y Michail fueron excarcelados y los cargos en su contra cayeron, después de una decisión relativa.
Con pruebas inexistentes y falsas acusaciones (pero con una gran dosis de venganza) los cargos por participación en “organización terrorista desconocida” se transformaron en participación en la O.R. Conspiración de Células del Fuego; algo que tanto los 4 compas, como también lxs miembros presos de la organización, lo rechazan categóricamente.
El plano de exterminación de nuestrxs hermanxs comenzó con la persecución en contra de Karagiannidis y Mitroussias por el envío de paquetes explosivos a embajadas y lideres de Estados europeos, acción que ha asumido la Conspiración de Células del Fuego. Los dos compas se habían posicionado sobre las razones de esta persecución, a través de un texto que habían mandado a un periódico.
Pero las maquinaciones no acaban aquí. Los 250 ataques que había realizado la Conspiración de Células del fuego fueron desterrados después de 3 años, para caer, sin ninguna prueba en absoluto, sobre las espaldas de Kostas Sakkas, Stella Antoniou, Giorgos Karagiannidis, Alexandros Mitroussias, como también a lxs miembros presxs de la CCF y el luchador Theofilos Mavropoulos (y quien sabe a quien más).
El resultado de esta reciente persecución ha sido la prisión preventiva de nuevo para todxs; una medida que se usó como arma vengativa por las autoridades persecutorias en contra de lxs compas, debido a la llegada del cumplimiento del periodo de 18 meses de prisión preventiva por algunxs de ellxs.
Cuando las leyes se hacen herramientas de venganza en manos de los poderosos y sientes la cuerda de tu ahorcamiento sofocándote cada vez más, lo único que te queda es combatirlos con más rabia, salir a la lucha desnudadx del miedo del cual, te han intentado vestir sofisticadamente. De atacar contra aquellas prostitutas que han intentado subordinarte y echarles en cara el montón de acusaciones, de sentencias y años de encarcelamiento, con el pensamiento de que esta lucha no es solamente justa, sino también necesaria.
«El revoltado permanece revoltado mismo sin el bolígrafo o el arma, basta que tenga la arma que tiene en sí todas las otras: su determinación.»
Los fiscales Mokkas y Baltas, como también sus subordinados (los servicios antiterroristas) se creen con mucha ingenuidad que unas hojas de mierda conseguirán quebrar la convicción de lxs compas y enterrar su lado más apasionado; un lado que respira solo fuera de los limites de la legalidad burguesa y la paz social, que está luchando por una sociedad sin limitaciones; un lado que, aunque está tras los muros, las rejas, y la podredumbre de las mazmorras griegas, permanece INDOMABLE.
Así, desde el 6 de abril, nuestros hermanos Sakkas, Karagiannidis, Mitroussias, han iniciado una huelga de hambre, exigiendo el levantamiento de estas nuevas y vengativas prisiones preventivas, como también la liberación inmediata de su co-acusada Stella Antoniou, por razones de salud.
Nosotrxs, frente a esta decisión no podemos quedar en inacción. Así, como gesto mínimo de solidaridad con la lucha de los tres huelguistas de hambre, la noche de viernes, 13 de abril, incendiamos una sucursal del banco Eurobank, ubicada en la calle Solonos. La solidaridad hacia lxs luchadorxs encarceladxs la entendemos como un acto radical que apunta al sistema existente y sus estructuras.
Mandamos una señal de solidaridad con los tres huelguistas de hambre
Kostas Sakkas, Alexandros Mitroussias, y Giorgos Karagiannidis
FUERZA COMPAS y como han dicho otrxs antes de nosotrxs:
«Pues, vamos compas. Vamos a aplastarles, aún si nos aplastaremos nosotrxs mientras que lo intentamos»
Mandamos un guiño solidario a la luchadora Stella Antoniou, en el rostro de la cual se puede leer la voluntad incesante de lucha, desde dentro de las celdas penitenciarias
Conspiradorxs en contra de lo existente