A pesar de que en el siguiente póster, aparecido en las paredes de Génova, se nombra la prisión de Sanremo como localización de la protesta solidaria, tras los traslados, primero de Alfredo y luego de Nicola, del que aun se desconoce su nueva localización, la concentración se ha trasladado a la prisión de Alessandria. La hora se mantiene igual.
El 7 de mayo de 2012, en Génova, es atacado uno de los jefes de la nuclear, Roberto Adinolfi, administrador delegado de Ansaldo Nucleare, una de las empresas de Finmeccanica que, además de dedicarse a la investigación nuclear, vende tecnología a las dictaduras más crueles, diseña y fabrica instrumentos para el control social y la represión, así como armas de destrucción masiva. El ataque armado fue revindicado por un núcleo de la FAI (Federación Anarquista Informal). Tras la investigación relativa a manos de las unidades antiterroristas (DIGOS y ROS), comienzan varios registros y dos anarquistas de Turín, Alfredo y Nicola, son acusados de ser los autores de la acción. El fiscal Silvio Franz de la Fiscalía de Génova (el mismo que archivó la causa por la muerte de Carlo Giuliani declarando que “la pistola era el único medio idóneo para detener la agresión”) emite dos órdenes de prisión preventiva y añade a una tercera persona a la lista de investigadxs. Hasta ahora, Alfredo y Nicola siguen recluidos en la infame prisión de Sanremo, en régimen de aislamiento total, donde se les somete a confiscación arbitraria de la correspondencia.
Está claro que el Estado democrático, en su caza de brujas, está siguiendo una estrategia represiva encaminada al aniquilamiento a todos los niveles de quien es consideradx una astilla en el ojo de los poderosos y a la intimidación de todxs aquellxs que osen rebelarse amenazando la paz social, , los gestores del orden y del mantenimiento de la paz social. garantia imprescindible para la actualizacion de los planes de politicos y patrones. La represión actúa sobre todxs nosotrxs diariamente de diversas maneras, desde las más sutiles a las más obvias. La represión está en el que te ofrece trabajo decidiendo los tiempos de nuestra vida, está en la escuela que nos enseña el camino correcto a seguir para permanecer en las filas, está en el psiquiatra que etiqueta nuestras peculiaridades como las enfermedades borrándolas con los medicamentos de las multinacionales, está en las cámaras de videovigilancia que controlan, analizan y monitorean nuestros movimientos y nuestros hábitos, está en la guerra contra lxs pobres que los militares han declarado en nuestras calles, está en la televisión y la publicidad que, vendiéndonos un mundo falso y fabricando sueños ficticios irrealizables, nos alejan de la posibilidad de una vida digna, alinenándonos de nuestras necesidades reales, de nuestros dolores y nuestras alegrías.
Cuando, en cambio, para alguien esto no es suficiente para bajar la cabeza, para vivir dentro de los límites impuestos, la represión asume su cara más brutal: la cárcel. A menudo, a la encarcelación le siguen los regímenes de aislamiento encaminados a la aniquilación de la persona y su dignidad, así como al alejamiento real de las relaciones y luchas, sociales e individuales.
Lo que no nos pueden quitar, que queda y, si lo queremos, siempre quedará, exclusivamente en nuestras manos, es la práctica de la solidaridad. El único obstáculo real e insuperable para los proyectos de dominio/explotación de los patrones y para las estrategias represivas de los aparatos estatales.
Repitiendo, sin peligro de aburrirnos, que los únicos terroristas son los Estados, las multinacionales, los ejércitos, quien diseña obras devastadoras, centrales nucleares e instrumentos de destrucción, llevemos nuestra solidaridad con Alfredo y Nicola a la cárcel de Sanremo, donde están encarcelados.
Concentración en solidaridad con Alfredo y Nicola en la prisión de Sanremo
Sábado, 17 de noviembre a las 15:00 horas