El 14 de diciembre, nos encontramos delante de la prisión de Pagliarelli, Palermo, para expresar nuestra solidaridad y dar ánimos a la compañera presa Madda y a todxs lxs presxs, gritando el desprecio contra cualquier tipo de jaula y contra todos los torturadores.
Después de media hora de gritos y petardos en una calle lateral del complejo de la prisión, un numeroso grupo de funcionarios de prisiones hizo aparición, con el arma en la mano, intentando extinguir esa llama de solidaridad hacia lxs oprimidxs y de rabia contra los opresores.
La arrogancia que es común a todos los guardias no nos desanimó, de hecho, seguimos coreando para aquellxs que, a pocos metros de distancia, nos escuchaban desde detrás de las odiadas rejas.
Con la actitud intimidante que los distingue, los siervos uniformados identificaron y cacharons, seguido de un traslado forzoso al interior la prisión de todxs lxs que participamos en la concentración, siendo liberadxs después de un par de horas.
Si los perros guardianes del Estado creen que han silenciado nuestras voces, que han calmado nuestro espíritu en revuelta, que han apagado al menos por un poco esa luz que anima nuestros corazones y nunca nos abandona, se equivocan: su voluntad de reprimir solo ha conseguido aumenar nuestra determinación por la destrucción der cada prisión, siempre luchando contra lo existente que los produce.
¡MADDA LIBRE! ¡TODXS LIBRES!
¡TODXS FUERA DE LAS CÁRCELES! ¡DENTRO SOLO ESCOMBROS!
Individualidades contra la cárcel