Sigue (tardía) una crónica de los acontecimientos relacionados con el traslado de Madda desde la cárcel “Pagliarelli”, en Palermo, a la de Agrigento (Sicilia), comunicado por ella a algunxs compas.
Tomo comenzó el 25 de enero. Al acabarse una de las visitas de su hermana, las dos se abrazaron, tras lo que la guarda empezó a gritar por la “evidente” violación del reglamento.
A la primera madera se le unieron otras dos y, juntas, empezaron a empujar Madda durante el camino de regreso. La coordinadora intervino para “calmar los ánimos”, llevando a la compa a la celda y, de allí, inmediatamente a la enfermería. Madda se encontró, pues, delante dos médicos y una psicóloga que intentaban establecer un “diálogo”, pero enseguida los dejó callados.
De nuevo en la celda, Madda se vio despojada de las pocas cosas que tenía (ya entonces estaba sometida al 14bis), para después enterarse de la orden de la psicóloga de quedarse desnuda (solo con las bragas) debido a su estado de supuesta “agitación”.
A su obvio rechazo le siguió la actuación típica: después de ponerse los guantes, entre tres le saltaron encima y comenzó una lluvia de patadas y puñetazos en la cabeza y en la espalda, además de varios tirones de pelo. Poco después de comenzar a pegarle, se incorporó un madero de la sección masculina, que precedía la llegada de un equipo entero. Los carceleros decidieron que interviniera el médico para que le pusiera una inyección sedante a Madda. Evitada de alguna manera esta “solución”, los carceleros optaron por recogerle la celda y por las esposas, con las que la montaron en el blindado, con destino a Agrigento.
Las noticias que nos llegan desde Agrigento son las siguientes: A Madda todavía la están sometiendo a varios ciclos de aislamiento de 10 días, se le sigue aplicando la censura con el consiguiente retraso de la correspondencia (y de libros) y no se le dejan llegar sellos.
Para escribir a Madda:
Maddalena Calore
C.C. “Petrusa”, Pzza P. di Lorenzo 4,
92100 Agrigento, Italia