El 4/12/2010 me detienen junto al compañero Alexandros Mitrousias en el barrio de Nea Smirni (Atenas) saliendo de un trastero alquilado en cuyo interior había armas.
He admitido, desde el primer momento, mi relación con este lugar, así como con las armas que había. Desde el primer momento, he declarado que soy anarquista y que mi presencia en dicho lugar está relacionada con mi identidad política y las elecciones que esta supone.
El 7/12/2010 me llevan ante el juez de instrucción y me encarcelan acusado de participación en organización terrorista desconocida y por posesión agravada de armas.
El 12/4/2011 y llevando ya más de cuatro meses encarcelado en la prisión de Navplios, me citan de nuevo los jueces de instrucción, Baltas y Mokkas, y sin que hubiera ninguna prueba nueva, sin que hubiera ningún desarrollo en la investigación, me encarcelan por participación en la O.R. CCF. Esto sucede, por supuesto, sabiendo los señores jueces de instrucción que no se podría sostener en una sala de justicia la acusación de participación en una organización en cuyo accionar no hay ninguna acción, en posesión de sus miembros no hay bombas, comunicados, armas utilizadas, una organización que no tiene ni nombre.
He aclarado en el pasado, como la propia O.R. CCF por su parte, que no pertenezco a la tal organización. No lo hice por evitar la odisea vengativa y represiva que reserva la justicia burguesa a quien se encuentra acusadx de participación en esta, sino porque simplemente es así. Tenía que aclararlo por el registro real de la historia. Tanto por mí mismo como por la O.R. CCF.
La acusación inicial de pertenencia a organización terrorista desconocida que se nos atribuía tanto a mí y a mis dos compañeros (Mitrousias, Karagianidis), como al resto de personas detenidas en la misma operación, aparte de que no tenían absolutamente ninguna relación, fue la culminación de los fines políticos a los que servía la brigada antiterrorista en aquel momento, en beneficio del entonces ministro de orden público Xristos Papoutsis que deseaba, como todos sus homólogos, la desarticulación de una organización terrorista a cualquier precio durante su mandato. Es sabido que el ministro supervisó de forma directa la operación y valoró él mismo los hechos que le transmitía la brigada antiterrorista y, finalmente, dio la orden para que se realizaran las detenciones. Cualquiera que leyera los medios de comunicación aquellos días se acordará de los escenarios y las consideraciones de los diferentes papagayos periodistas sobre a qué organización pertenecíamos, cuáles eran nuestros objetivos, etc. lo que por supuesto alimentaba la brigada antiterrorista hasta que, claro, salieron los resultados de los exámenes balísticos para callarlos… Más tarde, el señor Papoutsis, en un intento de disculparse por este fiasco, en una entrevista a una conocida revista declaró que “los servicios antiterroristas me tomaban el pelo”(¡!).
El 6/4/2012, sin ser juzgado todavía y, acercándose el límite de los 18 meses de prisión preventiva (cantidad límite de encierro en base a la ley), se me impone prisión preventiva de nuevo por la acusación de participación en 160 acciones incendiarias y explosivas, cuya responsabilidad fue asumida por la organización CCF. Es característico como en el sumario de dicho proceso, no solo no existe ninguna prueba contra mí, ni siquiera se molestaron en fabricarlas esta vez, sino que no hay ninguna referencia a mi nombre, a excepción del apartado donde se presentan las acusaciones. Es un sumario que, sin exagerar y bajo la lógica que caracteriza a los jueces Baltas y Mokkas, se podría atribuir a cualquiera. Es también un signo característico y evidenciador de la finalidad de esta persecución el hecho de que los señores jueces de instrucción tenían en sus manos justo este sumario desde el primer momento de mi detención, hecho que les obligaba, siempre en base a la ley, a que se me entregara junto con el primer sumario. Es decir que, en pocas palabras, estos señores me han aumentado la prisión preventiva acusándome de pertenencia a la misma a organización dos veces seguidas.(¡!)
Hoy, llevando a la espera de juicio dos años y medio, básicamente, por simple posesión de armas (posesión agravada de armas, aclarativamente, significa que las armas que posee alguien, son destinadas o a su comercialización o suministro a una organización terrorista, algo que ni es ni acepto), los señores institucionalmente defensores de la justicia y de la ley que me encierran porque la he violado deciden pasar por alto incluso su Constitución, la cual define que después de la primera encarcelación preventiva, el tiempo máximo límite para las siguientes es de 12 meses, puesto que no les basta para servir a su liderazgo político y para mantenerme seis meses más secuestrado.
En esencia, el régimen de prisión preventiva exterminador que impone una situación de cautiverio prolongado constituye una contrapartida para las podridas acusaciones preparadas cutremente, que hagan lo que hagan, son incapaces de evitar que se “desinflen” en las salas de justicia a parte del régimen especial que las caracteriza (en todos los aspectos). Quien haya pasado por ellas, incluso si ha sido poco, lo sabe muy bien.
Está muy clara su táctica y delata su intención vengativa. Sí, es verdad, el Estado se venga de sus adversarixs políticxs. Se venga de ellxs, pero nunca lxs reconoce como tal. Nunca lo hizo de otra manera. Infiltrados y traidores antes, terroristas y enemigos de la sociedad ahora.
Es un hecho que el sistema político vive su periodo más crítico e inestable tras la dictadura, debido a las consecuencias internas de la crisis capitalista mundial. Es también un hecho que la represión y, en general, la actitud despótica del Estado, es la “última carta” que tienen en la mano, decidido a asegurar la esclavizada paz social y evitar que la resistencia generalizada se exprese en formas insurreccionales más significativas y organizadas.
El propio Ministro de Economía ha declarado que es la primera vez que se llama a un gobierno a aplicar medidas tan extremas en periodo de paz.
Las leyes que siempre han expresado la voluntad de los poderosos, hoy, no les bastan a los representantes políticos del sistema ante lo que están llamados a ejecutar sirviéndolo.
Teniendo la perspectiva y la posición de que el camino a la libertad individual-colectiva está lleno de lucha y resistencia, he decidido que el martes 4/6, comenzaré una huelga de hambre fecha en la que, según el régimen jurídico en vigor, expira el tiempo máximo de mi prisión preventiva. Aclaro que, para mí, la elección de comenzar la huelga de hambre, no constituye un movimiento desesperado, sino la elección de continuar la lucha. Una lucha que yo y mis compañeros llevamos a cabo desde el primer momento de nuestro cautiverio, resistiendo a un enfrentamiento vengativo sin precedentes por parte de los mecanismos judiciales, los cuales habían decidido que, en nuestro caso, harían un descanso en su labor de cobros, con intención de defender a la sociedad de sus supuestos enemigos y a las leyes de aquellos que las violan. Son los mismos mecanismos y las mismas personas que se encuentran tras ellos quienes constituyen los autores materiales de que sea legal movilizar a los huelguistas, de los miles de desahuciados y de los sintecho, de la abolición de las demandas laborales, de los despidos, de la abolición de las prestaciones sociales, de lxs miles que viven bajo el umbral de la pobreza, de los cientos de personas que se suicidan cada año poniendo fin a su vida porque no son capaces de enfrentarse a ella dignamente, de la legalidad de las personas amontonadas en campos de concentración caracterizadas como clandestinas. Son los autores materiales de la legalidad de las torturas y las palizas en las comisarías de policía, de las pistolas que se disparan solas, del silenciamiento de los medios de información disidentes…
Son los autores materiales de la creación de una sociedad cementerio en nombre de la ley.
Son los autores materiales de la creación de una sociedad cementerio, si hace falta, incluso, fuera de la ley…
Cubiertos de hipocresía y miseria, despreciables tanto para los partidarios de la justicia burguesa, como para sus críticos y enemigos ideológicos.
“Muere lentamente […] quien no arriesga lo cierto por lo incierto para ir detrás de un sueño, quien no se permite por lo menos una vez en la vida, huir de los consejos sensatos. […] Evitemos la muerte en suaves cuotas, recordando siempre que estar vivo exige un esfuerzo mucho mayor que el simple hecho de respirar”. —Pablo Neruda
Kostas Sakkas
Módulo A, cárcel de Koridallos
en colaboración con flyingtheory