Italia: Los hechos no hablan solos

el+canillitaNo, no hablan solos en absoluto. Son como los datos (datos de hecho, precisamente), de por sí, son inertes. Para que tengan fuerza, hay que relacionarlos con otros hechos, hay que ligarlos a una teoría. Porque el hecho puro y duro es también lo que sucede ante los ojos, pero cuando se informa el hecho, se transforma y asume los rasgos que le (im)pone quien lo expresa.

¿Quieren un pequeño ejemplo? Una manifestación en protesta, se destroza la cristalera de un banco. ¿Cómo describir este hecho, es igual a los ojos de todxs, con qué palabras? Habrá algunx que diga que se atacó el banco, por ejemplo. Y habrá otrx que diga que el banco fue sancionado. El hecho al que se refieren es el mismo, pero las expresiones usadas, no. Y no se trata en absoluto de una pedantería, de una inocua preferencia de una palabra sobre otra, porque el uso de esas expresiones no es casual.

Pensemos en el término atacar. Su significado es ambivalente, porque puede querer decir muchas cosas. Pero aquí es obvio que el sentido es el de «asaltar con fuerza», de «combatir». Un banco se ataca porque se considera enemigo. Y es enemigo porque es símbolo y ramificación concreta de ese capitalismo que, durante siglos, pone el beneficio por encima de cualquier otra cosa, explotando a los seres humanos, desencadenando guerras, envenenando el planeta. Y a los enemigos no se les tolera, perdona, mejora ni aconseja. Ni mucho menos, se les castiga, porque no hay un derecho común que hacer respetar, hay formas de vivir contrapuestas que se afirman y, por lo tanto, se defienden. A los enemigos se les combate y punto. Es fácil entender el motivo por el que lxs que atacan son solo lxs que se posicionan en hostilidad absoluta contra los bancos, el dinero y el capitalismo.

Pensemos ahora en el término sancionar. También aquí, su significado es ambivalente, ya que puede querer decir o «aprobar, dicho por una autoridad o por un órgano competente» o «castigar con sanciones». En el caso de las cristaleras de un banco hechas pedazos se refiere claramente a la segunda acepción. Pero, entonces, ¿qué es una sanción? Es la «forma con la que una norma, especialmente, jurídica, impone respeto estableciendo consecuencias negativas contra quien la transgreda». Eso significa que el uso del término sancionar denota un imaginario específicamente institucional, porque solo una autoridad puede sancionar la transgresión de una norma. No sorprende, pues, que lxs que lo utilizan son lxs huérfanxs del contra poder, lxs únicxs interesadxs en difundir la idea de que a los bancos se les castiga en nombre de una autoridad a la que obedecer, de otra norma que respetar, de otra institución que instaurar. Sin embargo, también es obvio que quien no quiere construir ningún «poder constituyente», alternativo y rival del actual, no tiene razones para usar tal expresión.

Dado que el lenguaje crea mundos, no es ni inofensivo ni neutro. Aun así, aquí comienzan los problemas. Crear un lenguaje que sea totalmente diferente, que pueda evocar un mundo inexistente hoy como el carente de autoridad alguna, no es fácil. No es fácil de inventar, pero es aún más difícil de entender. Escribía el poeta: «No canto ni a este mundo ni a otros astros/ Canto todas las posibilidades de mí mismo fuera de este mundo y de los astros / Canto la alegría de vagar y el placer de morir errante». Bellas palabras, pero no son hechos. La poesía, a veces, calienta el corazón, pero no llena la barriga ni da un techo sobre la cabeza. El lenguaje de la libertad no es comprensible, no es percebible por lxs que están acostumbradxs a la gramática de la obediencia. Razón por la cual, lxs que intentan hacerse comprender por todxs no tienen escapatoria: están limitadxs a atenerse a lo ya conocido, a rechazar lo extra-ordinario.

Si la teoría es, literalmente, «observar», ¿a qué apuntan las miradas que afirman que el MUOS está obstaculizado porque no respeta las normas europeas? ¿Que el TAV está parado porque realmente no acelera la circulación de las mercancías? ¿Que las grandes obras están bloqueadas porque son un despilfarro de dinero público? Se pasa de la crítica radical al reproche ciudadanista sin darse cuenta de que esta propaganda práctica narra este mundo con todos sus satélites, narra todos los posibles que hay dentro de este mundo y los satélites, narra la tristeza de lo existente y el de deber de vivirlos.

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