No es la primera vez que un ataque de lodo y calumnias se dirige contra la Conspiración de Células del Fuego. Algunos, a través de mentiras en nuestra contra, buscan obtener reconocimiento y engañar su insignificancia. Esto es lo que Yannis Naxakis hizo. Yannis Naxakis no es más que un miserable impostor. No hay mucho más que decir sobre este sujeto.
Copiando citas del discurso antijurídico y añadiendo un poco de estilo machirulo, intenta crear la imagen de un supuesto anarquista. En realidad, se mueve siempre en los límites del beneficio personal y la comodidad.
Tal y como escribe él mismo: «Para mí, un castigo disciplinario de hasta 2 años lo puedo asumir porque no me cuesta nada (a menos que algo extremo suceda con los resultados del juicio)».
Vende, pues, revolucionarismo allí donde le conviene. Y para mejorar un poco su imagen ante lxs compañerxs del extranjero, que no saben de su insignificancia, escribe que apoya a las formaciones informales. Pero, ¿qué relación puede tener un mentiroso y calumniador con la insurreccionalidad de una organización anarquista informal?
A continuación, critica a sus compañeros por la paliza a un carcelero, siendo su objetivo final distanciarse, mediante un planteamiento político artificial sobre lo ocurrido. Su comportamiento dentro de la prisión ha sido muy irónico hacia personas y situaciones (a parte del servicio penitenciario), aprovechándose del asilo informal que le ofrecimos.
No fueron pocas las veces que escapó de un par de hostias y humillaciones gracias a nuestra intervención (no de los carceleros, sino de otros presos).
Le habíamos explicado repetidas veces que la prisión no es un circo para jugar y pasarse de listo. Hubo luchas de sangre y fuego para ganar cosas dentro de las cárceles y los demás presos respetan a lxs anarquistas, mientras que la autoridad penitenciaria les teme por las represalias que puedan ocurrir fuera de los muros. Sin embargo, él se comportó más como un niño malcriado que como un «preso amotinado», como a él le gusta autodefinirse.
La valentia y la insurreccionalidad se notan siempre en las acciones y no, en las palabras.
Su crítica hacia nosotrxs, pues, se basa en falsedades y castillos en el aire. Este sujeto quiso hacer ruido alrededor de su nombre en vistas a su juicio y para fortalecer la histeria anti-CCF que prospera hoy en día. Por supuesto, los jueces y los maderos no son indiferentes cuando alguien, poco antes de su juicio, lanza injurias contra la misma organización informal de la cual él está acusado de formar parte. Especialmente cuando este alguien es un impostor con nombre y apellido: Yannis Naxakis.
Usando un lenguaje ofensivo de vaguedad y confusión en su carta (refiriéndose a algunos comentarios anónimos en Internet sin decir cuáles son y diciendo simplemente que «los que lo necesitan saben a qué me refiero…») termina desatando un torrente de insultos y ofensas contra nosotrxs (asco, desprecio, comportamiento y actitud autoritaria). Ni una referencia a cualquier suceso real.
Y si el pretexto para su recital de mentiras fueron los recientes acontecimientos de su traslado al módulo D, ¿cuáles son los hechos reales y, sobre todo, cuándo empezó la CCF a «a posicionarse en contra de (su) actitud antiautoritaria»? Queremos hechos, no insinuaciones de suciedad y lodo. Todxs lo saben, amigxs y enemigos, que cuando queremos decir algo, lo decimos abiertamente y en público. Quizás, por eso, a menudo seamos desagradables para algunos, pero nunca mentirosos.
Es ridículo, incluso para el mayor impostor, siquiera pensar que no estamos de acuerdo, en general y vagamente, con la paliza a un carcelero, es decir, a alguien que encierra a personas. Ya lo hicimos una vez (en el intento de fuga) y, pronto, empezará un nuevo juicio contra nosotrxs por todo este caso. Así que no hablemos de lo obvio (de lo bonito de arrugar un uniforme) porque tendríamos que hablar también de diferentes estrategias. De la estrategia de golpear al adversario para poder escapar y la estrategia de pegarle porque «viola la intimidad de tu espacio (de tu celda)». No queremos comparar estas dos estrategias con criterios de superioridad, considerando una más importante que la otra, pero las separamos la una de la otra. Esta separación la mostramos a través de nuestra postura. Además, lo más importante es que sabíamos que no les tocaron ni un pelo a los involucrados en el incidente y le dejamos claro a la administración que en caso de lo contrario, habría problemas. Entonces, ¿cuál es el jodido tema?
La caída maliciosa e impostora de Naxakis llegó al punto de inventar hasta «sucias» estrategias entre los cabecillas de los presos (entre los que, claramente, él decia que nos incluye) y la dirección de la prisión, relativos a la inmunidad en los registros de las celdas. Todxs saben que ha habido repetidos registros en nuestras celdas, tanto de carceleros, como también de las fuerzas de la EKAM (unidad antiterrorista). Aquí parece que los límites entre la estupidez y el chivateo inconsciente se entremezclan.
Si alguien llega al punto de creer que su estrategia ha fallado, es mejor que empiece a pensar por sí mismx y no a buscar enemigos imaginarios para echarles la culpa. Además, no hace daño una autocrítica al imaginario de la comunidad ilegalista de lxs presxs, que unx puede tener en mente. Y si vuelve a creer que su estrategia es un éxito, que la continúe hasta el final, lejos de aquellxs con lxs que no está de acuerdo o que no le gustan por sus propias razones.
No tenemos problemas con la crítica pública. Aunque sea mala, dura e intensa. Pero eso presupone la existencia de argumentos, aunque discrepemos con estos. A los textos respondemos con textos. Igual que hicimos en el caso de Michailidis y Politis y la crítica imprecisa (según nosotrxs) que nos hicieron y su correcta detección de la vaguedad que usamos en un texto (pero claro, sin insultarles ni calumniarles nunca, como hizo Naxakis). Por eso, pues, aunque Michailidis estuvo presente en la paliza a Naxakis, no le tocamos, sino solo le repelimos para que no interfiriera.
Además, el momento que unx elige para hacer su crítica también es importante, aunque sea polémica e insultante como en el caso en que atacamos nosotrxs (con palabras) a K.S. [Kostas Sakkas] y su «huelga de hambre». Nuestro texto se publicó después de que todo el proceso hubiese terminado y con la persona específica excarcelada y lo que se escribió, se esté de acuerdo o no, estaba basado en hechos concretos. Pero cuando alguien, llega al despreciable punto de calumniar a otras personas en público, caracterizándonos de manera infame, sin citar ni un hecho real, entonces, las cosas cambian.
Cuando todxs saben que en nuestra contra se ha aplicado todo tipo de arbitrariedad jurídica (prisión preventiva de tiempo indeterminado de 36 y 38 meses, instigación, persecuciones en el extranjero, decenas de años de condena), cuando todxs saben que durante los años que llevamos en prisión no se nos regaló nada, sino que tosimos sangre y soledad con traslados disciplinarios a todas las cárceles (el compa Giorgos Polydoros ha sido trasladado a 5 prisiones diferentes en un periodo de 6 meses por castigos disciplinarios y muchxs de nosotrxs a 2-3 prisiones diferentes), con enfrentamientos con carceleros (prisión de Domokos), con aislamientos (Olga Ekonomidou pasó 50 días en aislamiento en la cárcel de Diavata), con huelgas de hambre, movilizaciones (aunque algunas no fueran gran cosa), con un intento de fuga.
Cuando todxs saben que casi ningún anarquista que ha entrado en la cárcel, desde que nosotrxs estamos aquí, nunca le hemos dejado solo, incluso si estaba en otra prisión (y si quieren que lo renieguen, incluso, aquellos a quienes ya no les gustamos), y siempre procuramos que no tenga problemas, poniéndole en contacto con otros presos, para que le ayuden y no le falte de nada.
Cuando todxs saben que puede que no seamos lxs mas corteses y puede que no tengamos las mejores maneras, pero hemos ayudado, casi diariamente, a incontables presxs con temas relativos al servicio penitenciario y con las dificultades materiales de la vida diaria en la cárcel.
Cuando todxs saben que el respeto y las amistades que nos hemos ganado aquí, han sido por lo que somos y no por lo que fingimos o jugando a ser los cabecillas.
Cuando ni nuestros peores enemigos (maderos, jueces, periodistas) se atrevieron a calumniarnos como lo hizo Naxakis, entonces la dialéctica se ACABA y sólo hay sitio para la VIOLENCIA ABSOLUTA.
Nunca hemos dado explicaciones ante los tribunales del enemigo y ahora llegamos al punto en que tenemos que dar explicaciones por las porquerías de este despreciable.
Habíamos elegido contener nuestra violencia dentro de cárcel y expresarla solamente contra el enemigo y los tiranos de nuestras vidas. Este es nuestro deseo.
Pero Naxakis, con ese asqueroso papel de mierda que escribió, nos hizo violar este acuerdo que teníamos con nosotrxs mismxs. Nos calumnió, nos insultó y difundió en público increíbles mentiras sobre nosotrxs. Este es el motivo por el que le partimos la cabeza en el pasillo de la prisión. Para que se acabe esta decadencia pública. Las elecciones y las estrategias que no encajan entre sí, que guarden las distancias. No hay nada correcto o incorrecto, todo es subjetivo. Lo mismo vale para la crítica. Pero quien elige la calumnia, la mentira y el insulto a fin de manchar nuestra historia, nuestros valores, nuestra personalidad y nuestra trayectoria de lucha no tendrá el mismo fin que Naxakis.
Esta vez acabaremos con él de manera definitiva… Para poner fin a la sífilis de la introversión, que nos envenena, alejándonos del ataque real.
La mentira es el lenguaje del enemigo y del Poder.
Atrás mentirosos, adelante compas.
Por la nueva anarquía y el nihilismo.
Conspiración de Células de Fuego – FAI/FRI
(núcleo de miembros presxs)