Comunicado enviado el 29/09/2016 por la CNA México:
Nota previa: Desde hoy 28 de septiembre los compañeros Fernando Bárcenas y Abraham Cortes, presos en el Reclusorio Norte, Luis Fernando Sotelo, preso en el Reclusorio Sur en la Ciudad de México y Miguel Peralta, preso en el penal de Cuicatlán en Oaxaca, iniciaron una jornada de lucha anticarcelaria desde dentro de la prisión.
Los tres compas presos en la Ciudad de México se han declarado en huelga de hambre, mientras que Miguel realizará ayunos.
A continuación reproducimos el comunicado firmado por Fernando Bárcenas y Abraham Cortés.
28 de septiembre
A lxs compañerxs rebeldes
A los pueblos y comunidades en pie de guerra
A los esclavxs emancipados
A quienes se identifiquen con estos sentires y palabras…
Por la liberación total declaramos hoy una huelga de hambre indefinida como un acto de autodeterminación, de incitación a la revuelta generalizada. Porque no podemos seguir simplemente asistiendo día con día al genocidio de nuestras comunidades y pueblos.
Existe una realidad oculta en esta sociedad; la democracia es un golpe de Estado que por las fallas no pone tanques sino cámaras de televisión y micrófonos de periodistas, la democracia gobierna con el poder de su propaganda y por eso sostenemos que la democracia es la técnica y la ciencia que usa el poder para no ser percibida como opresión, el capitalismo es el jefe y la democracia es su portavoz de prensa.
Y es por eso mismo que no nos dirigimos a los medios, ni a las clases dominantes, nos dirigimos y hablamos a nuestrxs compañerxs del presidio inmenso llamado tierra que como nosotros también son hijos de la guerra sólo por el hecho de haber nacido desheredados.
Pero estas palabras no tienen la intención de instrumentalizar sus fuerzas rebeldes ni mucho menos para unificarlas bajo una bandera cualquiera; sino más bien para abrir un lazo de comunicación, un espacio de sintonía de las luchas y de todo cuanto emerge de contestación y actos de autodeterminación en todas partes…
A nuestro entender y bajo nuestra perspectiva; donde hay autoridad existe la cárcel y es por eso que la cárcel es mucho más que sólo la estructura física que se nos impone mediante la imagen de muros y alambradas. La cárcel, a nuestro entender está constituida por la sociedad entera mientras que las prisiones físicas son solamente una expresión concreta del aislamiento social que sustenta y legitima el poder.
La urbanización (por poner un ejemplo) es la representación misma del encarcelamiento masivo o lo que es igual a la fortificación del espacio urbano, acompañado del exterminio de las clases populares más marginadas y se presenta hoy en día como parte integral de la última fase geohistórica del capitalismo tecnoindustrial. (Último esfuerzo de reestructuración en esta etapa de crisis en la que la única manera de sostener el dominio es mediante la guerra)
Ya no podemos creer en sus mentiras porque su «mundo maravilloso» no existe en nuestro alrededor; nos llaman delincuentes así como llamaron salvajes a los antiguos pobladores de América y así justificaron su genocidio; lo que sucede a diario en nuestros barrios es una guerra colonial que busca apaciguar el fervor revolucionario de nuestra gente con tácticas tan sucias como la inundación de drogas y armas y su consecuente resultado de llevar más tropas de ocupación a nuestros barrios y comunidades. Todo esto se conecta directamente con el aumento de la pobreza y la carencia de educación y salud en las comunidades y barrios más marginados. Dando como resultado un alza al índice de criminalidad, lo que justifica la represión del aparato político-militar del Estado, la cárcel se convierte en un monumento de la matanza, siendo el basurero social a donde se arroja lo que no agrada o molesta al sistema capitalista…
Sin embargo, hay actualmente 226 mil presos en el país y aunque las cárceles están sobrepobladas, la tasa de criminalidad no baja, sino que por el contrario, aumenta o se mantiene estable. Por lo tanto, el problema no está en las 226 mil personas presas, sino en la sociedad tecnoindustrial que necesita justificar la matanza.
La cárcel es una empresa que legitima la guerra contra los pobres y protege el exterminio y la sociedad basada en la acumulación capitalista.
¿Y cuál es el pretexto para hacer la intervención encubierta? Que los barrios están asolados por el crimen, asaltos, robos, asesinatos y disturbios, «las calles no son seguras», entonces las alcaldías y ayuntamientos están de acuerdo con los residentes que piden «más protección», sin ponerse a analizar el trasfondo de esta guerra sucia.
Claro que es un hecho de que las víctimas de la plaga de la droga son los responsables de los crímenes que ocurren en los barrios, es algo que no se puede negar. Pero antes de que por desesperación saltemos gritando y pidiendo «más protección policial», mejor recordemos quién impuso la plaga a nuestros barrios y comunidades. Será mejor recordar quién se beneficia en última instancia con la adicción de la gente a las drogas, será mejor recordar que la policía son tropas de ocupación enviadas a nuestras comunidades por la clase dominante, no para proteger la vida de la gente pobre, sino más bien, para proteger los intereses y la propiedad privada de los capitalistas.
La policía, los políticos y los grandes empresarios están encantados de que los jóvenes proletarios sean víctimas de la plaga, y esto por dos razones, la primera es que el tráfico de drogas es una empresa económicamente rentable y la segunda es que se dan cuenta de que mientras puedan mantener a nuestros jóvenes en las esquinas «generando» para una dosis, no tendrán que preocuparse de que libremos una efectiva lucha de liberación.
La policía no puede resolver el problema porque es parte del problema, tampoco las instituciones del sistema pueden resolver los problemas sociales, económicos y políticos de la población, porque ellos los fabrican y se nutren de ellos. La «guerra contra las drogas» no es otra cosa que una doctrina de contra-revolución encargada de mantener y reforzar la dominación, la explotación y el encarcelamiento de las clases más oprimidas del proletariado.
Somos los únicos capaces de erradicar la plaga de nuestras comunidades y por eso, en vez de colaborar con esta sociedad enferma y decadente hemos decidido vivir al margen de ella para construir un mundo con nuestras propias manos y esto pasa necesariamente por la organización revolucionaria del pueblo.
Libera un espacio, okupa, ármate y cuida a los tuyos.
Cuantos más de estos actos se manifiesten descompuestos y desordenados, sin ningún centro, más bien haciendo referencia a miles de centros, cada uno autodeterminado, entonces mucho más serán irreductibles a una formalización y recuperables para el sistema tecnológico.
Vivimos en una era tecnológica en la que el capitalismo se reestructura mediante aplicaciones tecnológicas al sistema de control social y todo esto ha modificado el mundo de manera sustancial.
La realidad virtual de las necesidades ficticias ya se ha impuesto, y los intereses del proletariado rotos en miles de pedazos, se pierden en los meandros de la realidad virtual. La misma democracia es una de las realidades virtuales como todas las otras.
Queda caro que un sistema de este tipo no puede ser defendido sino mediante la trasnormacion en policías del sistema a las mismas personas que viven en el territorio, ningún aparato represio seria capaz de garantizar tal sistema.
Y es por eso que el Estado/capital tecnológico/moderno, sólo puede ser destruido en el territorio mediante el ascenso generalizado de la insurrección.
La respuesta pues, no se haya en las teorías, sino concretamente en las exigencias y necesidades de los excluidos por el sistema, los insubordinados, en fin, los linchamientos sociales que son el fruto natural de la sociedad dividida en privilegiados por un lado y subyugados por el otro.
La rebelión también es un hecho natural que no descubren los anarquistas, ni los demás revolucionarios.
Pero esa rebelión no es inmediatamente reconducible a los viejos programas y manuales «revolucionarios» la rebelión de nuestros días es descompuesta, desordenada, un fin en si misma.
Para nosotros, en tanto rebeldes sociales, la insurgencia es un rechazo total a las ideologías por ser parte fundamental del sistema que nos oprime.
Provisto de este método basado en la práctica de la acción directa, en la conflictividad permanente y la autorganización de las luchas, sin la aceptación de moderadores, quedan abiertas largas posibilidades de desemboque insurreccional.
Desde esta perspectiva queda claro que el anarquismo no es una ideología sino una forma concreta de oponerse a lo existente por su definitiva y total destrucción.
Somos pues por la revuelta permanente, por la insurrección generalizada; única forma que hace imposible que se manifieste el poder centralizado.
Declaramos este grito de guerra, una forma defender la lucha de los presos estadounidenses y así mismo nos solidarizamos con los compas afroamericanos que, al igual que nosotros, viven el genocidio de la droga.
Solidaridad con los pueblos y comunidades rebeldes.
Solidaridad total con nuestro compañero Luis Fernando Sotelo Zambrano.
¡Por la liberación total! ¡Por la destrucción de la sociedad carcelaria!
A tres años de encierro de Abraham Cortés Ávila, 2 de Octubre del 2013.
Fernando Bárcenas.
Abraham Cortés Ávila.