Comunicado recibido junto con las fotos el 18/09/2019:
“El ataque anticapitalista, autónomo, difuso y descentralizado no podrá ser aplastado porque en cada uno de los rebeldes subsiste la posibilidad de subvertir el orden dominante mediante el ataque directo a las estructuras y las instituciones del Estado Capital. (…) Nosotros podremos morir o ir a la cárcel como han muerto y han encarcelado a nuestros hermanos, pero otros vendrán detrás nuestro. La subversión tiene memoria y el brazo largo. (…) Todos y todas podemos pasar al ataque, sólo es cuestión de decidirse. Esta insurgencia sin centro ni periferia, sin jefes, ni dirección, con mil caras, no la podrán parar”.
–Comando 8 de Diciembre.
El tiempo transcurre y el control social evoluciona, pasando del uso de violencia explícita, a un conjunto de ella y la silenciosa máquina reproductora de la conducta democrática que engrandece al ciudadanismo “participativo” en la tribuna digital de las redes sociales, pero igualmente carente de resolución política en las distintas esferas de la vida cotidiana.
Una multitud heterogénea conforma a la sociedad, de la que forman parte quienes se posicionan en la validación de la violencia callejera, contra el poder, y también quienes aborrecen estas prácticas, o en un punto más extremo, se vuelven a lo para-policial, en definitiva, por un lado se encuentran quienes luchan y desean libertad y por el otro quienes quieren imponer ley y autoridad.
El movimiento por las calles nos ha confrontado con esta diversa y dispersa realidad, dando lugar a conflictos con ciudadanxs que gustan de hacer favores a la policía, así como también hemos compartido con personas que avalan, apoyan o colaboran con nuestra praxis.
Así también nos permitimos el fortalecimiento de la discusión política entre afines vislumbrando ideas a través de reivindicaciones políticas, cuya idea es arrebatar el monopolio de la información y justificación institucional del poder, manifestando y exponiendo tensiones constantes que fomenten el debate para las mentes inquietas que gusten de ello, dejando de lado las pretensiones del despertar de conciencias alienadas que han decidido así estarlo, en otras palabras, las añejas posiciones políticas de la rebelión popular y de masas ya no tienen cabida en estos contextos. Escribimos nuestra propia historia libertaria mientras transitamos y nos confrontamos a las contradicciones del Estado y el capital.
Observar con detención y analizar con precaución permite llevar a cabo acciones al tiempo y cualidades de quien planifique, dejando de lado la idea arbitraria de la jerarquización en el impacto de la violencia subversiva autónoma según los requerimientos técnicos de ellas.
Evidentemente existen diferencias en acciones, por ejemplo, entre un artefacto explosivo y uno simulado, sin embargo ambos pueden generar amplios impactos si se busca más efecto que la destrucción material, variando objetivos materiales y de mediatización.
Igual situación ocurre al comparar la violencia callejera y un atentado programado para irrumpir el funcionamiento cotidiano. Es el análisis previo, la claridad de los efectos, la que permite propiciar el éxito, ya sea buscando el caos, la difusión de algo en particular o buscando alguna exposición del enemigx, etc.
Participar de la violencia callejera tiene por consecuencia sumirse y percatarse del movimiento de la misma, exponiendo situaciones que no son evidentes en otras instancias. Así mismo se abren puertas para el desenvolvimiento y retroalimentación con afines y desconocidxs que no son parte de un núcleo preciso, enriqueciéndonos así en distintas formas.
Estas ideas son fruto de la reflexión interna, como factor de la experiencia que cada individux aporta a esta instancia colectiva. Nuestro objetivo es difundirlas, así como llevarlas a la práctica con acciones de combate, teniendo claro que esta es una perspectiva, en un enorme universo de grupos e individuxs que constantemente vulneran el orden social, con posicionamientos afines o distantes a los nuestros.
Ahora entrando de lleno en una nueva fecha conmemorativa, nos organizamos para estar presentes con fuerza. Para ser parte de la heterogeneidad de la calle, para estar en una instancia posibilitada por la participación y planificación de múltiples individualidades y colectividades afines con el certero objetivo de propagar el caos en Santiago de Chile.
Transformamos en acción concreta el odio engendrado por la muerte, desaparición y tortura de cientos de personas en el pasado y presente. Por el acoso cotidiano de la policía a la juventud insurrecta que toma los liceos como constante escenario de la lucha callejera. No olvidamos como en cada oportunidad hacen uso de sus herramientas jurídicas para desalentar lo que no pueden controlar, tampoco el que lacayos uniformados se amparen en su institución para desatar su psicopatía y demencial actuar contra quien se les cruce por delante, así como tampoco el que un grupo de políticxs difame a través de sus medios las posiciones antagónicas.
En la calle rompemos con la pasividad y decimos que no existe justicia, si no solo venganza. En esta, como en otras ocasiones nos vengamos, no dejamos lugar al victimismo y confluimos nuevamente la praxis de la lucha callejera y la nueva guerrilla urbana, tomando ambas instancias para llevar a cabo certeros ataques, gracias a las condiciones que han sido generadas con anterioridad.
Este 11 de Septiembre participamos de los disturbios callejeros en distintas poblaciones de Santiago aportando al conflicto con nuestros artilugios e ingenios artesanales. Estuvimos accionando junto a un amplio número de combatientes urbanos en la comuna de Peñalolén, lugar donde la policía maniobró torpemente su carro blindado debido a que sus lacayos ocupantes quedaron enceguecidos por el lanzamiento de artefactos incendiarios, que provocó un choque y los obligó a descender del mismo, al tiempo que recibían ataques armados de escopetas hechizas. Pusimos nuestro granito de arena tiroteándolos y fue un verdadero goce ver a un policía arrastrarse en el suelo ayudado por sus miserables compañeros para llegar rápidamente a la ambulancia que finalmente los sacó del sector que era controlado por todxs lxs revoltosxs. El saldo fue de dos policías heridos por perdigones y uno herido producto del choque, y por supuesto, desde ahora el terror de la venganza anarquista los acompañará de cerca a ellos y a sus familias [1].
Aquella noche recordamos a cada compañerx caídx que dedicó su vida a la lucha contra el poder. Pero como quedó claro entre los gritos de la multitud encapuchada y miradas cómplices en la población, las acciones desarrolladas fueron dedicadas a un solo guerrero; a la memoria del compañero Kevin Garrido.
Con este gesto y los que hemos asumido en nuestro andar, queremos enviar un caluroso saludo a cada compañerx que resiste la prisión como consecuencia de su camino revolucionario, y en especial a Marcelo Villarroel, cuya entereza y orgullo transmitido en la reivindicación de su historia construida en combate alimentan la subversión autónoma y libertaria en curso, que jamás será acallada por el enemigx a combatir y destruir.
Nos despedimos dejando claro que las individualidades que conformamos los grupos de acción firmantes seguimos teniendo eternos motivos para luchar, para intentar y lograr lo que buscamos, actuando bajo múltiples escenarios sin jefes ni dirigencias, en completa autonomía, tal como ha sido en estos últimos años a puro pulso y convicción, nutriendo de forma rudimentaria pero digna la ofensiva anarquista en nuestro territorio.
¡Septiembre Negro!
¡Fuego y plomo a la policía!
¡Kevin Garrido vive en el Caos!
¡Presxs a la calle, calles para la insurrección!
¡Todo sigue!
Núcleos Antagónicos de la Nueva Guerrilla Urbana
– Célula Karr-kai
– Fuerzas por el Desborde de la Civilización
– Columna Insurreccional “Ira y Complot” – FAI/FRI
[1] «Video registró ataque a carro lanza gases de Carabineros en Peñalolén: terminó envuelto en llamas». Bio Bio Chile, 12 de Septiembre 2019.