La mañana del 26 de julio, Nikos Maziotis fue trasladado desde el hospital de las prisiones de Koridallos a la cárcel de Diavata, cerca de la ciudad de Tesalónica. Este traslado, que viene mientras el compa necesita todavía hacer más exámenes y operaciones por su heridas, no es más que un claro acto vengativo por parte del Estado.