Comunicado recibido el 21/06/2018:
Marcelo Villarroel Sepúlveda, es un combatiente subversivo y actual preso político, que ha estado siempre en la primera línea de batalla de distintos momentos de la lucha de clases en Chile, desde el fascista Pinochet hasta sus continuadores que administran hoy el gran capital, lo que lo ha llevado a estar casi la mitad de su vida recluido en cárceles políticas.
Desde muy “cabro”, y como muchos otros jóvenes populares, se sumó al Movimiento Juvenil Lautaro en los combates en contra de la dictadura, recuperando alimentos y otros insumos para la población, realizando propaganda armada y golpeando los símbolos del poder de aquellos años, en lo que el complejo partidario MAPU-LAUTARO definió como; “Guerra Insurreccional de Masas”.
Después de vivir la represión en las cárceles de Pinochet, al igual que otr@s combatientes, decidió no tragarse el cuento de la transición pactada, entendiendo que el fin de la dictadura militar era la continuidad de la dictadura del gran capital, por lo que no dejó de luchar en contra de la opresión. Es así que cae detenido en 1992, cumpliendo prisión política por 11 largos años.
Una vez detenido en “democracia”, y luego de ser marginado del MAPU-LAUTARO por asumir una posición libertaria, Marcelo junto a otros compañeros y compañeras funda el colectivo “Kamina Libre”, realizando varias actividades anti-carcelarias y anti-autoritarias en distintas partes.
En el año 2007, Marcelo y otros compañeros son sindicados como autores de algunas recuperaciones bancarias en las que resulta muerto un policía, motivo por el cual se lleva a cabo un inmenso operativo represivo en Chile y Argentina que tiene como resultado el encarcelamiento de varias personas.
A pesar de estar próximo para cumplir el plazo para poder empezar a solicitar beneficios penitenciarios por su última condena, el Estado le pide a Marcelo más de 40 años de prisión proveniente de la funesta justicia militar por acciones de los años 90, evidenciando la clara intención de mantenerlo recluido de por vida, debido su osadía de no haber podido ser domesticado nunca por las leyes de la injusticia y el capital.
¡LIBERTAD AL COMPEÑRO MARCELO VILLAOREL SEPÚLVEDA!
¡MIENTRAS HAYA MISERIA, HABRÁ REBELIÓN!