El 11 de noviembre, el hermano Spyros Stratoulis inició una huelga de hambre exigiendo el cese de su persecución por el conocido caso apodado «Organización Ilícita de los Ateneos de Tesalónica».
Podría escribir hoy sobre quién es Spyros, sobre su recorrido combativo durante dos décadas de encierro, sobre su espíritu irreductible, sobre su integridad y humanidad en contra de los intentos embrutecedores de las celdas de la democracia, pero todo esto solo puede describir algunas de las razones por las que llamo a esta persona compañero y hermano. Para poder delinear la esencia de ello, tendría que encontrar las palabras que decodifiquen el año y algo que compartimos en la prisión de Larisa. Palabras que delinean la experiencia condensada de estar con una persona 24 horas al día, compartiendo cada momento, cada alegría, cada tristeza, cada dificultad, cada esperanza. Pensamientos, preocupaciones y sueños. Tendría que encontrar palabras que pudieran expresar de forma certera la importancia única de poder decir que no estás solx, aun en el espacio-tiempo atomizado de la cárcel.
El 11 de noviembre, Spyros empezó una huelga de hambre. Hoy, 21 de noviembre, se encuentra en el undécimo día.
Desde hoy, empiezo yo también una huelga de hambre, como praxis solidaria. Como una acción que no significa nada menos de lo que merece esta persona y las experiencias que compartimos y seguimos compartiendo, aunque ya en distintos lugares.
Porque Solidaridad significa llamar a una persona compañerx y que eso equivalga a decir: juntxs en las buenas, junxts en las luchas, juntxs en las malas, hasta el final.
Hermano, agárrate a lo bueno, ten coraje y lánzate hacia adelante…
Hasta la victoria.
Rami Syrianos
Prisión de Domokos