Italia: Con la mecha, la pluma, la rabia y el amor

Traducción recibida el 26/10/2020:

«El sistema patriarcal sobre el cual el Estado y la sociedad se sustentan revela en el mundo de las prisiones sus aspectos más bajos y agudos: lo vemos en las peores condiciones en las cuales se encuentran las prisioneras en las cárceles de mujeres en general, en los estereotipos de género a los cuales se ven obligadas, en las lógicas de infantilización y psiquiatrización que se les impone a ellas. Lo vemos en el tratamiento reservado a las compañeras anarquistas, que son divididas y dispersas en las AS3 de Italia, porque esta es la primera lógica del patriarcado: dividir a las mujeres, porque cuando se unen hacen temblar al poder».

«Mientras tanto, no permaneceré inmóvil y en silencio mientras compañerxs anarquistas viven en condiciones insostenibles en otras prisiones. Davide y Giuseppe luchan por su traslado a situaciones más vivibles. Yo estoy con ellos».

-Francesca Cerrone, carta desde la cárcel de Latina.

«Muy frágiles y miserables deben ser «el orden y la seguridad de la institución» (esta es la motivación escrita en los secuestros) si una postal o la foto de una pintada en una pared les puede poner en peligro».

«Por este motivo, y visto que las circunstancias no dejan ver un cambio de rumbo, he decidido que iniciaré una huelga de hambre a partir del sábado 24 de octubre y por el tiempo que me parecerá oportuno. Es una batalla personal, que quizás dejará el tiempo que encuentre, que quizás denotara una falta de imaginación por mi parte, pero que me parece un deber. Quien tiene ganas, mientras tanto, de continuar atascando la oficina de mando de comunicaciones más o menos inútiles, basta que me escriba, es el/la bienvenidx, que no se diga que no están ganando su salario empapado de sangre «.

-Natascia Savio, carta de la prisión de Piacenza.

Probablemente la cárcel es la institución que más que cualquier otra representa la dominación. Todo aquello que como anarquistas, despreciamos y nos gustaría ver en ruinas y desmoronándose.

La prisión representa la posibilidad, por parte del poder, de poder encerrar, anular, torturar y aniquilar a todxs aquellxs que no se adaptan a las leyes y a las condiciones que el poder ha establecido.

Al mismo tiempo, el poder necesita de la prisión, lo necesita, es el arma más sólida que tiene para evitar la desobediencia, la insurrección.

Se puede deducir que la prisión tiene dos funciones principales y funcionales para el mantenimiento del dominio: una es aquella de contener sus fallas, sus disputas, o sea todos aquellos que por un motivo o por otro no se someten a las leyes del estado, y llevan una vida no en línea con los intereses y las normas de este ultimo. La función de contención incluye dentro de ella los fenómenos que ocurren en el contenedor-prisión, como la venganza contra el preso: castigarlo, infantilizarlo, psiquiatrizarlo, asustarlo y tratar de vaciarlo de toda voluntad y no hacerle sentir ninguna emoción más que la sensación de vacío y miedo, para asegurarse de que permanezca en su lugar y no se rebele.

La otra función de la institución penitenciaria es servir de advertencia a todxs aquellxs que se encuentran fuera.

En el pasado, las cárceles se ubicaban dentro de las ciudades, bajo la mirada de todxs, para mostrar cuál era el destino de quienes robaban, mataban, desobedecían, se rebelaban. Hoy la mayoría de las cárceles se encuentran fuera de los centros, entre los campos, en zonas escasamente pobladas, lejos de la mirada de los ciudadanos, del estado que se enorgullece de ser democrático y justo.

Pero no cambia. Es la idea de la prisión, lo que cuenta. El saber que existe, que existe la posibilidad de acabar ahí, que quien es pobre puede acabar ahí, que quien no es italiano puede acabar ahí, que lxs que se rebelan pueden acabar ahí.

Este es el efecto que la prisión produce fuera de sí, la espada de Damocles de todo ciudadano que decide (o se ve obligado a decidir) de dejar de ser tal, para convertirse en un fuera de la ley.

La condena infernal infligida por el dios estado a quienes no se someten a su derecho divino, la amenaza de condena inminente para todos sus fieles.

Pues sí, si esta es una de las armas más poderosas del estado y de la dominación, entonces, como anarquistas, como enemigos del estado y de la dominación, nuestra mayor fortaleza es aquella de conocer las tramas y los objetivos de nuestros enemigos, saberlos analizar, saber discutir entre nosotrxs los puntos de fuerza y los puntos débiles de la institución cárcel. Para atacarlo y destruirlo.

En Italia hay más de veinte anarquistas recluidxs, que sufren y luchan, responden y reciben, atacan y se defienden, y en ocasiones escapan.

Desde fuera, no lxs dejemos solxs.

Con nuestros corazones sediciosos socavamos los cimientos, atacamos los muros, saboteamos los pilares de aquellos podridos amasaos de dolor, hierro y cemento que son las galeras.

Con nuestras plumas escribimos a quien está dentro, contamos cosas, hacemos contarlas, discutimos y recogemos toda la fuerza y la belleza que conseguimos en una jornada al aire libre, en la naturaleza salvaje, en una noche sin luna largo senderos resbaladizos, en un ululado de rabia entre las hojas que caen y enviémoslas, hagámosles sentir todo el frescor y el calor del exterior y la electricidad de nuestros cuerpos. Démosles la fuerza para continuar a tener la cabeza erguida. Solidarizamos y estamos a su lado, llorando, riendo y gritando.

La prisión es el lugar en el cual los carceleros hacen todo lo posible para quitar la esencia vital a lxs prisionerxs.

Quien está afuera relance dentro toda la vida que consigue. La presencia bajo los muros, las postales, las cartas, los libros, las acciones. Todo aquello es útil y necesario.

A Beppe que, encerrado en Pavía, obligado a estar en la sección «protegidos» entre infames y violadores, es diariamente humillado y maltratado y no consigue el traslado que ha solicitado,

A Davide, deportado de su tierra, que vive desde hace años entre el aislamiento y la provocación. Está llevando a cabo la huelga de patio y aún no ha obtenido un traslado de la prisión de Caltagirone.

A Juan y Nico, que desde la cárcel de Terni han iniciado el diez y nueve de Octubre la huelga de comida de la prisión en solidaridad con Beppe, con Davide y con lxs demás prisionerxs anarquistas y para protestar contra los operaciones represivas.

A Natasha, que iniciará una huelga de hambre el 24 de Octubre como forma de lucha en respuesta a las censuras de sus cartas y a las condiciones en las que se encuentra recluida en la prisión de Piacenza.

A Francesca, que desde la cárcel de Latina, en la cual se encuentra recluida como investigada por la operación Bialystok, se ha unido a la huelga de la comida de la cárcel (carrello) en solidaridad a Beppe y Davide.

A todas y todos las prisioneras y los prisioneros en Italia y en el mundo.

FUERZA. ESTAMOS CON VOSOTRXS.

Que desde afuera (y desde adentro) se discuta, se solidarice, se escriba, se movilice, se ataque a la dominación con cualquier medio anarquista, que las ruinas se preparen a caer y el mundo arda.

Con la mecha, la pluma, la rabia y el amor.

Fuente.