[Francia/Italia] Carta de la compañera Carla cuando se encontraba en la prisión de Fresnes

Traducción recibida el 27/08/2020:

Carla… desde Francia

Ayer, un mes después de su detención, Carla ha sido extraditada y trasladada desde la prisión de Fresnes en Francia a la de Vigevano. A la espera de recibir actualizaciones sobre su situación en la prisión Lombarda (región) y del iteré judiciario que le espera, traemos una carta llegada desde la prisión parisina siempre en la jornada de ayer en la que relata la detención, la prisión francesa y la experiencia de estar en fuga.

Además de la invitación a escribirle a la nueva dirección, aprovechamos la ocasión para recordar las citas para seguir llevándole solidaridad.

Miércoles 26 y sábado 29 de agosto desde las 16 a las 19.30 recogida de libros y postales en el centro de documentación de Porfido en via Tarino 12 / c

Domingo 30 de agosto a las 15 horas concentración bajo los muros de la cárcel de Vigevano, para saludar a todxs lxs presxs allí encerradxs y hacer llegar finalmente a Carla nuestra voz, nuestra calor y toda nuestra complicidad.

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Fresnes, 19 de agosto de 2020

Hola,

Después de 536 días de fuga he sido arrestada el pasado 26 de julio cerca de St. Etienne. He vivido mi arresto como la primera puesta en escena de una representación repetida mil veces en mi cabeza, o más bien 536 veces… Me parecía que todo iba en cámara lenta: los policías con sus pasamontañas apuntándome con sus rifles, me tiran a tierra y me preguntan el nombre que tantas veces he callado en los últimos tiempos y que me hacía extraño pronunciarlo. Despues el SDAT (reparto antiterrorista de la policía francesa, ndt.) me ha llevado a París: cuatro horas de viaje con las esposas a la espalda en compañía de sus pasamontañas. Unos kilómetros antes de llegar a su cuartel en Levallois-Perret me han vendado los ojos. Siempre ellos, dos días después de mi arresto, me han llevado primero al tribunal y luego a la prisión de Fresnes.

Durante la audiencia que ha convalidado mi arresto, he aceptado mi extradición sin dudarlo. Seguí atentamente lo que le había sucedido a Vincenzo Vecchi (a quien aprovecho para saludar) quien, en cambio, prefirió rechazar la extradición dándose la oportunidad de permanecer libre en Francia. En lo que a mí respecta, esto habría significado esperar el juicio en Francia en lugar de en Italia, donde se encuentran lxs otrxs acusadxs ​​en la operación Scintilla, de momento todxs libres excepto Silvia, que todavía tiene prohibido quedarse en el municipio de Turín.

Parece que en los últimos tiempos la ejecución de una orden de detención europea y la extradición que se deriva de ella, constituyen para la justicia europea de simples formalidades burocráticas de rellenar. Lo hemos visto recientemente en Italia en varias ocasiones, pero también en ocasión de la represión tras las revueltas de Hamburgo o en Grecia y en España. Las policías europeas está afinando sus armas y sus colaboraciones parecen ser cada vez más estrechas, con intercambios de chivateos y favores. A la luz de estos recientes hechos, creo que esta a nosotrxs interesarnos por la cuestión y estudiar sus mecanismos.

Descubro la prisión en el tiempo del coronavirus: la cuarentena reglamentaria para nuevas llegadas, la mascarilla para cada movimiento y durante todo el tiempo que dure el patio, la suspensión de todas las actividades y la celda cerrada 22 horas sobre 24 . Al final de mi cuarentena y en la víspera de mi fecha de extradición, yo y todas las demás reclusas presentes en la sección de las nuevas llegadas hemos sido puestas por segunda vez en aislamiento sanitario con la excusa de que habíamos compartido el patio con una nueva llegada que dio positivo por covid.

Los test a los que fuimos sometidas después de este conclamado caso, y que inicialmente nos dijeron que no eran posibles para todas las detenidas, ahora son la práctica para todas las nuevas llegadas. No es sorprendente ver cómo la administración penitenciaria llegue perennemente en retardo.

Durante la primavera pasada, las medidas adoptadas por la administración penitenciaria en respuesta a la propagación del Covid19 han causado revueltas y una fuerte solidaridad en las cárceles. Lamentablemente, al menos aquí, parece que convivir con el virus se ha convertido en la norma, y ​​al miedo de que una nueva llegada sea positiva y pueda contagiar a las demás se une el miedo a ser suspendidas las visitas, como nos pasó a nosotrxs la semana pasada. Los magros paliativos otorgados en primavera por la administración penitenciaria en forma de créditos telefónicos son ya parte del pasado y un pequeño grupo de nuevas llegadas no puede estar a la altura de las grandes movilizaciones del pasado mes de marzo. Estoy esperando mi extradición en cualquier momento y sé que muy probablemente cuando llegue en Italia es que me esperara un tercer período de aislamiento sanitario.

Por el momento disfruto de todas las demostraciones de solidaridad después de tanto silencio. A pesar de las publicaciones sobre el tema, seguramente valiosas, la fuga viene considerada todavía muchas veces como una aventura romántica y se piensa normalmente a lxs compañerxs como libres. En este año y medio nunca me ha faltado ni la solidaridad ni el apoyo cálido, nunca me ha faltado de nada, pero no se es libre cuando se es privado de la propia vida.

Me hubiera gustado estar en la calle junto con mis compañerxs durante las manifestaciones en respuesta al desalojo del Asilo (en Turín, ndt), he acompañado con el pensamiento la huelga de hambre lanzada por Silvia, Anna y Natascia, he pensado cada día a lxs compañerxs arrestadxs en las oleadas posteriores. Me hubiera gustado estar al lado de mi familia cuando han pasado por momentos difíciles y saber de ellos durante el encierro.

Hoy estoy lista y determinada a afrontar los próximos meses, pero mi pensamiento se dirige a los que todavía están por ahí hasta que ellxs quieran y que los encuentros que harán den a ellxs el calor y la fuerza para continuar a luchar.

Carla

Para escribirle recordamos la nueva dirección:

Carla Tubeuf
Casa Circondariale di Vigevano
Via Gravellona 240
27029 Vigevano (PV)

Fuente.