La noche entre el 15 y el 16 de agosto, unos neumáticos se rebelaron contra su existencia y prefirieron desinflarse antes de llevar a cabo la tarea que se les impone:
-un utilitario de Orange (multinacional de telecomunicaciones que explota a lxs presxs)
-un coche Veolia (multinacional que entre otras actividades devastadoras, se encarga también con servicios nucleares)
-una camioneta de la Cruz Roja (que ofrece servicios en la zona de detención de migrantes y refugiadxs de Roissy y a los Centros Administrativos de Retención en varios países)
-un utilitario de Sunland – Energies d’Avenir (empresa de energía «renovable»)
-dos coches de Vinci (multinacional constructora que, a parte de decenas de crímenes medioambentales, es responsable también de la construcción de talegos)
-un coche de la prefectura
-un coche de SPIE (empresa de desarrollo nuclear y videovigilancia, entre otras mierdas)
Los neumáticos de 17 Velib (servicio de bicis de París) también se suicidaron, cansadas de transportar burguesobohemios del trabajo a casa. Lo mismo les pasó a los de varios 4×4 y un Porsche.
Esta acción es una modesta contribución en solidaridad con lxs anarquistas encarceladxs en el noroeste de EEUU tras varios ataques contra la dominación, en todo caso, por todxs las que deciden callar frente al Gran Jurado. Una mención también a lxs presxs de las operaciones «Osadía» y «Comefuegos».
A la espera de una consiguiente epidemia de suicidios de neumáticos.