Como toda buena tradición exije, algunxs de nosotrxs pasamos la víspera de Año Nuevo por fuera de una prisión.
Este año, no podía ser otra que la de Tolmezzo. A pesar de que pocas semanas antes de Fin de Año, sobre el 20 de diciembre, Maurizio Alfieri fue trasladado a Saluzzo (Cuneo), decidimos acudir a la cita en Tolmezzo porque hay decenas de presos que nos escriben y con quién nos gustaría establecer relaciones para apoyarlos en la lucha.
Ciertamente, el alejamiento de Maurizio es un intento de debilitar el camino emprendido en Tolmezzo, una cárcel en la que ha nacido una conflictividad compartida por muchos presos y que no debe volver a ser la tumba donde se perpetran graves abusos de todo tipo con el silencio y la complicidad de todos los «órganos superiores».
En esta ocasión, teniendo en cuenta las diversas concentraciones bajo los muros para la noche de Fin de Año: Bergamo, Cosenza, Como, Monza, Roma, Turín y otras, podemos estar contentxs de cómo fue la iniciativa: éramos unas cincuenta personas; desde dentro hubo una buena respuesta y fue posible comunicarse con los presos de las celdas más altas -especialmente durante una intervención en la que se mencionó el nombre de Massimo Russo, torturador particularmente distinguido por las amenazas, las palizas, las burlas, los presos dijeron alto y claro lo que piensan de esta mierda de hombre; saludamos de manera especial a aquellos que nos han escrito, invitándoles a hacerlo de nuevo.
Fue un saludo caluroso para recordar que somos solidarixs con lxs presxs en lucha, un saludo en Nochevieja para decir que no nos olvidamos de los presos de Tolmezzo.
En este sentido, sin embargo, creemos que en esta prisión debería haber y se necesitan iniciativas más fuertes. Bienvenidas son, por ejemplo, iniciativas como la organizada en Roma por fuera del DAP (Departamento de Administración Penitenciaria). Esperamos que no sean iniciativas aisladas. Dicho esto, no podemos evitar preguntarnos qué tratamiento habría recibido Maurizio si la concentración organizada para el pasado 24 de noviembre hubiese tenido la participación requerida para una situación como la de Tolmezzo en aquel momento: desde la agresión a Mohamed, ordenada por el subdirector de seguridad y llevada a cabo por un preso, hasta los 115 días de aislamiento a Mauricio, a los que han seguido otros 45.
La concentración se anunció con mucha antelación y con el cuidado de no solaparse con otras iniciativas solidarias organizadas para Maurizio, para Nicola y Alfredo, para Alessio… se subrayó en varias ocasiones la necesidad de una iniciativa de gran envergadura y determinada que hiciera entender a la directora, al subdirector de seguridad y a los esbirros que ya no podían permitirse las continuas vejaciones, verdaderas prácticas de tortura.
La solidaridad que llegó de tantxs compas y personas que se interesan por los presos de Tolmezzo, la información que circulan en la red de Informa-Azione, Radio Black Out de Turín, en Radio Onda Rossa de Roma, las iniciativas realizadas en Trento y Rovereto sin duda han influido en cómo se han ido desarrollando las cosas en la cárcel, hasta el punto de que hace tiempo que ya no hay palizas. Algunos presos nos han escrito diciendo que, en otro momento, Maurizio habría sido masacrado.
Pero las represalias de la directora y del subdirector de seguridad no han terminado, se han vuelto más sutiles: las ya citadas lesiones a Mohamed, los meses de aislamiento a Maurizio y el último traslado de Maurizio a Saluzzo pasando por … ¡Trani! Maurizio fue objeto de 18 horas de viaje con los guardias que lo seguían molestando, que lo echaron de la celda con engaños, llevándoselo sin darle tiempo a recuperar sus pertenencias, entre las que estaba la ropa de abrigo, y haciéndole creer que lo dejarían en Trani, donde él no quería quedarse bajo ningún concepto dado que tiene sus hermanos más queridos en Milán.
Y ahora que Mauricio ha sido trasladado, entre otras cosas, cerca de Cuneo, creemos que es importante seguir alerta sobre lo que pueda pasar dentro de esos muros, apoyar más las iniciativas que se desarrollen en Udine y sus alrededores y traer a casa el mensaje que los presos de Tolmezzo han lanzado con su determinación, con la iniciativa en solidaridad con los anarquistas encarcelados en Alessandria: ¡dentro nadie, solo escombros!