Cárcel como castigo. Que sea para advertir a aquellxs que todavía no están disuadidxs de la idea de que el «crimen pierde», que sea para sofocar a lxs revoltosxs con las leyes públicas, que sea simplemente porque así funciona una institución que encierra. La cárcel, construida con abusos, acosos, humillaciones y hecha de cristales que dividen los afectos, minutos de encuentros, para lxs que pueden, forzadxs la construida monotonía cotidiana, de burocracia, de censura en la correspondencia, de aislamiento, de palizas.
Estos días Sergio Maria Stefani, compa preso en AS2 y trasladado hace unos días desde Alessandria a Ferrara, está en huelga de hambre desde hace semanas porque se le han negado las visitas de su compañera.
Maddalena Calore, un compañera presa en Agrigento, que sufre desde hace meses las duras atenciones de las guardias, sin bajar la cabeza, también está en huelga de hambre por el continuo régimen de aislamiento al que se le somete.
«Administración Normal» para quien da años de prisión y para aquellos que gestionan esas cárceles. Nosotrxs, que queremos totalmente arrasada cualquier forma de reclusión y el mínimo atisbo de autoridad, nunca nos acostumbraremos a la administración normal.
Renovamos nuestra solidaridad y nuestra complicidad para los compas reclusos en AS2 y a todxs lxs presxs que no agachan la cabeza ante este existente.