Estas semanas habéis oído hablar de ellos. Son las personas detenidas el 9 de diciembre con la acusación, para ser demostrada, de haber asaltado la obra del TAV en Chiomonte. En ese asalto ha sido dañado un compresor, no ha habido ningún herido. Pero la acusación es de terrorismo porque “en ese contexto” y con sus acciones “habrían podido” causar pánico en la población y un grave daño al país. ¿Qué daño? Un daño a la imagen. Lo repetimos: a la imagen.
La acusación se basa en la potencialidad de estos comportamientos, pero al no existir en nuestro código penal la acusación de terrorismo imprudencial, la imputación es de terrorismo de verdad y voluntario. El que, para entendernos, nos trae a todxs a la memoria: los asesinatos de los años 70 y 80, las bombas en los trenes y en las plazas y, más recientemente, en los aeropuertos, metros, rascacielos. El terrorismo en contra de personas ajenas e inconscientes, que mataba, que, por supuesto, aterrorizaba a toda la población. Al contrario, nuestros hijos, hermanos, hermanas siempre han tenido respeto por la vida de lxs demás. Son personas generosas, tienen ideas, quieren un mundo mejor y luchan para obtenerlo. Han luchado contra toda forma de racismo, denunciando los horrores de los CIEs, por los que hoy nos indignamos, antes de que fueran descubiertos por los medios de la prensa y por la opinión publica. Han creado espacios y momentos para la confrontación. Han elegido defender la vida de un territorio, no aterrorizar a la población. Todxs lxs habitantes del Valle de Susa os lo dirán. Como están haciendo a través de sus webs. ¿Y quizá sea esta la población aterrorizada? Y ¿puede un compresor quemado crear un grave daño al país?
Las personas detenidas están pagando el precio de un país en crisis de credibilidad. Y, mira por dónde, así es pues como de repente se vuelven terroristas por daño a la imagen con las mismas penas, durísimas, de quien ha matado, de quien quería matar. Es un salto inaceptable en una democracia. Si llegara a ganar esta tesis, desde mañana, cualquiera que se enfrente una decisión tomada desde arriba podría ser acusadx de las mismas cosas porque, en teoría, podría dar una mala luz al país, podría ser acusadx de provocar, potencialmente, un daño a la imagen. Es la libertad de todxs la que está en peligro. Y no es una libertad que pueda darse por descontada.
Por el delito de terrorismo no se prevé arresto domiciliario sino el encarcelamiento en régimen de alta seguridad, que comporta aislamiento, dos horas diarias de patio, cuatro horas de visita al mes. Se leen las cartas, enviadas a la fiscalía, selladas, llegan a ellos y a nosotrxs con extrema lentitud, o directamente no llegan. Ahora han sido enviadxs a otra cárcel de Alta Seguridad, lejos de sus lugares de origen. Una distancia que lxs aleja aún mas del cariño de sus familias y de sus seres queridos, con aún más incomprensibles vejaciones como la suspensión de las visitas, la prohibición de otras visitas y, en algunos casos, el aislamiento total. Todo esto antes de cualquier juicio, porque son “peligrosxs” gracias a una interpretación judicial que no encuentra verificación en los hechos.
Esta carta está dirigida:
a los periódicos, a las TV, a los mass media, para que recuperen su tarea de informar, para que evalúen todos los aspectos, para que encuentren el valor para indignarse frente a la paradoja de una persona que arriesga una condena durísima no por haber matado a alguien sino porque, según las acusaciones, habría dañado una maquina o habría estado presente cuando se hizo.
A los intelectuales, para que hagan oír sus voces. Para que actúen antes de que nuestro país se vuelva un lugar inhabitable, en el que, quien se opone, quien piensa que una gran obra tiene que ser útil para los ciudadanos y no para recoger alguna migaja de la UE, sea considerado una riqueza y no un terrorista.
A la sociedad entera y en particular a las familias como las nuestras que están criando con mucha preocupación y cansancio sus hijos en este país, enseñándoles a no mirar a otro lado, a estar cerca de quien está en lo justo y tiene necesidad de nosotros. Gracias.
Lxs familiares de Chiara, Claudio, Mattia y Niccolò
11 de febrero 2014, extraído de notav.info