[Prisiones italianas] Comunicado de la compañera anarquista Anna Beniamino

Traducción recibida el 15/11/2020:

A la Corte de Assise de apelación de Turín
Memoria defensiva de Anna Beniamino en vista de la sentencia por el juicio Scripta Manent

El malentendido de fondo de este proceso es que tenga por objeto algo de nuevo cuando por los mismos hechos y ideas, muchxs compañerxs, por años hemos sido investigadxs, juzgadxs, absueltxs y condenadxs. No es nuevo el intento de transformar en «asociación subversiva con finalidad de terrorismo» los lazos solidarios que están a la base del actuar anárquico.

No es nuevo el intento de buscar un resultado a toda costa, a través de la metódica fabricación de «indicios» y sugestiones, y creo que es el trabajo de la acusación aquello de apoyarlos incluso cuando son demenciales como el «auto recalco», ofrecido in extremis al final del primer grado de este proceso, o la delirante «prisa» de escribir un mensaje amenazante a las seis de la tarde del domingo después de un día entero pasado en casa a trabajar y dibujar.

Estoy convencida que como anarquistas somos una magnifica presa: no creemos en la justicia de los tribunales, insultamos a los fiscales y policías, muchas veces nos negamos a defendernos ante la descarada puesta en escena acusatoria. Iré un poco en contra de mis principios y trataré de explicarme.

Se está juzgando la idea de solidaridad a lxs prisionerxs antes y entre prisionerxs después; aquella solidaridad que como anarquistas definimos «solidaridad y complicidad» (y el primero en usar el binomio no es Gioacchino Somma, con buena paz de la acusación y partes civiles, pero es un modo de decir que se usa desde hace al menos 20 años en periódicos y panfletos, basta una búsqueda rápida en la red a demostrarlo) sin preocuparnos del hecho de que un sentimiento humano pueda convertirse en una acusación, un delito.

De aquello que he escrito y publicado en los años sobre Paginas en revuelta, KNO3 y Crocenera[1] Asumo la responsabilidad, lo he hecho desde el principio firmando los artículos, especificando la dirección, presentando y discutiendo el periódico, como declarado en las memorias defensivas depositadas en primer grado, para reubicar en las justas proporciones los hechos y describir aquel fenómeno que se autoalimenta por el simple hecho de mantener en los años las mismas amistades, ideas, frecuentaciones.

En los motivos de la apelación, el Fiscal (PM) en un lapsus freudiano llama a mí y a otrxs anarquistas «acusadxs ​​históricxs de la FAI» (p.113) aunque si en la página 21 del mismo documento, en la nebulosa de sugestiones ofrecidas, intente argumentar que el objeto de este proceso no son las mismas personas, los mismos hechos.

Como anarquista me encuentro, en cambio, de frente a una interpretación de política ficción de 25 años de hechos anarquistas, política ficción porque aquello que emerge de los papeles procesuales es un guión que no reconozco.

Bastaría interiorizar que los anarquistas son antiautoritarios y rechazan la delegación política para comprender cuanto es escalofriante para mi tener una condena cual componente de «una especie de comité directivo central que desempeña la función de dirección estratégica con respecto a las singulares células» (página 116 de la sentencia y página 18 de los motivos del recurso) o de tener un «rol destacado» (!?), de realizar «audiciones» (?!?), de «fidelidad» o «radicalizar».

¿Bastaría decir que soy anarquista? ¿Que no soy marxista-leninista, que no soy islámica radical y tampoco soy mafiosa?

Me resulta difícil defenderme de las ilaciones vista su vaga naturaleza, los únicos rastros que encuentro de manera circunstanciada a justificar estas ilaciones están en la p. 272 de la sentencia y en las p. 120-121 de los motivos del recurso y sobre esto trato de explicarme.

La sentencia a p. 272, en la nota 479, hace referencia a las «audiciones» basándose en una interceptación telefónica entre Pier Leone Porcu y yo, no investigado en este proceso, que me recomendaba de elegir cuidadosamente a los redactores. Piero, me aconsejaba esto porque había hecho parte, en años pasados, de una edición antigua de CNA y de otras revistas que se ocupaban de la prisión.

El fiscal habla de «audiciones» «realizadas por la Beniamino para reclutar personas capaces y merecedoras de participar al proyecto CNA nueva edición» entonces «Omar Nioi» «el se ha radicalizado en el 2014 gracias a Anna Beniamino, anteriormente era un anarquista social». Pero no está explicado en ninguna parte como y donde estas audiciones radicalizadoras habrían sido efectuadas, como se explicarían, visto que incluso por las escuchas telefónicas y las cartas escaneadas se entiende exactamente lo contrario (la única vez que pido desde la prisión de esperar para que salga Crocenera es porque estoy preparando artículos, mi solicitud es ignorada y sobre las absurdas polémicas sobre el benefit «Asilo» escribo directamente a Rizzo explicándole mis motivos y entre otras cosas hay varias cartas en las actas que lo demuestran). Es decir se entiende, al menos esto espero, la absoluta autonomía de juicio; se deduce que cada individuo se mueve según sus propios criterios y se asume la responsabilidad de lo que dice y hace.

Me gustaría que la misma cosa, asumirse la responsabilidad ética de las palabras que usan con facilidad, la harían los acusadores y explicaran qué quieren decir con «audiciones» y «radicalización».

Después, de vez en cuando la acusación se extiende a una terminología de juicio a la así llamada criminalidad organizada: las arenas movedizas de la «conciencia», de la «colusión», del «concurso externo», de las «colectas», con las cuales se querría desacreditar las bases éticas de la solidaridad entre anarquistas y en general de la solidaridad entre individuos. No quiero absolutamente defenderme de la acusación de solidaridad con y entre prisionerxs, es fundamental para mí, es lo que me hace despertar serena cada mañana, pero intentaré poner algo de orden en el castillo de errores y ilaciones, en el friable bloque de las acusaciones.

Cuando me encuentro a explicar individualmente los encuentros en el mar o al lago, los paseos por la ciudad, la presencia a un concierto por la noche, una frase extrapolada de un artículo, un vínculo causal o de conocimiento inexistente pero leído con la superestructura típica de la sospecha policial, por un lado entro en el mecanismo de tener que defenderme de la normalidad, por el otro me viene de hacer, a pesar de todo, de la ironía, pero visto que sobre este castillo de cartas está construida la acusación y la condena a 17 años de prisión, para mí, sin contar los demás, intentaré ser lo más precisa posible.

– Las pruebas

Durante el primer grado he subestimado las «pruebas», me parecía que su inconsistencia, además de obvia, ya había quedado demostrada en las actas. En las actas, de hecho, hay una consultoría técnica del RIS[2] de Parma, producida en la época de los hechos que declara inequívocamente que las etiquetas de los sobres explosivos del 2006 firmadas por FAI-RAT estaban escritas mediante «perfiles literales obtenidos con recalco, repasados con bolígrafo a esfera» de cui viene deducido:» de tal resultado deriva como consecuencia analítica primaria, la imposibilidad de proceder a comparaciones atribuibles entre el material manuscrito de aquí arriba y eventuales escritos seguramente reconducibles a sospechas».

Las pericias gráficas encargadas por el fiscal a las peritas gráficas después de haber visto aquellas negativas del RIS de Parma, son solicitudes de comparación ad personam, no pericias neutrales, la solicitud en estos términos está en las actas. Además son consultorías de profesionales privados a pagamento. Una vez, en la sala, habiendo constatado la presencia de una escritura recabada de un recalco (detectada por los microscopios del RIS de Parma), las grafólogas han admitido con candor de no haber captado las trazas y que habrían efectuado, en fotocopias, aquella atribución de «media probabilidad»Pensando que eran manuscritos espontáneos. En el cornet, el fiscal ha recurrido a las acrobacia del «autorecalco», es más del «doble autorecalco» visto que incluso en dos habríamos cada uno autorecalcado la propia caligrafía para disimular la propia caligrafía.

Mereceríamos de verdad el pelotón de fusilamiento, por demencia múltiple.

Entonces, ¿la probabilidad media es doble? Entonces, ¿en qué se basa esta probabilidad doble o única probabilidad? ¿La grafología es una ciencia estadística? ¿Cuál es la credibilidad de deducciones obviamente discordes y vagas? Una sugestión.

Otra cosa que no puedo todavía explicarme es cómo es posible indicar como «formidable indicio», justificatorio de una condena, la interpretación de la prog. 1584.

Una ingenuidad mía, seguro, pensar que una interceptación del 2007 (entre otras cosas examinada por los mismos policías, por el mismo delito, en un proceso con los mismos imputados) ya considerada aquello que era, nada, en el 2009, podría mágicamente convertirse en el 2020 la piedra angular de un castillo de superficialidades interpretativas y insensateces.

Ha sido admitida, sin explicarla, la discrepancia entre cuanto interceptado: «falta una letra», «falta una e» y un texto amenazante en el cual se detecta no una falta, una inserción en un espacio vacío, sino una superposición de dos letras que en cualquier caso no justificaría el significado de la frase.

Dos cosas todavía sobre la interceptación 1584: cual única objeción a las explicaciones proporcionadas sobre el entero audio de la jornada, a voz y por escrito en la primera parte de la memoria defensiva depositada el 9 de septiembre del 2020, se ha dicho, no recuerdo de cuál de los dos fiscales, que básicamente no habría citado que diseño para tatuaje estaba haciendo. Eso no es cierto, he explicado que estaba haciendo varios dibujos para la semana, no los puedo mostrar más ciertamente porque los bocetos de los dibujos los devolvía al cliente, como ya se explicó, sobre todo si eran pequeñas cosas personalizadas. Es decir, todavía tengo en mi estudio, en original o copia solo los dibujos más elaborados o en los estilos que me interesaba desarrollar, o sea, para entendernos, guardo las tablas originales de una carpa japonesa con fondo de ondas, de un antebrazo polinesio o un dotwork geométrico, no de dos iníciales entrelazadas o de una mariposa o de una frase de Vasco Rossi[3]. Todavía tengo algún catálogo de ejemplos de letras en el estudio pero son tablas de referencia de los varios estilos caligráficos, no el catálogo preciso de todos los escritos realizados en los últimos 15 años. Sobre todo al principio los pequeños trabajos eran la regla en el estudio, en los últimos años las solicitudes se han vuelto más elaboradas y me ocurría de fotografiar y publicar los trabajos en el sitio web del Tattoo Studio o en Facebook, no en el 2007.

Por esto, a mi o a cualquier tatuador es imposible responder con precisión, como sería imposible a un negociante decir qué vestido estaba vendiendo en el 2007, o a un barman qué café estaba sirviendo.

Escritos, iníciales, nombres de hijos, esposas y novios, frases de canciones, caracteres góticos o cursivos ornamentados: aquella E podría faltar de un carta, de una colección de iniciales en gótico, de la frase de una canción o de una cita en latín.

Si me lo hubieran preguntado en el 2007 probablemente habría podido resalir al cliente, ahora como ahora me cuesta recordar los trabajos que tenía en cantera en el septiembre del 2016 cuando me han arrestada. Es decir, recuerdo que tenía en programa terminar un brazo, una manga biomecánica a un cliente habitual pero no recuerdo la miríada de estrellas, amarres, letras o diamantes que componen el pan cotidiano para un tatuador.

– Sobre las relaciones con amigxs y compañerxs, a través de mi memoria y ocp de policía

Las discusiones se vuelven «audiciones», los paseos «inspecciones», las relaciones personales «acostumbraciones», los conciertos punk en los sitios ocupados «encuentros reservados» y no faltan las meras sospechas alusivas a encuentros que nunca tuvieron lugar no porque lo decimos nosotrxs acusadxs, sino porque los propios policías certifican que estábamos en otro lugar. Entonces nos encontramos en el caldero de la narrativa del llamamiento, a reconfortarse con eventos que se habían ya demostrado, o al menos eso se esperaba, inexistentes en el primer grado.

Son sintomáticos algunos ejemplos.

El 28 de marzo del 2015, en el cual el fiscal se obstina a sostener que con Bisesti y Mercogliano estaba yéndome para Pescara desde Roma para un «encuentro reservado» cuando son los propios ocp de la Digos[4] a certificar que el 28 de marzo del 2015 tenía una cita en el estudio de tatuajes en Turín y que llegue a tiempo a la estación de Porta Nuova para luego ir al estudio a tatuar al cliente que me esperaba.

El 14 de mayo del 2016 donde otro ocp de la Digos certifica que estuve con Bisesti en Liguria, aunque si está aclarado por el ocp (ver ocp reportado en extensión a las interceptaciones ambientales Beniamino, con solicitud simultánea de cámaras en el sótano firmada por Lionetti y fechada 30 de mayo del 2016 V.F. 177-pag. 1/214) y de la sentencia en primer grado, en el recurso de apelación la acusación continúa a meterlo en duda y a alimentar una cultura de la sospecha.

Para la precisión, a partir del 2017, gracias a la posibilidad de acceder a las actas judiciales en soportes informáticos practicables en la cárcel de Rebibbia y imposibles en otras cárceles, he podido leer en su totalidad o casi las actas de este proceso en el cual, entre otras cosas, están documentados mis movimientos con cadencia casi cotidiana en el 2015 y cotidiana en el 2016. Superado el fastidio de «grande hermano» orwelliano, al menos he obtenido sino otra cosa información sobre dónde estaba, si en Turín, a Roma, a Bordighera, etc. en las fechas citadas.

Habría tenido grandes dificultades a demostrarlo pero el control obstinado por absurdo me ha ayudado a reconstruir dónde estaba visto que esta reportado, además de mediante escuchas telefónicas y ambientales, de fotografías ocp y también lo sería mediante los correos electrónicos que, sin embargo, se han tenido poco en cuenta, aunque si trataban los mismos encuentros, las mismas frecuentaciones, el mismo periódico, aquel demonizado en este proceso como clandestino y órgano de la FAI.

– Sobre los errores histórico-políticos

Debo mencionar otros errores de fondo, fruto de una reducción de las fuentes históricas y políticas funcionales al habitual vicio de la aplicación del llamado método de inclusión/exclusión a cualquier cosa, al límite del revisionismo histórico y reduciendo la complejidad de los hechos a nociones y demonizando además de a las personas los términos mismos.

El insurreccionalismo no lo ha inventado Alfredo Maria Bonanno y no ha sido descubierto en los ’90 gracias al juicio Marini/Operación Pontelungo.

El movimiento anarquista es insurreccional en sus raíces históricas, basta pensar en los levantamientos insurreccionales del 1874 (Bakunin en Romaña… aquel «diablo en Pontelungo» caricaturizado en la novela de Bacchelli) y 1877 (Malatesta y Cafiero con la Banda del Matese en Benevento). Bakunin, Malatesta, Cafiero que son todavía hoy junto a otras figuras históricas discutidos, citados y publicados en los periódicos anarquistas, desde Umanità Nova hasta las ediciones Anarchismo, pasando por los distintos blogs y publicaciones y reivindicaciones.

EL Nihilismo o Niquilismo no se lo han inventado las CCF en el 2010 sino que es un término, además de una visión filosófica, que surge en la cultura rusa de la segunda mitad del ‘800, si no me equivoco, su nacimiento se adscribe a un personaje de la novela «Padres e hijos «de Ivan Sergeevič Turgenev que da cuerpo literario a la negación bakuniana, aquella definida por el historiador Isaiah Berlin «extraordinaria dialéctica destructiva «, que resurge en los escritos de los individualistas Bruno Filippi y Renzo Novatore a principios del ‘900 hasta la crítica radical a la sociedad actual .

El federalismo es un concepto familiar a todo el anarquismo (se piense a Pierre Joseph Proudhon y a su «principio federativo») en contraposición a la centralización estatal y política y no solo obviamente al anarquismo en cuanto deriva del debate político del Risorgimento[5].

La informalidad no es ni siquiera una novedad, sino el contra altar anárquico a las relaciones formales propio de los partidos políticos que todxs lxs anarquistas rechazan, rechazando la delegación y formalización de los roles.

Los grupos de afinidad son una de las formas de natural agregación del movimiento anarquista, a partir de las pluricitadas experiencias españolas de los años 30 (para una comparación histórica Lorenzo Micheli-Los olvidados – ediciones La fiaccola) hasta su reproposición moderna, por ejemplo en Murray Bookchin.

El apoyo mutuo no es una «disciplina de conducta» del «consorcio FAI», como indicado por el fiscal en la audiencia, sino un concepto desarrollado a partir del conocido texto del ‘800 «El apoyo mutuo» de Pëtr Alekseevič Kropotkin, en el cual el filósofo ruso, anarquista, lo analiza como una tendencia natural a la cooperación en el mundo animal, en contraposición a la darwiniana competición entre especies, es decir, aquello que se quisiera como una «disciplina de conducta» de las relaciones solidarias en el consorcio humano.

El tal Kropotkin, no un filósofo cualquiera sino el que todavía hoy es considerado (razono ahora con reduccionismo policial), junto a Malatesta, entre los puntos de referencia teóricos (se acaba de reeditar «El apoyo mutuo» por las Ediciones Eleuthera) de aquella corriente «social» que se rehace al comunismo anárquico.

– Siempre desde el punto de vista histórico y de la interpretación

Soy muy consciente que los términos tienen un valor diferente a según de quien los pronuncia, ya sea histórico, teatral o imputadx, pero en la ilusión de que se puedan entender de forma objetiva, trato de explicarme.

Estoy imputada y condenada en primer grado por terrorismo, ciertamente no estoy contenta pero trato de no tener miedo. No lo estoy diciendo ahora, sino que lo escribí en un artículo, «Terrores», en el número 0 del CNA, en tiempos no sospechosos. La tesis era bastante simple, como anarquistas no debemos asustarnos si nos acusan de «terrorismo», el artículo 270 bis se desvanece con una facilidad desarmante en las acusaciones de movimiento. La acusación de ser terroristas es «histórica» ​​para lxs anarquistas, nos guste o no, lo importante es mantener firme la defensa de las propias ideas y prácticas que son todo menos que «indiscriminadas» y capaces de llevar el terror en la población. Creo que Lello Valitutti[6] lo haya explicado mejor que yo y con una cierta experiencia diría, visto que la suya es la memoria histórica del fallido intento de atribuir Piazza Fontana[7] a lxs anarquistas.

Siempre, para permanecer en ámbito histórico, la referencia a Mazzini u otros revolucionarios del ochocentescos (luego elevados al papel de héroes del resurgimiento) como «terroristas» no lo conecto sólo al brío comunicativo de Alfredo Cospito en las pasadas audiencias, sino a un, no imputable delito espero, concepto compartido por historiadores y actores, o sea, que el término, en tiempos anteriores al actual bombardeo mediático sobre el terrorismo islámico, tenía contornos políticos y evocadores diferentes.

Podría citar el uso reportado por el historiador Franco Venturi en «El populismo ruso», ediciones Einaudi, cuando trata de los movimientos políticos y sociales que preceden a la Revolución de Octubre o sea las «células terroristas» del Partido Socialista Judío (el Bund) en cui los mencionados eran una especie de servicio de orden, grupo de acción para proteger a la población judía de los pogromos zaristas o sea preparada a responder al terror zarista.

Visto que los fiscales citan el programa de televisión «Striscia la Notizia»[8], ​​para corroborar su tesis sobre atentados demostrativos y no, me permito de citar a un hombre de teatro, Ascanio Celestini, quien en «Pro Patria, ediciones Einaudi (p. 119 y siguientes) en el epílogo a un monólogo sobre la República Romana de 1849 y las cárceles actuales, recuerda cuando Carlo Pisacane, Felice Orsini, Giuseppe Mazzini, Giuseppe Garibaldi, Goffredo Mameli, Errico Malatesta o Carlo Cafiero fueron en vida considerados «terroristas», enumerándolos como protagonistas de eventos insurreccionales históricos.

Terroristas son definidos por el Estado Turco aquellos abogados muertos durante una huelga de hambre en la cárcel, condenados por terrorismo, y por los cuales se guardó un minuto de silencio en esta sala el 16 de septiembre.

Que todo anarquismo es antiautoritario y que el anarquismo sea «destrucción de todo orden político fundado sobre la autoridad» y que «debemos considerar la anarquía como método»: son dos citas sacadas de «L’anarchia» (1891) de Errico Malatesta, el tal Malatesta fundador de Umanità Nova (1920), todavía hoy en día se publica (tanto que el fiscal en el primer grado quiso escuchar al director responsable como testigo de la acusación) es considerada en el esquema de la orden de custodia cautelar «revista de área» para los anarquistas sociales, «autoritarios» y «organizadores» de la FAI italiana, aquella buena… aquella que se autodenomina «portavoz del movimiento anárquico social» como ocurre en los últimos números del semanario Umanità Nova, aunque sí para los investigadores los «anarquistas sociales» son sólo una franja del insurreccionalismo bonanniano. Hago ejemplos como estos para dar una idea de cuánto sean reductivos y contradictorios los esquemas producidos con fines procesuales que intentan presentar un árbol genealógico de las corrientes anarquistas con una linealidad digna de la clasificación linneiana[9].

-Sobre la división en corrientes

No quiero y no puedo explicar cómo se subdivida el movimiento anarquista actual, además de no tener la presunción de hacerlo, no creo que sea posible extrapolar corrientes con consecuencialidad y linealidad directas, campos de interés y de intervención específicos y especializados en un movimiento que tiene la peculiaridad característica de evitar la cristalización en estructuras políticas cerradas, sino que avanza por continuas discusiones y superaciones, aun manteniendo los grandes temas de fondo.

Tampoco sobre la génesis del pensamiento y movimiento anárquico hay tesis unívocas: hay quienes lo hacen nacer como doctrina política a partir de las disputas Marx-Bakunin dentro de la Primera Internacional, o sea en la disputa entre internacionalistas autoritarios y antiautoritarios; hay quienes lo consideran un contenido que siempre está presente en las formas de organización social que la humanidad se ha dado: un río kárstico de revuelta y antiautoritarismo que a veces emerge, a veces permanece oculto y todavía hay quienes lo ponen en relación con algunos filósofos pre y post iluministas (Étienne de la Boétie con el «Discurso sobre la servidumbre voluntaria», William Godwin, etc.). Al mismo modo los campos de interés y de intervención cambian y adquieren características peculiares en base al contexto, son hijos de la época. Por ejemplo, el anarcosindicalismo tiene su momento de mayor incidencia en el siglo pasado, en el cual las luchas obreras eran centrales, no ahora en el cual la explotación laboral ya no está a centrado en las fábricas y en el cual toman pie otros temas y se entrenzan, desde la omnipresente tecnología a la destrucción del ecosistema, que se convierten en temas comunes y transversales, no propios de una «corriente», para volver a las divisiones esquemáticas mencionadas y a las relativas falsas atribuciones de intereses.

A esta falta de bases de la subdivisión esquemática policial se suman los continuos cambios de rumbo en la narración acusatoria para adaptarse a la sentencia de primer grado.

La estructura es tan aleatoria que el propio fiscal cambia sus características desde el primer grado hasta la apelación e incluso dentro de la misma apelación: si en el esquema presente en las primeras páginas del o.c.c. de la casa matriz anarquista se repartían dos corrientes, antiorganizadores y organizadores (entre otras cosas dotados estos últimos – por el fiscal – de características alienas al pensamiento libertario mismo, se piense a la Federación Anarquista Italiana, definida de oficio – siempre del esquema a página 18 del o.c.c. – como una expresión del «modelo organizatorio», constituido por «organizaciones formales estables jerárquicas autoritarias») y de la primera de estas los «antiorganizadores» derivaba el «anarquismo insurreccionalista bonanniano» y a su vez por división secundaria las cuatro famosas filiaciones (insurreccionalistas clásicos, sociales, ecologistas y FAI informal).

En la exposición realizada en apelación, en la audiencia del 22 de julio del 2020, el fiscal en la pizarra ha producido un esquema diferente en el cual el «anarquismo bonanniano» se coloca en una posición «mediana» entre las corrientes mencionadas, esto evidentemente para corregir el tiro respecto a la sentencia de primer grado que a su vez llegaba a una ulterior reconstrucción de las corrientes, si es posible aún más falseada, indicando una especie de doble nivel oculto en un método obvio.

– Sobre las firmas

El fiscal el 22 de julio del 2020 en la pizarra se ha producido en otras declaraciones tan axiomáticas cuanto falsas, entre ellas una exclusividad de la FAI informal en la práctica del utilizo de una firma, incluso repetida en el tiempo, hecho que se contradice simplemente con hojear cualquier publicación o blog de contrainformación entre aquellos en las actas. El uso de reivindicaciones escritas, siglas diferentes o repetidas, apelativos serios o goliardescos es históricamente de uso común en las acciones anarquistas y como tal debería ser recibido, no aludiendo a especificidades que existen solo en la mente de los inquisidores.

De hecho, a la búsqueda inquisitoria escapa el encuadramiento, no explicándolo en algún modo, de una serie de superposiciones de siglas cuales FAI/ELF o FAI/ALF, aunque estén presentes en los blogs olfateados y a las actas.

– Sobre mis artículos en CNA y sobre los criterios de publicación.

A fuerza de dar vueltas entre las manos los escritos los inquisidores intentan a toda costa darle significados ocultos, para ulteriores sugestiones.

En apelación, en las últimas audiencias, también se ha hecho referencia a un «cambio de registro» en base a la condena con rito abreviado de Lo Turco, que es, en cambio, de un año más tarde respecto a los artículos que demostrarían tal «cambio de registro» (2017 y no 2016)! Serian indicativos en este sentido dos de mis artículos publicados en el CNA n. 3 y que se remontan al otoño del 2016, poco después de mi arresto y por lo tanto sondeados desde el primer día de envío, visto que mi correo estaba bajo censura, desde el momento de la detención del Septiembre del 2016 hasta noviembre del 2017.

El artículo «Banalidad de base, los encuentros sirven para encontrarse», firmado Anna, Latina, noviembre del 2016, se refería a los encuentros del movimiento y no es diferente de cuanto he siempre escrito y sostenido (se vean por ejemplo los encuentros «con la cabeza en alto») O sea la banalidad de base de que los encuentros sirven para encontrarse y discutir con lxs compañerxs.

El artículo «Scripta Manent» es un breve resumen, después de haber leído la orden de custodia cautelar de este procedimiento y no se diferencia de análisis anteriores. Es decir, no comunica otra cosa más que la habitual valoración sobre las operaciones represivas que van a golpear la solidaridad dada a lxs anarquistas en prisión, la prensa y las publicaciones que se ocupan de ello. El cíclico representarse de estas, con las mismas acusaciones y cargos, no soy solo yo a verlo visto que el fiscal en apelación me coloca entre lxs «imputadxs ​​históricxs de la FAI», admitiendo que es desde hace 20 años que me investigan. ¿Porque? Porque he publicado en el blog de Crocenera y en precedentes periódicos reivindicaciones o aportaciones, escritas desde la prisión, sin llevar copia a la comisaría. Esto porque nunca he participado en revistas que tuvieran un director responsable o a una radio que corría el riesgo de cierre de las frecuencias y visto que pienso que es importante publicar, hacer circular esa parte de crónica del movimiento que difícilmente encontraría espacio en otro lado. Este es mi sentimiento y nunca me permitiría de hacer diversamente, de censurar o de no confrontarme con cuanto sucede.

Es el mismo sentimiento que me ha movido hace veintidós años a firmar un texto colectivo de varixs imputadxs, «Perspectivas operativas comunes contra el acto represivo contra decenas de anarquistas» que no es otra cosa que la publicación de un debate sobre la gestión procesal del así llamado juicio Marini. Así como continuo a hacer hoy, en aquel juicio que me veía investigada en posición ciertamente marginal (si bien recuerdo el elemento desencadenante del 270 bis entonces era para mí el haber participado a una concentración en el juicio por atraco de algunos anarquistas en Trento en el 1994) sostenía que no hay necesidad de crear discriminantes entre lxs compañerxs aunque si entonces yo era escribible quizás entre lxs buenxs, ahora entre lxs malxs, pero poco cambia, son juegos represivos.

Hoy, como entonces, que sea por los atracadores del 1994, por lxs investigadxs por Marini en el 1996, por Alfredo y Nicola en el 2012 o por aquello que será, continuo a sostener que «la solidaridad y complicidad» son horizontes a defender siempre, que no van censuradas y ocultadas las posiciones, aunque si incómodas, de la galaxia anarquista que es un movimiento revolucionario, no reformista, el cual código ético no es sobreponible al Código Penal.

Siempre a propósito de solidaridad a lxs prisionerxs, es falso que haya apartado a algunxs anarquistas de la presencia solidaria en el juicio de Nicola Gai y Alfredo Cospito el 30 de octubre del 2013 en Génova. Sé muy bien que es la enésima sugestión cultivada para crear roles y áreas pero en la realidad es falsa y insensata respecto a la misma reconstrucción policial. No sé cuánto es confiable la transcripción de la interceptación reportada en la página 131 de los motivos de la apelación del fiscal no siendo yo a hablar, pero se por cierto que no he alejado o peleado con ningunx de lxs compañerxs presentes en ocasión de la audiencia por el juicio Adinolfi, tanto en la concentración fuera de la sala del tribunal como en el posterior asamblea en un aula de la universidad de la calle Balbi. Sé que mis afirmaciones tienen un peso relativo, pero lo demuestran además las decenas de fotos y ocp (reportadas en F.179 actas depositadas en primer grado) de la Digos de varias regiones de Italia, que documentan la presencia de un nutrido grupo de compañerxs (cerca de 150, según los periódicos locales) agolpadxs fuera, visto que se podía entrar en la sala en un número limitado (unas 20 personas si recuerdo bien), sin que nadie hubiera tenido riñas, discusiones o cualquier otra cosa entre lxs presentes. Además, me parece bien establecido que me haya empeñado en una serie de encuentros, aquellos que en Scripta Manent se han definido como «ciclo con la cabeza en alto», en ocupaciones y círculos anarquistas en toda Italia, por lo que habría sido ridículo y sin sentido, así como contrario a mis principios, alejar a compañerxs de una presencia, entre otros, por mí, anunciada.

Al final de todo esto me gustaría que quedase claro que me doy cuenta de que he puesto sobre el papel algunas banalidades, de conceptos de base a los ojos del movimiento y de cualquiera que mire la realidad por aquella que es.

Después, si se quiere mantener la convicción de un guión donde yo he corregido «privilegio» en «privilegió», haya camuflado mi escritura recalcando mi propia caligrafía, haya acaramelado a jóvenes y viejxs compañerxs con una diabólica organización fantasma en un juego de cajas chinas… Se puede también creer que lxs anarquistas son masacradorxs, en detrimento de toda decencia, pero yo mantengo la certeza de que se haya querido golpear por todos los medios necesarios la solidaridad dada a lxs prisionerxs anarquistas. Nada más.

21 de octubre del 2020

Fuente.

Notas:

[1] Tres revistas/boletines anarquistas.
[2] Reparto Investigativo Especial de los carabinieri.
[3] Cantante.
[4] División Investigaciones Generales y Operaciones Especiales, conocidos como policía política. [5] «Resurgir», ante los países que ocupaban la Italia a finales del ‘800, organizando grupos armados.
[6] Compañero que hizo parte del grupo anarquista Acción Revolucionaria en los ’70 en Italia.
[7] La masacre en un banco en los años ’70, ad opera de los fascistas y regia de los EEUU -operacion Gladio- y de los servicios secretos italianos.
[8] Un programa de tv de pseudo sátira política.
[9] Método de clasificación introducido a partir de 1735 por Carl von Linné (italianizado en Linneo). … Las categorías taxonómicas creadas por Linneo fueron originalmente cinco: especie, género, orden, clase, reino. Para indicar en modo inequívoco la especie, además, Linneo introdujo la denominada nomenclatura binomial.