Traducción recibida el 24/06/2023:
Declaración espontánea para la vista 19/06/2023 en el Tribunal de Apelación de Turín
Después de años de juicio, decenas de audiencias, no me canso de seguir reiterando lo que he declarado hasta ahora. Todo, para continuar afirmando algunas verdades simples y redundantes contra el ejercicio del perjurio perpetrado a través del método científico en los tribunales.
Los anarquistas son antiautoritarios. Los anarquistas no son asesinos en masa y menos aún defienden acciones de masacres.
Las masacres que se han perpetrado en este país han sido el fruto envenenado del entrelazamiento de poder político y económico, siendo ello lo más alejado del pensamiento y las prácticas antiautoritarias.
Estamos en un proceso político en el que no cuenta la realidad de los hechos sino el poder de las sugerencias. Cuanto más extraña y axiomática es la acusación, más se frustra la defensa.
Aunque sigamos hablando de masacres, cabe decir que la verdadera es la que se lleva a cabo sobre la realidad de los hechos. Habéis inventado los «líderes» anarquistas, las «asociaciones» que funcionan a intermitencia o están estructuradas como cajas chinas en las que ya no queda claro cuáles son los recipientes y cuáles los contenidos.
También, las gráficas ‘probabilísticas’ para atribuir hechos y, además, siendo la última guinda del pastel, la connivencia entre anarquistas y mafiosos.
Los mecanismos argumentativos en la atribución de delitos y la creación de perfiles biográficos ad hoc hacen de los escenarios orwellianos algo exquisitamente retro.
Los inquisidores mienten sabiendo que mienten y se escudan en la refractariedad de los anarquistas al mercado de la justicia. Juegan con el hecho de que la ética anarquista no está en venta al mejor postor.
La máquina infernal de la DNA (Dirección Nacional Antimafia) que se ha convertido en la DNAA (Dirección Nacional Antimafia y Antiterrorista) necesita cabelleras para moler el consenso y fortificar el andamiaje de la represión preventiva: necesitan enemigos internos. No importa si estos son construidos al uso con falsedades históricas, políticas, fácticas y procedimentales, de lo contrario la máquina se quedará sin gasolina y los regímenes especiales desprovistos de carne y alma.
Hoy sólo quedan nuestras cabezas en el plato, pero no hay que olvidar que durante años decenas de compañeros y compañeras han sido investigados y encarcelados en este y otros procesos paralelos que se retroalimentan. Como ocurrió con el procedimiento que llevó al 41 bis a Alfredo Cospito: el andamiaje de las operaciones Bialystok y Sibilla se derrumba, no hay líderes ni instigadores…. pero el 41 bis permanece.
Veo una trágica ironía en todo esto: los distintos inquisidores se empantanan sin ni siquiera conocer la materia de la acusación, llenan sus papeles de flagrantes falsedades y contradicciones, sólo importa llegar al resultado.
Nada extraño: es la ética enferma de esta época en la que se santifica el lucro asesino y se criminaliza la pobreza.
Roma, 19 junio 2023
Anna Beniamino