Nos han informado de que, el martes 17 de junio, Nicolò Angelino preso de la operación del 3 de junio contra las realidades en conflicto de Turín, ha decidido como forma de amotinamiento de no volver a entrar en la celda después de la hora de patio. Los carceleros lo llevaron en peso a la celda y el inspector lo amenazó con hacerle un “parte”. Nicoló lleva en huelga de hambre desde el miércoles 18 de junio reivindicando su deseo de que lo saquen fuera de este aislamiento de facto, en el módulo D de la cárcel de Le Vallette. Sigue una carta suya del 15 de junio:
Domingo, 15 de junio de 2014, cárcel de Le Vallette, Turín.
Me llamo Nicolò Angelino. Fui arrestado el martes, 3 de junio en Turín durante una operación policial que pretendía derribar la aventura más bonita de mi vida.
Vana ilusión de la fiscalía.
Desde ese día, estoy encerrado en una celda individual del bloque D. Limpia, repintada y perfumada. Da náuseas. El blindaje está abierto pero la verja está cerrada 23 horas al día. Se abre y se vuelve a cerrar sólo cuando salgo a mi hora de patio.
Hablar con los demás presos a través de los barrotes es interesante y, a pesar de que son muy simpáticos, la incomodidad es visible por ambas partes. Aquí, en mi planta, no tengo cómplices ni esperanzas de encontrarlos. Algunos están es aislamiento bajo terapia 24 horas al día, los demás, a los que veo, están trabajando. Tienen el máximo de privilegios que una Administración Penitenciaria puede ofrecer y no se la jugarán por mí.
Las acusaciones que se me imputan por las que estoy sometido a medidas cautelares son tan leves que hablan por sí solas: estoy detenido y sometido a un régimen para-especial por mis ideas, para aislarme, hacerme inofensivo e impedirme luchar.
Mañana, lunes, 16 de junio no volveré del patio voluntariamente para intentar que mi celda esté abierta durante el día o que me trasladen a un módulo común. Haré lo mismo durante dos días seguidos. Si, durante esta protesta se me castiga con aislamiento o la prohibición de la hora de patio o incluso no obtengo el resultado esperado, el miércoles 18, comenzaré una huelga de hambre. No porque mis condiciones de encarcelamiento sean inhumanas, contrarias a cualquier convención de derechos humanos o porque el cómo me tratan es un abuso de la administración penitenciaria sino porque simplemente no me parece bien.
Ya no tengo ganas de pedirle a ningún carcelero si me pueden dar fruta. La quiero coger yo, cuando quiera, como hacen los demás. Quiero hablar con los demás presos sin barrotes de por medio.
Sé que el instrumento de la huelga de hambre no me va a llevar a un terreno de lucha excitante. Pero en este aislamiento, con esta ausencia de cómplices y el extrapoder de los guardias, es el único instrumento que puede compensar un poco la relación de fuerza con mis carceleros.
Lucharé con la cabeza alta y estando seguro de vuestro calor, con la misma rabia y la misma serenidad que en otros tiempos y lugares nos hemos lanzado hacia océanos en tempestad mucho más grandes que la tinaja en la que me encuentro.
Salga por donde salga, este poco agua acabará en el mismo mar y no importa mucho si obtengo o no lo que quiero.
Sólo quiero vivir luchando.
Un abrazo caluroso a todxs lxs presxs.
Libertad para todxs.
Fuego a las cárceles.
Nicolò Angelino
C.C.Via Maria Adelaide Aglietta, 35 – 10151, Torino (Italia)