Traducción recibida el 19/02/2021:
«Quieren que vosotrxs os sintáis miembros de la sociedad burguesa y olvidéis la necesidad de destruirla. ¿Nuestros enemigos se preocupan en serio de la opinión de la mayoría? ¡Venga ya! Cuando hay una huelga y los obreros -la mayoría de una ciudad- se rebelan, ellos responden con balazos o la cárcel. La democracia os dice: «Habla de lo que quieras, escribe lo que quieras pero… ¡no toques la propiedad privada ni el Estado!»
Sacado de » La Democracia», firmado comunistas anarquistas rusos, en «Anarquistas de Bialystok 1903-1908»
Se levanta el telón
20 de enero de 2021, Corte de Assise de Roma, se abre otro juicio más a la Anarquía. En el banco de los acusados seis compañerxs investigadxs en la Operación Bialystok La puesta en escena es ejemplar del espíritu democrático: un jurado popular, dos mujeres jueces- Marina Finiti y Elvira Tamburelli – a recordarnos la belleza de la igualdad de género y lxs acusadxs enmarcadxs y parceladxs sobre una pantalla de video. Participación en videoconferencia que sería más apropiado llamar «posibilidad de mirar», siempre que haya suficiente conexión o no haya un apagón en la prisión, como ya le ha sucedió a una de ellas. «Causa Covid» el juicio se lleva a cabo a puertas cerradas. Se constituyen parte civil la abogacía general en representación de la Presidencia del Consejo de ministros, del Ministerio de la Defensa y del Interior y ENI/Enjoy (no se constituye en vez la empresa ALD Automotive, propietaria de los coches Enjoy). La próxima audiencia está fijada para el 25 de febrero, donde se comenzará a escuchar al principal testigo de la acusación: el comandante de los ROS [1] Luigi Imperatore. Un nombre un programa. Pero repasemos por un momento aquello qué ha llevado a este proceso.
Cronihistoria
La noche del 7 de diciembre de 2017, un artefacto explota frente a la puerta del cuartel de los carabinieri de Roma San Giovanni y posteriormente viene reivindicado por la célula FAI/FRI «Santiago Maldonado».
En la madrugada del 12 de junio del 2020, a distancia de dos años y medio del hecho antes mencionado, ha saltado la operación represiva antianarquista denominada Bialystok, orquestada por los ROS y firmada por el Fiscal Francesco Dall’Olio de la Fiscalía de Roma. La jueza para las investigaciones preliminares Anna Maria Gavoni da el inicio a la detención de cinco compañerxs: tres en territorio italiano y dos en el extranjero (Francia y España), mientras que otrxs dos han sido metidxs bajo arresto domiciliario, se registran varias habitaciones, entre ellas el Bencivenga Ocupado en Roma, con el secuestro, entre otras cosas, de material en papel y informático. La investigación parte del ataque al cuartel y luego se centra en una supuesta célula romana con base operativa en el Bencivenga Ocupado. Partiendo de los senderos de solidaridad con lxs prisionerxs para los casos Scripta Manent y Panico, los ROS sustancian una asociación subversiva con fines de terrorismo (270bis). En el interior de este marco, vienen cuestionados algunos delitos específicos como la redacción de documentos con contenido (a su juicio) instigador, saludos y concentraciones bajo la cárcel en solidaridad a lxs prisionerxs, una resistencia a un desalojo, pintadas y pega de carteles, un robo de cemento; el todo agravado por la finalidad terrorista. Viene además contestado el 270 sexies, delito de conducta con finalidad terrorista «cometida con el objetivo de intimidar a la población o de obligar a las autoridades públicas o una organización internacional a realizar o abstenerse de realizar cualquier acto», referido a la movilización por el traslado de un compañero de la prisión de La Spezia, en la cual era detenido por la Operación Pánico. Fuera de la asociación, a un compañero vienen finalmente contestados específicos relativos al incendio de tres coches ENI/Enjoy. El material probatorio está constituido de cerca de dos años de escuchas telefónicas y ambientales, localización mediante GPS y celdas telefónicas, la reproducción de algún documento escrito y de la ya inmancable prueba científica. Esta vez, sin embargo, no hay rastro de comparaciones de ADN; el fiscal ha decidido hacer uso de una consultoría técnica un tanto extravagante y poco conocida incluso en el mismo medio de la antropometría forense. Para el delito específico de San Giovanni, se ha extraído de los videos en blanco y negro de la cámara de vigilancia del cuartel, los pocos segundos que portan el ataque para hipotizar la altura, el color de la chaqueta y el tipo de andar de una persona encapuchada para luego hacer coincidir estos datos con imágenes de video del compañero elegido hecho por los ROS. Como es habitual, la presunta objetividad de este tipo de pruebas permite a los investigadores de establecer verdades gracias a la ideología científica dominante, por lo que basta con encontrar un «experto» cualificado que ponga su firma para hacer más creíble cada acusación, refutable sólo a través de la palabra de otra figura igualmente «experta». Con respecto a las diferencias internas al enemigo sobre qué es o no verdaderamente científico, pero, no nos detenemos, porque son comparaciones que no hablan nuestra lengua, aunque si se consuman sobre nuestros cuerpos.
El teorema
Las duras condenas por delitos asociativos dictadas en primer grado el pasado año a algunxs compañerxs inquisitxs por la op. Scripta Manent así como por la op. Panico, parecen ser utilizadas como un precedente funcional a encasillar para reprimir mejor a los grupos y las individualidades anarquistas. Intentan por enésima vez cosernos encima de nuestra piel sus esquemas jurídicos, también en este caso tratando de adaptar un 270bis a la especificidad anarquista. Por lo tanto, ya no es necesario una subdivisión en rígidos roles jerárquicos o la continuidad en las relaciones, o la efectiva peligrosidad de delitos específicos para dar cuerpo a una asociación subversiva, aquello que importa en este caso es la existencia de una tensión común solidaria con las personas detenidas ( desde las cartas, hasta los saludos en la cárcel), la capacidad de elaborar escritos en los cuales se reafirman los temas fundamentales al pensamiento anarquista (considerados en modo morboso por los guardias como prerrogativa exclusiva de la FAI y emanación de presuntos ideólogos), y el potencial riesgo de que los escritos resulten en acciones. Aquello que podemos leer entre líneas de esta investigación es que a pesar de que el fiscal romano herede el esquema ya propuesto por el Fiscal Sparagna para el proceso Scripta Manent, o sea la subdivisión del pensamiento y de la acción anarquista en cuatro macroáreas principales, el propósito que se pretende esta vez no es tanto de señalar las divergencias entre estas para limitar el ámbito de la punibilidad al área definida como la más peligrosa (FAI y afines) sino, por el contrario, definir los puntos de convergencia. Así que, entonces, la principal preocupación de los investigadores parece ser el hecho de que porciones consideradas hasta ahora distintas, a nivel teórico, en el interior de la galaxia anarquista se están recomponiendo en vez sobre el plano práctico, habiendo encontrado un mínimo común denominador: solidaridad a lxs golpeadxs de la represión entendida como ataque directo a las personas y a las estructuras del dominio, aquí y ahora. Presentan, por tanto, esta «superación» de los límites tradicionales debido al conflicto entre diferentes formas de entender la tensión anarquista como una «nueva anarquía» aún más amenazadora para el orden establecido porque más propensa, respecto al pasado, a implementar acciones destructivas que, según los investigadores, hasta ahora eran cosa de unxs pocxs. Este teorema otra cosa no es que funcional a obtener una mayor atención sobre los jueces en el tribunal y, al mismo tiempo, desactivar la solidaridad entre compañerxs. A nosotrxs parece en vez evidente cuanto la violencia revolucionaria no sea patrimonio de grupos o individuos que los inquisidores intentan definir y encasillar en sus esquemas sino que es una práctica, esta, que todx aquel que no quiera someterse a la esquizofrénica disociación entre la teoría y práctica puede llevar adelante, según el criterio de aquello que se considere más adecuado. Aquí el enlace [roundrobin.info] y a aquello de una compañera investigada que no encontrareis en internet sino en los puestos de las distribuciones: «Texto y contexto».
270sexies y solidaridad
De otra forma no es una novedad que las relaciones de solidaridad y complicidad entre compañerxs anarquistas constituyan un verdadero dolor de cabeza para las fuerzas del orden, especialmente cuando las luchas llevadas a cabo parecen tener cierta efectividad. Detengámonos un momento en el ya mencionado caso de Spezia que da cuerpo al 270bis y sexies de esta investigación. Un compañero nuestro, arrestado por la Operación Pánico en agosto del 2017, viene trasladado primero desde Teramo a Lecce; luego nuevamente a la prisión de La Spezia en octubre del 2018. Desde el principio el aire estaba tenso, lo meten en una celda con un simpatizante de derechas, luego le prohíben reunirse con otro compañero prisionero en esa prisión. Mientras tanto comienzan las audiencias del juicio, y durante el traslado de Florencia comienzan las riñas con la escolta, que lo trata como un paquete; la dirección rechaza su solicitud de traslado en un tiempo récord y él como respuesta declara la incompatibilidad con el cuerpo de policía penitenciaria de la prisión de La Spezia e inicia una huelga de hambre a partir del 5 de noviembre. El 8 de noviembre, en ocasión del enésimo traslado a Florencia, la situación precipita y nuestro compañero viene golpeado por los carceleros, no viene hecho un informe por los médicos de la prisión y, habiendo llegado magullado a la sala, el juez interrumpe su declaración, lo hace llevar fuera y hace desalojar la sala después de las protestas de lxs compañerxs presentes. En los meses siguientes, lxs compañerxs fuera se tomaron muy en serio su situación, que mientras tanto esta peor por culpa de la aplicación del régimen punitivo del 14bis, y se suceden concentraciones y saludos fuera de los muros, así como un ruidoso paseo por el centro de la ciudad, hechos que han causado un gran revuelo en la tranquila localidad de La Spezia. Al finalizar los tres meses del 14bis, en marzo del 2019, nuestro compañero ha sido trasladado a Viterbo. La respuesta represiva no ha tardado en llegar: en poco tiempo se han notificado 2 hojas de expulsión [2] a quien esperaba fuera de la cárcel a la compañera que efectuaba una visita, 12 hojas de expulsión, 4 vigilancias especiales y un juicio todavía en marcha por el paseo en el centro de la ciudad, una condena a 8 meses para nuestro compañero por la agresión de los carceleros y, ahora, con la investigación Bialystok, un 270 sexies que involucra tanto a los que han llevado solidaridad fuera, como a nuestro compañero, a pesar de que después de un mes el Reexamen haya hecho caer para él el arresto domiciliario. La intención es clara: romper la solidaridad entre anarquistas por cualquier medio. Esto porque, como dice un lema, la solidaridad es un arma. Un arma querida a lxs anarquistas para resistir y combatir el estado, pero no solo. La solidaridad entre lxs explotadxs, reprimidxs, marginadxs y rebeldes da miedo y va cortada, precisamente porque quien la practica muchas veces se da cuenta de que muy bien podría prescindir del Estado, de sus leyes, de su policía. La solidaridad es un catalizador del actuar y inspiradora de comparaciones y encuentros, obstinarse en expresarla en sus más variadas formas de manifestación resulta necesario. En el momento en el cual el dominio tiende a aislar, a despersonalizar al individuo, a relegar las relaciones humanas en relaciones finalizadas al mero consumo o beneficio, también intenta perseguir de forma punitiva y ejemplar a quienes no ocultan su propia tensión hacia la libertad y la aniquilación de las estructuras jerárquicas. Continuar a solidarizarse significa continuar a luchar, a sofocar el intento de segregación por parte del poder y de quien hace de su portavoz. Esto sucede con un corazón que late y, se sabe, que cuando nos movemos con el corazón, la tierra responde y tiembla bajo los pies de quien en vez no tienen corazón.
El itinerario cautelar
Paralelamente al inicio del proceso -realizado apresuradamente con la solicitud por parte del fiscal, aceptada, de juicio inmediato- se realizan las audiencias para evaluar las medidas cautelares. Inicialmente, la Revisión del Tribunal de Libertades ha hacho anular algunos agravantes de terrorismo pero ha mantenido la custodia en prisión para todxs lxs prisionerxs, mientras que, como ya se ha mencionado, ha hecho caer las medidas a uno de los dos compañeros bajo arresto domiciliario, el cual también ha sido retirado de este proceso. La defensa ha recurrido a la Corte Suprema, cuya audiencia se ha llevado a cabo a principios de noviembre, el mismo día y con la misma comisión de la Operación Ritrovo. Investigación que había llevado en mayo a la detención de algunxs compañerxs en Bolonia, posteriormente liberadxs -algunxs con medidas- por el Reexamen (ahora todxs estan libres en espera de juicio). Mientras que el tribunal (la casación) de la Operación Ritrovo ha confirmado el resultado positivo del Reexamen, aquella por Bialystok ha anulado con aplazamiento el 270bis para todxs, la incitación a delinquir por los escritos y el agravante de terrorismo para todos los demás cargos de imputación. Ha sido confirmado todo aquello que reguarda la acción en el cuartel de San Giovanni, mientras que para el ataque incendiario a los coches Enjoy ha sido anulado el agravante de terrorismo pero confirmado el delito de incendio. Las motivaciones de los jueces de la casación por ahora disponibles hacen presumir que la acusación de terrorismo no venga aceptada en cuanto desproporcionada a los delitos específicos, y ni siquiera la acusación de incitación a delinquir por los textos examinados, como veremos, ha sido considerada suficiente para justificar las medidas. En cambio, se sugiere una asociación a delinquir simple (416 c. p.). Para saber qué rumbo tomará la situación, habrá que esperar a los próximos pasos (es decir, que estén disponibles las motivaciones del reexamen para todxs lxs investigadxs), que, sin embargo, tardan en llegar, así para alargar deliberadamente los tiempos de la prisión cautelar.
Construcción del enemigo público
El delirio sobre «bases operativas», «asociaciones criminales», «papeles clandestinos», «ideólogos», etc., es posible gracias a un lenguaje represivo que tiene sus raíces en bien otros momentos de conflictualdad social. No solo: por un lado, la manipulación de las percepciones llevada a cabo a través del lenguaje distorsionador de los funcionarios del Estado es claramente funcional a auto celebrar el propio trabajo frente a la así llamada opinión pública, así como para obtener la aprobación de sus colegas encargados de juzgar. Por otro lado, quizás también podemos vislumbrar una lógica detrás de un lenguaje inquisitorio que, al tratar a lxs anarquistas, tiende cada vez más a alejarse de la recreación folclórica de los años ’70 del siglo pasado y a acercarse a descripciones hasta ahora utilizadas principalmente para el crimen organizado. En este sentido, no nos extraña que el Tribunal Supremo (Cassazione) de Bialystok sugiera de abandonar el 270bis a favor de una simple asociación a delinquir. Las ventajas son muchas: se crean escenarios sugerentes para mentes llenas de crónica negra y series de televisión sobre crímenes; se difumina el contenido político del decir y del actuar de lxs compañerxs, presentándolo a veces como delirante, a veces como que mira al puro y simple vandalismo, en cualquier caso siempre violento, que en el lenguaje del poder se convierte en un término comodín usado para crear asombro y horror hacia cualquier conducta ilegal, así como, por la propiedad transitiva, para inducir reprobación y condena moral (además de penal) hacia el sujeto que la mete en práctica. Por lo tanto, no parece una casualidad el hecho que en tiempos recientes se estén iniciando a sentir los efectos de la restructuración del aparato represivo en materia de mafia y terrorismo, con la centralización a partir de 2015 dentro de una única entidad que se ocupa de coordinar las varias procuras locales, la Dirección Nacional Antimafia y Antiterrorismo (Dnaa). Por supuesto, este enfoque un poco inusual nos ha suscitado interrogantes, y ya se han formulado varias hipótesis. El argumento de la «lucha contra la mafia», para la historia italiana, ciertamente tiene un impacto fuerte y evocador, que hace que todos estén de acuerdo, por así decirlo, si queremos por un momento fingir no saber que la mafia en este país está indisolublemente anclada a los niveles más altos del poder político y empresarial. Entonces, si acomunan anárquicxs y mafiosxs que, por citar al jefe de la Dnaa Federico De Raho en un reciente discurso, soplan sobre el fuego del descontento popular debido a la Covid para crear solidaridad entre los sectores pobres de la población con el propósito, para lxs mafiosxs, de crear consenso y connivencia con las familias mafiosas (y agrega, para tener mayores posibilidades de infiltración en las empresas, aunque si no aclara la conexión) mientras que, para lxs anarquistas, el objetivo es de iniciar un no especificado proceso insurreccional. Entonces, concluye, se necesita construir nuevas estructuras carcelarias, sobretodo de 41 bis, quizás implícitamente entendiendo, para seguir arrojándo dentro a lxs mafiosxs y empezar a murarlxs vivxs incluso a lxs anarquistas. En una entrevista aún más reciente, el fiscal jefe mezcla cada vez más las cartas: hablando de los disturbios en las calles de este octubre, sostiene que las infiltraciones mafiosas están por todas partes. Desde los motoristas presentes en la manifestación napolitana, a los ultras, a las personas que arrojan objetos desde las ventanas para obstaculizar una detención policial, todxs son tendencialmente camorristas o enfurecidxs de algún clan para recambiar el apoyo ofrecido en momentos difíciles, todo esto en clamorosa armonía con fascistas y anarquistas, que tendrían un proyecto común de subversión – obviamente violenta – del Estado. Con estas afirmaciones tan confusas, por un lado se busca forzar la interpretación hacia un recorrido obligado: cada explosión, aunque limitada, de descontento por las calles no puede deberse a las cada vez más duras condiciones de vida, sino que es fruto, en realidad, de un proyecto orquestado desde lo alto, por alguna entidad mafiosa que quiere demostrar su fuerza y el consenso del que goza. Por otro lado, se quiere sostener que el consenso hacia el estado goza de excelente salud, porque los desordenes han surgido también de los normales infiltrados extremistas fascistas o anarquistas poco importa. En un interesante artículo se lee: no es cierto la ponencia del conflicto social a asustar, cuanto la fragilidad del consenso. En realidad, los dos términos no están en contradicción, ya que el primero es una consecuencia directa del segundo, según una conexión causa-efecto. El Estado, a través del sistema mediático y de un «debate público» que tiene como única función de dar apariencia de pluralismo a aquello que es un discurso unidimensional, tiene todo el interés en moldear los significados de las palabras y la representación de los eventos y fenómenos en la dirección de aumento del consenso y de la propia credibilidad, para prevenir la aparición de conflictos».
El truco habitual de la emergencia
Pensemos en nuestros días: el estado de emergencia se ha convertido en una condición permanente, aunque pueda parecer un oxímoron. Si os dais cuenta, siempre hay alguna emergencia en curso, desde grupos armados hasta ataques terroristas, desde eventos atmosféricos, pasando por el bullismo, los desembarcos de migrantes, y siguiendo alarmando hasta la actual hiper-emergencia pandémica. Es bien sabido que los estados de excepción desde siempre han gustado mucho a los demócratas gobernantes de todas las latitudes porque permiten una producción de leyes también esas de emergencia que luego se introducen despreocupadamente por vías breves en los códigos de forma permanente. También es bien sabido que en momentos de crisis del Estado no hay mejor manera de cimentar la cohesión nacional que fabricar un enemigo, interno o externo, que catalice el descontento y movilice los ánimos y los cuerpos en modo unitario. Esta vez, el enemigo que se nos propone es invisible, o mejor dicho: es potencialmente dentro de cada unx de nosotrxs, por lo tanto todxs nosotrxs somos responsables de su difusión, mientras el Estado hace todo lo posible para protegernos, imponiéndonos medidas de contención, dado que evidentemente nosotrxs no seriamos capaces solxs. Hay algo de religioso en la expectación ansiosa con la que millones de personas esperan de vez en vez venga comunicado en redes unificadas el verbo mesiánico con el cual se informan a lxs fieles sobre aquello que pueden o no pueden hacer de ahí en adelante. Que sea justo o no, no está en cuestión, es una cuestión de fe: la salud pone a todos de acuerdo por una vez, hasta el punto de aceptar sin pestañear de encontrarse a vivir de la nada bajo la ley marcial. Si en un estado de derecho la única libertad que se concede es aquella de respetar los códigos de ley, en el momento en el cual es suficiente hacer un simple paseo para convertirse en un fuera de la ley, se vuelve aún más fundamental para el estado reafirmar con fuerza la propia necesidad y utilidad de la obediencia a sus dictados, dando migajas para la supervivencia de una población cada vez más pobre, implementando una infraestructura tecnológica que permitirá una comunicación digital cada vez más eficiente que garantice la posibilidad de un internamiento indefinido. Cuando la emergencia se convierte en la norma, el control se vuelve pandemico, cuando cada movimiento debe ser comunicado a las autoridades, y siempre es la autoridad la que establece quién puede ser frecuentado y quién no, se comienza a no captar más la diferencia entre este tipo de libertad provisoria y una vida sujeta a cualquier medida de seguridad preventiva. Medidas con las cuales cada vez tenemos más que hacer: de par paso con el aumento de aplicaciones de medidas preventivas en la galaxia anarquista (ver Vigilancia Especial) para suplir a la falta de pruebas indiciarias asume siempre mayor importancia la elaboración de perfiles de las individualidades anarquistas. O sea, la permanente vigilancia de estos con especial atención a las iniciativas públicas, a lxs compañerxs con los cuales se tiene relación o los lugares que se frecuenta. El fin es aquello de dar cuerpo a una presunta peligrosidad social independientemente de las atribuciones de responsabilidad específicas.
Prevención y represión
Prevención y represión, podríamos decir, son tradicionalmente las dos caras de una misma moneda, solo formalmente separadas, idealmente, a nivel de los manuales del proceder penal. Si luego ampliamos nuestra mirada para analizar la represión contra lxs anarquistas en general en estos últimos años, continuamos – sorprendentemente – a sorprendernos por el no respeto de aquello que se nos ha enseñado, O sea, que la acción penal viene en teoría ejercida contra infracciones específicas y contra quien esta acusadx de cometerlxs. Al contrario, los papeles policiales, cada vez más a menudo, parecen más dar lugar a juicios a las intenciones, en los que poco o nada interesa la materialidad de aquello que realmente ha sucedido y va según ellos punido, la atribución de responsabilidades individuales o roles ejecutivos por una determinada acción cumplida, mientras que en cambio se atribuye un enorme valor a la personalidad del imputadx, a sus ideas (interceptadas o escritas), a su contexto y, sobre todo, a sus supuestas finalidades. La impresión, por tanto, es aquella de la gradual fusión del ámbito preventivo con aquello represivo, una suerte de «castiga a priori por quien eres para ahorrarnos de reprimir por aquello que podrías hacer» a medio camino entre el psico-crimen de 1984 y la Santa Inquisición. Una tendencia que de hecho coincidiría con aquella que nos viene presentada como la nueva frontera de la tecno-represión, por ahora todavía en fase experimental, o sea la policía predictiva, que se basa en algoritmos que procesan una gran cantidad de datos para predecir el lugar, el período de tiempo y el tipo de personas con más probabilidades para cometer delitos en el futuro. Sin entrar aquí en el muy interesante tema de la inquisición por venir, quizás antes dar un paso atrás para aclarar sobre aquello que en realidad no es de hecho una nueva tendencia, sino que es mas tiene sus raíces en un código penal fascista vigente desde hace casi un siglo y que ha encontrado una interesante explicación con la elaboración de la teoría del derecho penal del enemigo. Se trataría de una dimensión paralela del derecho penal, que se aplicaría no al ciudadano sino a aquellas categorías sociales consideradas enemigas de la sociedad, en cuanto tales que se pueden perseguir según normas más propias del derecho de la guerra. La diferencia sustancial es que este tipo de jurisprudencia no se ocupa de los diferentes tipos de delitos, centrándose en cambio en la personalidad delxs autorxs: poniendolxs como una amenaza o peligro para la seguridad del Estado, ya que no juran lealtad a su ordenamiento y repudian su sistema de derechos-deberes, serán tratadxs como no ciudadanxs, por tanto con penas ejemplares y menos garantías, con el fin de neutralizarlxs. Las fiscalias,se sabe, no temen al ridículo y miran siempre al alto: inflando acusaciones más allá del límite de lo grotesco, intentan en todo caso intimidar y disgregar las realidades anarquistas golpeadas y en muchos casos consiguen el cierre de espacios de encuentro y de vida más el secuestro de nuestrxs compañerxs en la cárcel primero y el aislamiento mediante otras medidas restrictivas después, por largos, interminables, períodos cautelares. En muchos casos pasados los teoremas acusatorios han caído en la fase procesal o en los sucesivos grados de juicio, en algunos casos solo se han sancionado los específicos, mientras que en casos más recientes parecen marcar por ahora un punto a favor de las procuras de Florencia y Turín, que incluso han llegado a la condena hasta por las hipótesis asociativas.
De nuevo instigación a delinquir
Volviendo al caso Bialystok, un discurso aparte merece otro cargo de imputación que, además del agravante de terrorismo, no ha resistido el escrutinio del Reexamen para algunxs, y del Tribunal Supremo en el caso de otra persona: el delito de incitación a delinquir. Como muchas veces suele suceder, existen una variedad infinita de artículos y párrafos que, diciendo todo y lo contrario de todo, permiten pasar por alto aquellos que ya son inutilizables (como apología y instigación pública, art.303, derogado en el 1999 y propaganda y apología subversiva, art 272, derogado solo en el 2006), extraíbles del sombrero mágico de la represión para silenciar esas voces incómodas porque llevan un mensaje aunque solo sea potencialmente subversivo. Estos intentos, en este caso en la Corte Suprema, no han tenido éxito simplemente porque el mensaje instigador era demasiado genérico (no haciendo referencia a algún delito especifico sino a conceptos cuales conflicto, solidaridad, ataque) así como, tratándose de textos no públicos de convocatorias a reuniones, incluso el destinatario del mensaje no estaba claramente individuado, al igual que demasiado abstracto ha parecido el peligro real de cometer alguna cosa. Bien, ¿a nosotrxs qué nos importa de todo esto? El análisis detenido de las publicaciones anarquistas no es un hecho nuevo, es mas se puede decir que acompaña a cualquier operación represiva de la cual tengamos memoria. Los propios investigadores lo citan como una piedra angular de las investigaciones contra los grupos subversivos, remontando a su autoría, como metodología, al general Dalla Chiesa, tristemente famoso por su método aplicado contra los grupos armados en los años ’70 del siglo pasado (infiltrados, torturas, ejecuciones sumarias de militantes como en via Fracchia). No por casualidad, de hecho, de las cenizas del disuelto grupo operativo especial a sus órdenes han nacido los hodiernos ROS. Pero volviendo a nuestros días, la proliferación en los últimos años de este tipo de acusaciones parapsicológicas, también estas desvinculadas de cualquier hecho que realmente ha sucedido (como hemos visto ser típico del derecho penal del enemigo), el hecho de que no pocas veces estas acusaciones lleven a medidas de seguridad o a condenas definitivas (como en el caso de KNO3)[3], son elementos que nos llevan a reflexionar sobre la atención y la importancia que la reacción estatal atribuye al mensaje, a la idea anárquica y subversiva en una época de crisis socioeconómica constante y de bulimia informativa multimedia. El consenso interno (¿acaso cada vez más precario?) del que goza el dominio democrático-capitalista apoya sus bases sobre la aceptación acrítica de algunos pilares morales y organizativos (la no violencia, la concertación electoral, el respeto de las leyes y de la autoridad, el trabajo asalariado, el Estado como garante de la vida y de la salud pública, por nombrar algunos) y para hacer ello se avala de un sistema de educación pública obligatoria, de un aparato jurídico y policial, del acceso a amortizadores sociales y económicos y de un sistema informativo-mediático uniforme y uniformante. Expresar valores contrarios y contrastantes con todo esto, hoy más que nunca, viene tratado como una traición, un peligro para el mantenimiento de un orden social que, como decía un bonito manifiesto hace unos años, está marchando hacia el colapso.
Nada de que sorprenderse
En un contexto, como este actual, cada vez más depurado del disenso, de paz social debida a la hegemonía tecnológica y «unidad nacional», de miedo al contagio, de implementación del control territorial y distanciamiento social, no es de extrañar que entre los principales objetivos de esta investigación haya acciones que osen atacar la autoridad (el cuartel de los carabinieri). Como no es de extrañar, en un Estado que establece barcos prisión para migrantes mientras se enriquece con los recursos saqueados en las ex colonias por siglos de expropiación, que intenten detener – en vano – las acciones que apuntan a golpear al capitalismo neocolonial saboteando el negocio del carsharing marca ENI. Empresa, esta, que tiene bien otros intereses estratégicos en otros lugares, con su corolario de muerte y explotación, monstruosa joya de la corona del espíritu empresarial italiano que es evidentemente esencial para el Estado, tutelar. No es de extrañar que, como suele suceder, a ser metido bajo acusación sean las relaciones humanas fuertes y equitativas, las amistades, los intercambio de ideas y experimentaciones de espacios comunes ocupados sin mediaciones, los encuentros y las iniciativas alejadas de la lógica de la producción y del consumo, el pensamiento crítico que se materializa en documentos escritos que circulan para proporcionar más elementos de reflexión y de acción. Más allá de lo que los guardias tratan torpemente de describir, aquello que también esta vez viene metido bajo investigación es el pensamiento anarquista, un pensamiento potencialmente peligroso por cuanto incita a actuar contra este mundo aquí y ahora, un pensamiento que entre mil facetas no puede que abrazar la destrucción del Estado y la erradicación de toda forma de autoridad y que no puede prescindir de la solidaridad a todxs aquellxs rebeldes que son o han sido prisionerxs por haber luchado.
SOLIDARIXS Y CÓMPLICES CON LXS ACUSADXS DE LA OPERACIÓN BIALYSTOK Y CON TODXS LXS PRISIONERXS ANÁRQUICXS
CONTRA CUARTELES, TRIBUNALES, COMISARIAS Y SUS ESBIRROS
CONTRA EL IMPERIO ENI, CONSTRUIDO SOBRE LA VIOLENCIA COLONIZADORA, LA EXPLOTACIÓN Y LA DEVASTACIÓN DE LA TIERRA
POR LA SOLIDARIDAD CAPARVIA Y BRILLANTE
POR LA LIBERTAD
POR LA ANARQUÍA
CON EL CORAZON, LA MENTE, LA MANO
Algunas enemigas y enemigos del Estado
Al día de hoy nuestros compañeros y nuestras compañeras siguen encerradxs en las cárceles del país. Es importante hacer sentir nuestra cercanía rompiendo el aislamiento que impone la prisión, aquí de seguido están las direcciones para escribirles:
Francesca Cerrone, CC Latina, via Aspromonte 100, 04100 Latina Italia
Nico Aurigemma, CC Terni, str. delle Campore 32 , 05100 Terni Italia
Claudio Zaccone, CC Siracusa, str. Monasteri 20, 96014 Cavadonna (SR) Italia
Flavia Digiannantonio, CC Roma Rebibbia, via Bartolo Longo 92, 00156 Roma Italia
Roberto Cropo, CC San Michele, str. Casale 50/A, 15121 Alessandria Italia
Notas:
[1] Reparto Operaciones Especiales de los carabinieri.
[2] ley del periodo fascista que hoy en día todavía se aplica.
[3] fanzine-revista anárquica.