Génova, Italia: Adjudicación de atentado incendiario en el centro tecnológico Erzelli

Traducción recibida el 02/07/2021:

Fotografía de referencia.

Esta es una época donde prevalece incesante el triunfo de la ciencia, la tecnología y de la técnica. Todo esto no significa que estemos en un mundo de ciencia ficción o visionario, sino que, en la cruda realidad, la ciencia después de haber fielmente solo servido a la política (el Estado) y a la economía (el capital), ahora se ha convertido en el motor trajinante de la nueva estructura productiva y económica.

Hasta mediados del ‘900 suministraba los medios de propaganda (televisión, radio, prensa), aquellos represivos (armas) al Estado y los medios de producción industrial que han reducido la mano de obra. Desde mediados del siglo pasado en adelante, el poder de la ciencia ha crecido cada vez más hasta invadir todos los aspectos de nuestra vida y a través de bio-nano tecnologías, de la vida misma.

El monopolio de la verdad parece haber hecho omnipotente a la ciencia, como para el Estado su monopolio histórico de la violencia.

Ciencia, Iglesia y Estado en el pasado se han enfrentado en contenderse el poder o por la división de los poderes. Ahora son la ciencia y la tecnología las que determinan e influencian la política estatal y las estrategias económicas, sociales y represivas: no son, por tanto, neutrales.

El capitalismo financia ejércitos de técnicos dedicados a la investigación y a la creación de nuevos productos y «recursos» que solo pueden ser gestionados por especialistas, así como productos que, una vez puestos a disposición de las masas, plasman el mundo que nos rodea, volviéndose «indispensables» y a veces indestructibles como el nuclear.

Este proceso es tan rápido como el crecimiento de la técnica y ha restringido la libertad individual.

Los algoritmos deciden los ritmos de producción, grandes servidores de recolección de datos, geolocalización, aplicaciones nos reducen a sujetos/objetos de consumo. Si la restricción de la libertad impuesta en el pasado por el Estado y por el capital provocó una feroz resistencia por parte de los explotados, esto no sucede con la ciencia. En el imaginario colectivo esta se mantiene neutral y, además más, en Occidente, sus productos han aumentado las comodidades y el bienestar de la mayoría de la población. Frente a este bienestar, la falta de libertad, la explotación de los recursos, la esclavitud de poblaciones enteras, la inhabilidad de áreas enteras del planeta, las migraciones por la guerra y los cambios climáticos, no interesan.

Directivos, investigadores, tecnócratas, medios de comunicación, difunden al unísono el mensaje de «no tengas miedo de las tecnologías», de la inteligencia artificial y del todo el conectado a las innovaciones y automatizaciones que vienen de todas formas impuestas.

No nos dejemos distraer por el falso debate sobre el uso de instrumentos en la vida cotidiana o por las retoricas divisiones entre tecnologías «buenas» o «malas».

En el «Plan Nacional de Recuperación y Resiliencia» vendrá actuada una reestructuración económica entre capital, empresas, start-ups de la tecnología y gigantes del hi-tech. Los capitalistas y el sector industrial reciben con los brazos abiertos la inyección de liquidez del dinero público y privado.

El Recovery Found es adicional mina de oro. Entre aquellos que se beneficiarán de las inversiones de capital se encuentran los «polos de excelencia» de la investigación tecno-científica, las Universidades y el Instituto IIT para la ampliación del parque tecnológico donde se construirá el Centro Hi.tech «Energía y Ambiente», el cual recibirá alrededor de 80 millones de euros como primera inversión.

En el mes de abril del 2021, el primer ministro italiano Mario Draghi ha anunciado la creación de otro comité más de técnicos y expertos. Un «grupo de trabajo» que se ocupará específicamente del Recovery Found, saltando y acelerando las burocracias y cualquier posible problema de permisos, restricciones y concesiones. De esta forma, por ejemplo, cubrirán el «retraso» con respecto al plan de digitalización e instalación de la fibra en todo el territorio nacional.

El 1 de abril de 2021 se ha producido el acuerdo financiero Fibercop, la empresa que recopila las dos piezas más importantes de la red Internet. TIM se ocupara también del suministro de infraestructuras de «armarios» ópticos en la calle hasta las viviendas, la fibra será desarrollada por Flash Fiber (TIM posee el 80% y Fastweb el 20%). Junto a estas grandes empresas de mercado de la digitalización ha colaborado el fondo financiero KKR Infraestructuras, que pagará a TIM 2.000 millones de euros (con activos que alcanzarán los 7.800 millones).

Frente a los procedimientos de intervención que se acelerarán, una gran obra de ingeniería, el depósito de residuos nucleares, la instalación de infinitas antenas y repetidores tendrán el camino liso para su realización: campos electromagnéticos, tumores, radiaciones, devastación ambiental se consideran consecuencias aceptables.

Con un decreto ad hoc sobre la «nueva gestión» eficiente del gobierno Draghi, se introducirá el así llamado «modelo Génova», es decir, las excepciones a las normas sobre contrataciones que permitirán evitar la paralización de las obras por este o aquel problema, por esta o aquella autorización: luz verde, entonces, a los empresarios de la construcción, clientelismo y corrupción.

Ante esto, propio en Génova, se reanuda la obra para la construcción del viaducto de la autopista denominado «Gronda», a pesar que ni siquiera existan las autorizaciones para la obra ni supuestas concesiones para las obras. Por lo cual Autostrade per l ‘Italia (los mismos especuladores responsables del colapso del puente Morandi) continuará enriqueciendo a sus directivos asesinos.

La gestión del Recoverry Found se encomendará, entonces, a un comité interministerial de técnicos compuesto por el ex alto director de Vodafone, Vittorio Colao (digitalización), Enrico Giovannini (infraestructuras), Maria Cristina Messa (investigación), Roberto Cingolani (transición ecológica). Los ministros a los que la Comisión Europea ha encargado directamente del flujo de dinero más sustancial son Cingolani y Colao, los cuales podrán gastar más que cualquier otro ministerio. La tan escuchada «transición ecológica», auspiciada por el exdirector del IIT, llenará los bolsillos y las cuentas bancarias del «club de los amigos» de la inversión y del desarrollo tecnológico-industrial.

La «transición ecológica», más allá de la definición así «verde», no es en ningún modo una operación para la protección del panda en peligro de extinción o para la reforestación de la Selva Amazónica, sino una operación política y económica destinada a incentivar siempre y de todas formas al sistema industrial y no para eliminarlo o reemplazarlo mágicamente.

En toda transición económica siempre hay una clase de poder que se enriquece, en este caso pasará acumulando una gran deuda pública que mañana deberán pagar los explotados, con consecuencias obviamente devastadoras para los más pobres.

Mientras muchos están lo suficientemente distraídos por la prensa a hablar de responsabilidad, seguridad, mascarillas, vacunas, normas de comportamiento y sacrificios, hay quienes continúan enriqueciéndose.

En el último año, la pandemia viral de Covid-19 ha acelerado aún más el proceso de tecnificación de la sociedad. El Estado ha abdicado el poder político apoyando en todo al Comité técnico-científico que, en base a datos y cifras, obligaba a casa millones de personas; la movilidad se permitía solo si se participaba en el ciclo productivo. Producción y consumo venían asegurados, estas eran solo las únicas libertades concedidas.

Debería hacernos reflexionar cómo las condiciones de explotación en las cuales vivimos en el Capitalismo hayan hecho coincidir una mayor «libertad de movimiento» con la oportunidad o la necesidad de ir a trabajar. Movilidad concedida, por lo cual el virus no es más peligroso en el lugar de trabajo de cuanto lo sea caminar por la calle o en un bosque, incluso más peligroso si se hace una huelga estando en la calle para protestar o manifestar.

La tendencia a la digitalización, a la tecnificación y a la eficiencia continuará incluso después del final de la pandemia. Este último es un evento que el Estado, la ciencia y la tecnología han aprovechado al máximo.

Ante esto, los individuos, los explotados, si no quieren encontrarse en un futuro no muy lejano viviendo en un mundo en el cual se está aplastados en una «libertad» relacionada con la utilidad productiva, es necesario luchar sin re pensamientos también esta nueva transformación de la sociedad.

Por esto, en la noche del 19 de junio de 2021 hemos destruido incendiándolas 5 cabinas server-data y el repetidor 5G del Polo tecnológico Erzelli en Génova, y la torre de alta tensión adyacente de Terna.

¡Solidaridad combativa internacionalista con los prisioneros de la guerra social!
Lucha permanente contra el Estado y el Capital.
¡Por la anarquía!

Fuente:
//roundrobin.info/2021/06/incendio-polo-tecnologico-erzelli-di-genova/amp/